El registrador nacional del Estado Civil, Alexánder Vega Rocha, anunció que el país contará con una nueva cédula de ciudadanía digital y que se avanzará en la implementación de herramientas tecnológicas relacionadas para la identificación de los colombianos, como el registro civil electrónico y la biometría facial.
Pero además, Vega, que llegó al cargo en diciembre pasado, tendrá el reto de sacar adelante una reforma al Código Electoral (el actual está vigente desde la Constitución de 1886), que en el pasado se ha hundido varias veces en el Congreso de la República.
“Las reformas electorales han fracasado porque siempre han sido ligadas a las reformas políticas”, afirma el funcionario.
De la nueva cédula digital, de la identificación facial, del voto mixto, con el que se buscará cambiar los malos hábitos electorales de los colombianos y de otros temas relacionados con su labor, habló el nuevo Registrador Nacional con Colprensa.
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¿Está quedada Colombia en temas de la actualización de los servicios de registro y electorales?
Desde el punto de vista tecnológico, tanto la identificación como el sentido de la biometría facial, la cédula digital que se está usando ya en el mundo y el tema de incorporar tecnología en cómo la gente puede votar, todo ese tipo de tecnología que ya está, lo que buscamos es incorporar las más adecuadas a la cultura política del país, como también dar garantías y transparencia frente a los procesos electorales.
¿Pero dar ese paso sí permite que Colombia esté a la altura de la seguridad que demanda la utilización de esas tecnologías?
La Registraduría siempre ha tenido la custodia, la guarda en la identificación de los colombianos y en eso siempre ha sido responsable y lo seguirá siendo. Lo que sí puedo decir es que esas tecnologías que se implementarán llegan a reforzar no solamente la seguridad y la custodia de la identificación de los colombianos y los procesos electorales, sino a dar aún más garantías en ese deber de custodia que tiene la organización electoral en esas dos áreas.
¿Cómo espera que se dé la reforma electoral que anunció que llevará a su trámite en el Congreso de la República?
Nosotros tenemos un Código Electoral de antes de la Constitución del 91. Para el Registrador Nacional es claro que esas reformas electorales han fracasado porque siempre han sido ligadas a las reformas políticas.Hay que diferenciar lo que es el proceso electoral del sistema político de elección. Lo que se busca es presentar una reforma electoral, de tipo técnico, al Código Electoral. Queremos es sacar el Código de antes de la actual Constitución y adecuarlo al Siglo XXI.
Lo que vamos a hacer, en compañía de las cortes y del Consejo Nacional Electoral, es presentar un proyecto que desarrolle la parte electoral frente a tecnologías, escrutinios y el régimen de inhabilidades.
¿Por qué la clase política no ha querido tramitar hasta hoy esa reforma electoral?
Me queda claro que la voluntad siempre ha existido. Cuando uno habla con un miembro de un partido o un congresista, todos piden que haya una reforma electoral.
El problema ha sido que cuando se ha presentado cualquier reforma en este sentido se incluye el componente político, es decir las listas cerradas, el Senado regional y el voto exclusivo en listas con paridad de género, entre otros. En ese momento la reforma deja de ser electoral y se vuelve política.
¿Ese nuevo Código Electoral acabará con los vicios de corrupción de los que siempre se han habla con respecto a las elecciones?
Totalmente, es claro que las tecnologías atacan el fenómeno de la corrupción en cualquier área y en el proceso electoral humano. Las tecnologías llegan para quedarse y también para dar transparencia y seguridad al tema electoral.
¿Es decir que no se volverían a ver casos como la desaparición de votos de la que fue objeto el Partido Mira?
Lo que uno busca como miembro de la Registraduría, como jefe de la entidad, es que desaparezca la palabra fraude desde el punto de vista del resultado. Esta reforma que se empieza a plantear va ligada al fallo del caso Mira, en donde en su momento se indicaron varias órdenes por parte de la Sección Quinta del Consejo de Estado, las cuales meramente se aplicaban a corregir el procedimiento electoral.
