Extravagantes lujos y beneficios han tenido este año algunos reclusos que llegaron la cárcel de La Paz de Itagüí, en Antioquia, para consolidar la mesa de diálogo con el Gobierno, la cual quedó instalada el pasado viernes 2 de junio.
Los cabecillas que arribaron a este centro penitenciario no se sintieron a gusto y pidieron realizar modificaciones a sus celdas. Dichos cambios, en contra vía de las normas, al parecer fueron aceptados por las autoridades carcelarias.
De acuerdo con Semana, los reclusos ingresaron materiales de construcción para modificar las celdas. Cemento y baldosas de cerámica fueron la materia prima para darle un cambio a los espacios. Además, los presos tuvieron acceso a colchones ortopédicos y cajones para guardas elementos.
Y como si esto no fuera suficiente, ingresaron al penal una piscina inflable que fue usada por sus hijos en el Día de los Niños.
Las directivas del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) le aceptaron a dicho medio que los hallazgos son ciertos y que pidieron un proceso de control interno, el cual se tramitará en Bogotá. Dijeron desconocer quien dio las órdenes para el ingreso de los materiales y muebles.
“Se efectuó modificación en la infraestructura de algunas celdas. Se instalaron pisos, también estaba la elaboración de unos muebles -cajones para organizar su ropa, creo yo- y colchones ortopédicos. Eso se encontró y se rindió el informe pertinente a la dirección que, de manera inmediata, pidió investigar”, dijo Imelda López Solórzano, directora del Inpec en el noreste del país.
No está claro cuántas celdas fueron modificadas y si incautaron los objetos irregulares encontrados en la cárcel.
Entre tanto, quedó instalada en la cárcel La Paz de Itagüí la mesa de diálogo entre el Gobierno y las estructuras delincuenciales de Medellín y los municipios del Valle de Aburrá.
“El espacio de diálogo sociojurídico permitirá avanzar hacia una paz integral de la capital antioqueña. Luego de manifestar su compromiso con la política de paz total del Gobierno nacional, los gripos armados dieron muestras claras de voluntad para detener la violencia, abriendo la puerta a la segunda fase en este importante proceso por la superación del conflicto urbano”, dice la Oficina del Alto Comisionado para la Paz en un comunicado.
Agrega que el inicio de estos diálogos se logró gracias al apoyo y acompañamiento de la sociedad civil, líderes sociales y jóvenes de la ciudad, representantes religiosos, miembros de la academia, representantes del cuerpo diplomático y entidad multilaterales como la Mapp-OEA.
“Ahora, la delegación del Gobierno nacional y los delegados de los grupos armados ilegales construirán conjuntamente una agenda para avanzar en la consolidación del proceso y en el mapeo de las condiciones que propician la continuidad y el reciclaje de la violencia en los barrios y las comunas de Medellín. En ese sentido, la verdad y los derechos de las víctimas estarán en el centro de la conversación. Asimismo, este proceso reconoce todas las pasadas experiencias de paz urbana que han tenido lugar en la ciudad”, agrega el comunicado.