La guerrilla colombiana Ejército de Liberación Nacional (ELN) entregó el lunes a 22 personas secuestradas a mediados de enero, cuando los rebeldes arremetieron contra la región cocalera del Catatumbo, fronteriza con Venezuela, informó la Defensoría del Pueblo.
El ELN busca consolidar su control territorial en la frontera, zona clave para los negocios ilegales como el narcotráfico, la minería ilegal, la extorsión y el robo de petróleo, con los que se financia.
Los rehenes, entre ellos tres menores de edad, estuvieron secuestrados 45 días y fueron entregados a una comisión humanitaria conformada además por la Iglesia católica y Naciones Unidas, aseguró la entidad que vela por los derechos humanos.
El 16 de enero el ELN mostró su fuerza atacando en el Catatumbo a la población civil y a sus enemigos en esa región, los disidentes de la extinta guerrilla FARC que no firmaron la paz en 2016.
La arremetida guerrillera dejó más de 70 muertos y 55.000 desplazados, según cifras oficiales. Dos de los liberados este lunes son exmiembros de las FARC que dejaron las armas gracias al pacto. El ELN asegura que estaban colaborando con los disidentes.
El presidente Gustavo Petro suspendió los diálogos de paz que habían iniciado a finales de 2022 debido a estos hechos y ordenó a las fuerzas militares recuperar el control.
Olguín Mayorga Pérez, presidente de la Asociación Nacional de Víctimas, dijo a la AFP que la liberación se llevó a cabo en el municipio de Convención, en el departamento de Norte de Santander (noreste).
“Celebramos el retorno sanos y salvos de estas 22 personas”, dijo.
“Este conflicto se mantiene latente, en especial en el municipio de Tibú y la zona rural del municipio de Teorama”, añadió Mayorga.
La comisión humanitaria gestionó esta liberación en medio de reportes de enfrentamientos contra los disidentes de las FARC.
Con 60 años de historia, el ELN tiene un músculo militar mu