Luego de dos días de descanso tras haber sido encontrados en las selvas del Guaviare, los cuatro menores indígenas que soportaron el aparatoso accidente de una avioneta y posteriormente las inclemencias del tiempo y el hambre durante 40 días comenzaron a dar detalles de lo que fue su extensa lucha por sobrevivir.
El líder indígena Manuel Ranoque Mucutuy, papá de los cuatro niños rescatados en el Yarí, contó que está siendo amenazado. “El frente Carolina Ramírez me está buscando para matarme, tengo amenazas”. El hombre aseguró en entrevista que para las disidencias de las Farc “soy un objetivo”.
“Eso es lo que mucho más miedo tengo porque yo sé que esas personas descaradas pueden comenzar a presionarme con mis hijos y eso nunca lo voy a permitir”, afirmó Manuel Ranoque Mucutuy.
En el video también se puede observar que los medios de comunicación le preguntaron si estas disidencias tenían que ver con la desaparición de los menores de edad en la Guaviare. Frente a esto, Manuel Ranoque Mucutuy afirmó que: “No... no sé”.
Asimismo, Manuel recalcó que “ellos lo único que quieren es el interés económico y mientras uno no se acoja a lo que ellos digan, uno es un enemigo para ellos”.
“Me van a buscar y que me van a mandar a una persona aquí. Esto lo escuché de la boca del dueño de la empresa de Freddy Ladino, tengo unos audios y tengo algo que mostrarles porque él esta aliado con ellos y quieren hacerme la vida imposible”, resaltó.
Los audios, según el padre de los menores, afirman que van a mandar un personal que lo busque en Bogotá para matarlo. “Temo por la vida de mis hijos porque ellos se encuentran acá conmigo”, recalcó Manuel.
Asimismo, hizo un llamado para que les den a él y a sus niños “una vivienda digna”, pues necesita garantizarles el estudio y la seguridad a sus hijos.
Además, el padre de los menores criticó a las personas malintencionadas que han tomado imágenes de los niños para burlarse y para publicarlas en las plataformas digitales.
“Totalmente en desacuerdo. Cómo van a coger a mis hijos de objeto de burla, si yo que soy el papá no lo estoy haciendo. Otras personas que están aquí, comiendo y durmiendo bien, se van para allá, los dejan ingresar, sacan fotos de mis hijos, las riegan en las redes sociales”, dijo.
Por otro lado, el hombre manifestó que no ha sido fácil entablar diálogos con los menores de edad, pues todavía siguen muy débiles tras el rescate.
Por ahora solo sigue agradeciendo “a Dios porque me los tiene con vida y para grandes cosas. Lo primero es que agarro a la niña de 13 años. No es fácil preguntarle porque los niños son 40 días en los que no han comido bien, no han podido dormir bien. No he tenido la oportunidad de sacar información. De mi parte, espero que se recuperen bien. Ellos mismos darán sus declaraciones y ustedes las sabrán. Yo de mi parte no puedo exagerar, sumar y quitar”, aseguró.
No obstante, otro detalle lo reveló el abuelo de los menores, Fidencio Valencia, quien aseguró que tras ser encontrados y puestos bajo observación médica, los pequeños casi no habían podido conciliar el sueño luego de la traumática vivencia, la que conmovió a todo un país.
“Ellos no dormían. Imagínese pobrecita ella con ese niño. ¿Cómo dormían? No sé. Algún día ellos van a decir. La ropa se les rompió, se les pudrió, no tenían zapatos. Estaban mal y agotados”, reveló Valencia en una entrevista a medios.
Cabe decir que, en un primer balance entregado por la directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, Astrid Cáceres, sobre el estado de salud de los cuarto hermanos Ranoque Mucutuy, aseguró que los niños consumieron de forma permanente la farina, el alimento que les ayudó a mantenerse con vida.
Indicó Cáceres que la estrategia utilizada, conocida como Operación Esperanza, permitió que tanto el cuerpo militar como los indígenas se adentraran en lo más profundo de la selva en un esfuerzo conjunto por encontrar a los niños.
Según Cáceres, se llegó a un acuerdo con la delegada de la Organización de los Pueblos Indígenas de la Amazonia Colombiana (OPIAC) sobre los aspectos nutricionales.
En primera instancia, Cáceres explicó que inicialmente se consideró suministrar agua, pero el personal militar sugirió el uso de suero y otro mencionó la fariña. En relación a esto, señaló: “¿Cómo se prepara la fariña que hay que poner? Entonces se decidieron bocadillos que son energéticos, alimentos energéticos”.
Por otra parte, la directora del ICBF también mencionó la importancia de seguir protegiendo y celebrando a los niños, resaltando que a pesar de su debilidad, este sábado se encontraban juguetones después de haberlos acompañado hasta altas horas de la madrugada.
Finalmente, Cáceres destacó la necesidad de fortalecer sus derechos y garantizarles una educación adecuada. También enfatizó la importancia de una protección integral, trabajando en conjunto con la OPIAC para prevenir el reclutamiento forzado y brindarles un ambiente seguro. Agregó que los niños y sus familias recibirán atención continua en el Hospital Militar en Bogotá.