Tras el anuncio dado este lunes por la Aeronáutica Civil, para que en cinco días Avianca y Viva Air tengan que informar oficialmente si realizarán o declinarán la operación de integración de las dos aerolíneas, son varios los puntos que dejan expectantes a los usuarios de la aerolínea, que de llegar a integrarse, deberá continuar con su modelo de bajo costo en Colombia.
De darse la integración –la cual tiene plazo de respuesta hasta este viernes–, Avianca deberá cumplir con las condiciones exigidas por la Aeronáutica que serán, entonces, realizar la devolución de slots (cupos para operar vuelos) del aeropuerto El Dorado, y continuar con la prestación del servicio, por tres años, de las marcas Viva Air y Viva Perú, en las rutas domésticas e internacionales en las que operaban a 31 de diciembre de 2022 de manera exclusiva y en las que, junto con Avianca, prestaban un porcentaje de participación conjunta igual o mayor de 75 %.
No obstante, las empresas intervinientes deberán mantener, por tres años, los acuerdos de interlíneas suscritos por Fast Colombia (Viva Air) y Viva Perú, vigentes al 31 de enero de este año. Además, las empresas deberán celebrar un acuerdo con Satena, que le permita a esa compañía comercializar los vuelos operados por las dos empresas con conexión a sus propios vuelos. En este punto, Avianca debería aportar hasta una suma de US$300.000.
Otra condición para que Viva Air vuelva a operar es que deberán entregar siete frecuencias que tengan asignadas actualmente para cubrir la ruta Bogotá-Buenos Aires, en cualquiera de los aeropuertos de esta última, pues esta es la ruta que resulta más afectada por la fusión. Condicionamiento que estará vigente por cuatro años.
Cabe recordar que, tras acogerse a un Plan de Recuperación Empresarial el pasado 10 de febrero, Viva Air tenía un plazo de 90 días para renegociar las deudas que incluyó, las cuales ascienden a más de $1 billón.
Así las cosas, las dos aerolíneas también deberán resolver la situación de los pasajeros que resultaron afectados por la suspensión de operaciones de Viva y que no hayan sido reacomodados en vuelos de otras aerolíneas, por lo que deben presentar un plan de protección especial, el cual contempla devolución de dinero y reubicaciones.
Una vez quede en firme la resolución de integración, las empresas tendrán 10 días para proponer cinco opciones de auditoría con presencia en Colombia, para que la entidad seleccione a la encargada de verificar y certificar el cumplimiento de los condicionamientos.
Ahora bien, las empresas intervinientes estarán obligadas a reducir 10 % del yield (que hace referencia a la rentabilidad de una empresa en función de su dividendo) de los pasajes vendidos en Colombia de las rutas que operaban Viva Air y Viva Perú el 31 de diciembre de 2022, y en las que las empresas en cuestión obtenían una participación en las rutas del 100 %.
Cabe destacar que el proceso de integración empresarial fue solicitado en agosto de 2022 y que en diciembre del año pasado se rechazó la solicitud, por lo que el proceso tuvo que reiniciar, después de la petición de varias aerolíneas que consideraron que esa integración afectaba la libre competencia dentro del sector aéreo colombiano.
En últimas, según se dijo a inicios de año, de realizarse la integración entre Avianca y Viva, construirán una robusta red de 188 rutas con conexión a 94 destinos y una flota de 141 aviones, pues hasta antes de frenar su operación, Viva Air contaba con 60 rutas y 22 aviones, y Avianca con 128 rutas, según cifras de las compañías.
El acuerdo queda entonces en manos de las aerolíneas, quienes decidirán si cumplen con estos requerimientos o desisten definitivamente de la fusión.
*Con información de Colprensa.