Esa decisión se tendrá en cuenta y buscaremos que en el proceso electoral acabemos el mito del fraude en el sentido de que las tecnologías y la actualización de la legislación nos ayuden no solamente a combatir la corrupción sino el ciclo del fraude electoral.
¿El voto mixto que usted propone sí logrará cambiar esa cultura que tiene el elector colombiano hoy?
Cualquier cambio tecnológico es susceptible a la incredulidad, la incertidumbre y el miedo. Hay un caso en el mundo, el de Alemania, donde tuvieron que regresarse del voto electrónico al manual, y esa experiencia ayudó a los demás países a entender que las tecnologías en los sistemas electorales no pueden ser implementadas de un día para otro. Tienen que ser de manera gradual, porque hay que tener en cuenta la cultura política del país, las generaciones que votan.
¿O sea que en el caso de Colombia el proceso no será paulatino?
¿Qué quiere decir esto? Que las tecnologías, que pensamos hacer en el proceso electoral, se van a hacer de manera paulatina, no en el tiempo extensamente sino en las poblaciones. Lo que buscamos es que la gente se vaya acostumbrando en cada elección. Empezaremos con pruebas piloto y luego, en cada elección, aumentaremos los puestos de votación.
¿Por qué un nuevo modelo de cédula para los colombianos y qué garantías se tienen sobre su seguridad?
Se tiene claro que hoy en día todos los procesos digitales que hacen el Gobierno y los bancos tienen sus propios mecanismos de ciberseguridad. La cédula de ciudadanía digital, que esperamos ya esté funcionando en el segundo semestre, tiene los estándares de seguridad requeridos a nivel internacional.
Esta no es una cédula inventada por la Registraduría, sino que acoge una identificación que ya se está usando en países como México, Chile, Francia y Holanda y buscamos que la cédula tenga interactividad no solamente con los celulares sino con los portales digitales en donde se requiera la identificación.
"El propósito es tener un documento con un diseño más moderno que, además tenga la capacidad de almacenar información como la historia clínica y el registro civil, entre otros datos relevantes", dijo el Registrador.
¿Estaríamos a la par de otros países en los cuales la cédula es el gran documento de identificación?
Colombia tiene una legislación muy importante y avanzada y lo que estamos haciendo es que con la nueva cédula de ciudadanía lleguemos a esos estándares de alta tecnología. El Congreso acaba de aprobar la historia clínica electrónica.
Un tema que deben tener asegurado los ciudadanos es tener su registro civil incorporado para cuando sea solicitado. Lo más importante es que le va a ayudar a la forma de vida de los colombianos. La nueva cédula llega para mejorar la vida de los ciudadanos.
Estos cambios obligan a la Registraduría a tener un presupuesto para llevarlos a cabo. ¿Sí lo hay o cómo lo conseguirá?
Hay que quedar claro frente al tema: el año pasado el Congreso de la República dejó en la ley del presupuesto todo el paquete de modernización de la Registraduría, es decir, por ley ya están asignados los recursos. Segundo, la voluntad del presidente Iván Duque ha sido clara frente al proyecto de tecnología y dice que se la juega por el cambio y la automatización. El tercer elemento es que esto es un punto de convencimiento del Registrador Nacional.
Sobre el documento
El registrador nacional precisó que la cédula nueva la empezarán a usar, además de aquellas personas que soliciten un duplicado del documento original, los llamados nuevos ciudadanos, es decir quienes cumplan los 18 años de edad.
Vega indicó el nuevo modelo tendrá un chip, en donde de forma encriptada estarán los datos personales del portador, su información biográfica y hasta su historia clínica.
El funcionario también aclaró que, en caso de robo o pérdida de la cédula, los datos no estarán en riesgo de ser usados o manipulados, porque esa información solo estará en poder de la Registraduría.