Por Luz Stella Cardona Ruiz de El País
En fecha reciente, la Ministra de Trabajo dijo que para el alza del salario mínimo para 2024, se tomará como base la estadística de la inflación del 30 de noviembre, anuncio que generó diversas reacciones entre gremios, analistas económicos y sindicalistas.
Gloria Inés Ramírez, titular de dicha cartera, sostuvo que así lo dispone el decreto, no obstante precisó que trabajarán desde antes para ir haciendo con la mesa de concertación los estudios preliminares que “nos permitan, el día que tengamos la estadística, poder tener unas reflexiones mucho más profundas”.
Además, comentó que “allí tendremos la oportunidad de escuchar las propuestas de los empresarios, sus análisis, lo mismo la de los trabajadores; llevaremos la academia y desde luego el Gobierno hará sus análisis. Esperamos concertar un salario que nos permita mantener el valor adquisitivo que este año ha sido una muy buena apuesta y avanzar para que Colombia no sea tan impactada, ni por la inflación, ni por las tasas de interés”.
Hoy el salario mínimo tiene 4 puntos de aumento real, lo que significa que no sea subsumido por el costo de la inflación. “Por eso hoy todavía tenemos un valor adquisitivo protegido y esperamos que esta experiencia tan buena de la mesa de concertación, que fue unánime, podamos trabajarla para el próximo año”, subrayó Ramírez.
Para Juan Pablo Herrera, decano de la Facultad de Economía de la Universidad Externado de Colombia, “la gran apuesta y la recomendación es que en función de la expectativa de inflación más que la inflación causada se pueda abrir un poco este debate”.
Agregó que “lo que esperaríamos es que el ajuste del salario mínimo evite la pérdida de poder adquisitivo sin que sobrepase ostensiblemente esa corrección en términos reales. Creo que será muy importante reconocer ese cambio de tendencia inflacionaria en la economía, pues no quisiéramos, con el ánimo de mejorar aparentemente la calidad de remuneración de los trabajadores actuales, terminar por destruir empleos y generar más desempleo”.
Por su parte, Pablo Adrián Garlati, director de la carrera de Economía de la Universidad Javeriana de Bogotá, expresó que usar la inflación causada hasta noviembre o diciembre no tiene mucha diferencia porque en realidad la cifra va a ser muy similar para ambos meses. “Casi todos los analistas, bancos y demás, están proyectando una inflación por debajo del 10%. Creo que el grueso de la gente está proyectando que entre el 9.5 % y el 10% cierre el año, quizás para noviembre esté más cerca de 10 que del 9,5%, entonces yo creo que la Ministra está tratando de que la base mínima de negociación esté en el 10%”, sostuvo el docente.
Sin embargo, precisó que subir el mínimo por arriba de la inflación, a pesar de que a veces la gente lo interprete como positivo no es tan bueno. “Primero y lo principal, es que tranquilamente los empleadores pueden trasladar ese mayor costo a los productos, lo que termina subiendo los precios. De otro lado, la gente al tener más ingresos gasta más y esto genera mayor inflación”.
“Además, cuanto más se aumente el mínimo por arriba de la inflación más complejo es la generación de empleo formal, esto significa empleos que tengan prestaciones sociales como pensión, caja de compensación, cesantías y demás beneficios para los trabajadores. Todos estos costos están perfectamente atados al salario mínimo”, explicó Garlati.
Entre tanto, Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, manifestó que si bien los dos últimos años se ha subido tres o cuatro puntos por encima de la inflación más productividad, “creemos que hay que tener mucha prudencia y ser muy aterrizados a la hora de aumentar el salario mínimo y más cuando hay un proyecto de reforma laboral que incrementa absurdamente los costos laborales”.
Calificó como “ventajosa” la posición de la ministra Ramírez de tomar la inflación hasta noviembre porque “si la inflación va cediendo debe tomar la de diciembre que es mucho más baja”, manifestó Cabal.
Inflación, la variable clave
Andrés García, investigador del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, indicó que la decisión del aumento del mínimo tiene varias aristas: una es recuperar el poder adquisitivo de las personas, pero también de cómo se puede lesionar el empleo. “Entonces las variables claves son, la inflación que es el componente más grande y la variación que está teniendo la productividad. Si la inflación sigue cayendo, pues puede que el aumento sea de dos dígitos, pero no mucho más alto que lo que podamos observar en términos de la inflación”.
De otro lado, Jhon James Mora, coordinador del Observatorio Regional del Mercado de Trabajo y profesor de la Universidad Icesi, afirmó que el alza en el salario mínimo no debería superar el incremento en la inflación porque causaría desempleo. “Por cada punto porcentual en términos reales del salario mínimo podría significar una pérdida de entre 27 y 40 mil puestos de trabajo”. Y reiteró: “Desde el punto de vista técnico, el salario mínimo no debería superar el 10%. Sin embargo, mucho me temo que esto no sea lo que va a ocurrir y el Gobierno termine fijando el salario mínimo por decreto y este sea superior al 10%”.
Centrales no han fijado su postura
Jhon Jairo Caicedo, presidente de la Confederación de Trabajadores de Colombia, CTC, aseguró que “todavía está en construcción la propuesta y que están definiendo la cifra a negociar”.
Esto fue confirmado por Percy Oyola, presidente de la Confederación General del Trabajo. “El Comando Unitario integrado por las centrales más representativas: la CUT, CTC y la CGT aún no ha unificado su posición para la mesa de discusión sobre el tema del salario mínimo, “no obstante estamos analizando, como seguramente lo viene haciendo el Gobierno, los parámetros sobre inflación”.
En cuanto al anuncio de Mintrabajo de tomar como base el mes de noviembre, Oyola expresó que “supongo que cuando la ministra ha planteado el tema de la inflación de noviembre es porque apenas en enero tendríamos la inflación de diciembre. Por ahora se tomaría la anualidad de lo que ha sido noviembre de 2022 a noviembre de 2023″.
“Esperamos que el diálogo social útil prevalezca sobre cualquier otra consideración y que podamos tener resultados satisfactorios de este proceso de conversaciones y negociación en torno del salario mínimo para 2024″.
Reconoció que la inflación es un factor determinante para la petición de las centrales sindicales y los acuerdos a que puedan llegar con el sector empresarial y el Gobierno.
“No podemos afirmar desde ya que pudiéramos hacer una solicitud que estuviera por encima del 16% en materia salarial cuando la inflación seguramente no va alcanzar una cifra como esa”, puntualizó.