El candidato del Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga, dice que si es presidente suspende el proceso de paz hasta que las Farc se comprometan en cesar el terrorismo. Critica que en esta campaña no haya debate.
Óscar Iván Zuluaga, candidato presidencial del Centro Democrático, dice que la reelección es un premio o un castigo y critica que el candidato presidente Juan Manuel Santos le rehúya a los debates, ya que cree que lo hace porque no sabe cómo defender su obra de Gobierno.Insiste en que los días que restan de campaña son vitales, más cuando su nombre ha repuntado en las encuestas, de las que dice son la muestra del entusiasmo de la gente hacia su aspiración.Sale al paso del proceso de paz, descarta una Constituyente y enfatiza que el marco legal para la paz abre un camino a la impunidad.Se ha dicho que esta es una campaña sosa, sin propuestas y que hay mucho ataque. ¿Usted cómo la ve?Yo he hecho una campaña basada en propuestas. Si usted mira, desde el primer día, he venido recorriendo el país en diálogo con la ciudadanía, escuchándole sus problemas y armando propuestas concretas, específicas. Lo que creo es que ha faltado debate. Entonces, como el candidato Presidente, que es el centro de la atención de los medios, no va a los debates, pues eso le quita el tono y la controversia que necesita esta confrontación de ideas.¿Por qué cree que se está dando ese fenómeno que algunos le rehuyan a los debates?Pues eso hay que preguntárselo al Presidente. A veces he pensado que la Ley de Garantías debería exigir dos debates del candidato Presidente en la primera vuelta, en los Estados Unidos es de ley la participación de los debates. He venido proponiendo eso.¿Será que hay triunfalismo en la campaña santista?Me parece, más bien, que no entienden lo que significa la reelección. La reelección es un premio o un castigo, hay que ganársela y me parece que rehuirle a los debates afecta mucho al Gobierno porque ante la ciudadanía queda claro que no tiene cómo defender lo que ha hecho y no está dispuesto a exponerse a la confrontación pública. En una campaña en que las propuestas parecen calcadas, ¿cómo marcar la diferencia?Faltan todavía 20 días de campaña y en la medida en que se acerca la decisión final, los colombianos van a terminar decidiendo por quien más los representa en la solución a sus problemas; los colombianos están muy pendientes de eso y eso explica el avance que ha tenido mi nombre y mi candidatura, el apoyo en todas las regiones y todos los sectores socioeconómicos, porque se han identificado nuestras propuestas concretas, puntuales que van a la dirección de la solución de los principales problemas de los ciudadanos.Pero, ¿cómo piensa romper con esa monotonía de la campaña?Hay que seguir la campaña. La mía no es una campaña de agresión, es de ideas y propuestas y en eso los medios tienen que hacer un esfuerzo importante, el debate tiene que estar centrado en eso, a veces lo que llama la atención de medios y la ciudadanía es el morbo, la pelea. Eso no es lo que necesita el país, la gente no debe elegir al que más pelee o el que más ataque, sino al que tenga más soluciones. Yo estoy en ese plan, en los temas de seguridad urbana, en la educación, salud, vivienda, recuperación del sector agropecuario, de empleo en las regiones, esos son los temas que los ciudadanos quieren escuchar.Usted habla de la agresión, si esa es una premisa, ¿por qué se siguen mandando piedras?Creo que tampoco las campañas están exentas de que haya diferencias, una cosa son las políticas y hay momentos en una campaña que intervienen muchas personas, se presentan los roces naturales, las campañas no son perfectas, son una disputa por el apoyo y el respaldo de los líderes y a veces se presentan las dificultades naturales y las diferencias propias de su campaña.Usted tuvo un repunte en la última encuesta, pero el Presidente aún le lleva una ventaja importante ¿Cómo va a hacer para remontarla?Este es un proceso ascendente, recorriendo el país se da uno cuenta del respaldo y el entusiasmo que ha despertado mi nombre y las propuestas que represento. El resultado del Centro Democrático después del 9 de marzo ha estimulado mucho el respaldo porque se creó una nueva realidad política, es un partido con 20 senadores y 19 representantes, es el mayor hecho político de las pasadas elecciones.