El Instituto Nacional de Salud de Colombia registró los primeros casos de viruela símica en junio de 2022, por lo que ha mantenido un control estricto del virus para evitar su propagación en el territorio nacional.
Cabe destacar que los hombres han sido los más afectados, ya que 4.119 de los casos se relacionan con el género masculino, y 138 en mujeres. Las ciudades con más casos son: Bogotá, con 2.031 reportes; Medellín, con 1.037 y Cali, con 372.
Además, 1.586 de los pacientes tenían entre 20 a 29 años, 1.753 están entre los 30 a 39 años y 534 casos reportados en personas de entre 40 a 49 años; sin embargo, a corte del 14 de agosto de 2024 solamente cuatro casos estaban activos en Colombia de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud.
Se debe recordar que este virus fue declarado, nuevamente, como emergencia sanitaria internacional este 14 de agosto de 2024. “Se reunió el comité de emergencia y me comunicó que, en su opinión, la situación constituye una emergencia de salud pública de alcance internacional. Acepté esa recomendación”, declaró el director general de la agencia sanitaria de la ONU, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
El jefe de la OMS es el único que puede decretar una emergencia de este tipo, con el asesoramiento de un comité de expertos.
¿Cuáles son sus síntomas?
Los expertos han señalado que la incubación generalmente dura entre 6 y 13 días, pero puede extenderse hasta los 21 días.
La infección suele comenzar con síntomas similares a los de la gripe, incluyendo fiebre, dolor de cabeza intenso, dolores musculares, fatiga, y ganglios linfáticos inflamados, según la OMS. Tras unos días, suelen aparecer erupciones cutáneas características que evolucionan en diferentes etapas, desde manchas planas hasta ampollas llenas de pus. Estas lesiones cutáneas suelen concentrarse en la cara, las palmas de las manos y las plantas de los pies, aunque pueden extenderse a otras partes del cuerpo.
El CDC advierte que, aunque la mayoría de las personas se recupera de 14 o 21 días sin tratamiento específico, los casos graves pueden producir complicaciones como infecciones secundarias, bronconeumonía o sepsis. La tasa de letalidad ha sido históricamente baja, pero puede variar según la región y el acceso a atención médica adecuada. Pueden quedar marcas en la piel de por vida.