¿Los indecisos, el voto en blanco y los abstencionistas son vitales para obtener un triunfo?Indudablemente los que no han tomado una decisión van a inclinar la balanza, una competencia que se ve reñida y hay que motivar para que ese voto indeciso o que no ha pensado en votar participe activamente. A eso estamos dedicados con nuestra estrategia política y de publicidad.¿Si llega a la segunda vuelta, cómo serían esas alianzas políticas para derrotar al presidente Santos?Lo primero es esperar el resultado del 25 de mayo, anticipar cualquier cosa me parece que no es oportuno. Pero, no descarta alianzas...Será lo natural, no abro el debate de lo que va a pasar en segunda sin saber lo qué va a pasar el 25 de mayo. Estoy concentrado en este triunfo.¿Cómo sacar al Centro Democrático del escenario que son enemigos de la paz?Está superado. 70 % de los colombianos no quieren la reelección de Santos y 65 % no cree en el proceso de paz. Quién le ha advertido a los colombianos las inconveniencias de lo que se está negociando en La Habana somos nosotros. Es que las Farc son una organización narcoterrorista, nadie puede entender que un estado demócrata se siente a negociar con el narcoterrorismo sin una sola condición.¿Lo que quiere decir es que el Gobierno le está entregando el país a las Farc?Eso lo hemos dicho, es una rendición de la democracia. No es posible que se vaya a negociar la política antidroga con el mayor cartel del narcotráfico del mundo, que son las Farc. Si es elegido ¿qué hará con el proceso de paz?Lo suspendo y le daría una semana de plazo a las Farc para que decidan si cesan toda acción criminal contra los colombianos, un cese verificable como condición única para buscar una paz negociada. Si las Farc deciden que negocian bajo esta condición, se definirán los escenarios y cómo operaría.¿O sea que el marco legal para la paz en su Gobierno quedaría en pausa?El marco legal tiene un campo para admitir la impunidad y tiene un problema muy grave y es que con la excusa del delito político se pueden limpiar los delitos atroces y de lesa humanidad y narcotráfico, eso es muy grave. Eso lo hemos advertido en una demanda que cursa en la Corte Constitucional.¿Es decir que se requiere un nuevo marco legal?Una paz negociada no requiere nada distinto a lo que está en la Constitución, si el terrorismo de las Farc tiene voluntad es muy fácil ponerse de acuerdo sobre cómo alcanzarla.¿Es partidario de una Asamblea Constituyente?No. Colombia tiene la institucionalidad y los mecanismos para darle garantías a los colombianos en lo que se debe hacer, para eso está el Congreso, para eso están las elecciones democráticas. La Constituyente no es para legitimar a quienes han actuado atentando contra los colombianos de bien.Con la experiencia de las elecciones al Congreso, ¿cree que hay garantías para los comicios presidenciales?Las hemos estado exigiendo. Para nosotros es muy importante la auditoría previa del software de información, eso es fundamental, tener acceso para tener certeza para que no se presente un fraude como ocurrió en las pasadas elecciones.¿Será que el fraude electoral se convirtió en una regla?Me parece que el manejo que le dieron a los últimos comicios la Registraduría y el Consejo Nacional Electoral representó un retroceso. Hubo circunstancias increíbles, esa publicidad engañosa de la última semana, con la que se quería hacer creer que La U era el partido de Uribe, en una democracia no se puede permitir. Uno no entiende como el CNE mantuvo un silencio cómplice ante un hecho tan evidente que viola todas las normas y las leyes en materia electoral.¿Hubo ríos de dinero como se dice?Hubo mucho dinero por cuenta de la mermelada. Le hizo mucho daño y también en esa materia hubo un retroceso para el país, el Gobierno comprando la reelección a cualquier costo.¿Sigue en vigencia la mermelada?Pues me parece que los congresistas quedaron muy endeudados.Con la experiencia del caso del alcalde Gustavo Petro, ¿usted cree que hay que reformar la justicia?Es urgente y en estos cuatro años no la tuvimos. La última reforma a la justicia fue una vergüenza. Hay problemas de la politización, el choque de trenes, el problema de formación del recurso humano a nivel de jueces, la forma de ejecutar los recursos, cómo solucionar los problemas del ciudadano de a pie para que la justicia pueda ser pronta y eficaz, el problema de las cárceles, cómo implementar la oralidad, el reto que plantean los delitos económicos. Hay temas de fondo para revisar en el tema de la justicia.