Aunque el inicio de año en Colombia ha estado marcado por el fenómeno de El Niño, el Ideam prevé que las altas temperaturas cedan en los próximos meses. Según los análisis del Centro de Predicción Climática de la Administración para la Atmósfera y el Océano, en el último trimestre El Niño se ha categorizado como un fenómeno fuerte.
Se espera que entre abril, mayo y junio entre a una fase neutral y, posteriormente, de paso al fenómeno opuesto: La Niña. De acuerdo con las estimaciones del Instituto De Hidrologia, Metereológia Y Estudios Ambientales, la probabilidad de que la temporada de lluvias inicie en el trimestre de julio, agosto, septiembre es del 64 %.
“Ha habido un aumento significativo de que la probabilidad de la fase fría del fenómeno (La Niña) se manifieste en el trimestre junio-julio-agosto y que se mantenga como la categoría predominante durante el segundo semestre de este año”, detalla el último boletín del Instituto.
Sin embargo, es incierto si esta predicción coincidirá con el comportamiento de ambos fenómenos climáticos, por lo que la entidad continúa monitoreando las condiciones atmosféricas en el país. Además, recomendó a las entidades del Sistema Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres y al Sistema Nacional Ambiental, estar atentos a las novedades para evaluar los posibles planes de contingencia.
¿Qué es el fenómeno de La Niña?
El Ideam explica que el ciclo conocido como ‘El Niño’ y su fase opuesta ‘La Niña’ son la causa de la mayor señal de variabilidad climática en la franja tropical del océano Pacifico. Ambos fenómenos son la causa de la aparición de aguas superficiales relativamente más cálidas o más frías frente a las costas del norte de Perú, Ecuador y sur de Colombia.
Por un lado, el Fenómeno de El Niño se genera cada cierto número de años por el calentamiento del océano Pacífico y sus efectos son notables en el norte de la región Pacífica, los departamentos de la región Andina y en los departamentos de la región Caribe.
Mientras tanto, el fenómeno de La Niña se caracteriza por el aumento considerable de las precipitaciones y la disminución de las temperaturas. Históricamente, este fenómeno ha afectado a las regiones Andina, Caribe y Pacífica y áreas del piedemonte de los Llanos orientales.
Ante la llegada del fenómeno, el Ministerio de Ambiente ha empezado a fortalecer su infraestructura en los territorios más vulnerables en donde hay bajo acceso a servicios públicos, vías, canalizaciones y saneamiento básico. La inversión se priorizará en departamentos como La Guajira y Chocó, y en municipios al sur de Córdoba y Sucre.
En otras temporadas, las intensas lluvias han generado deslizamientos sobre vías importantes e inundaciones en ciudades, pero también tienen como consecuencia el aumento en el precio de los alimentos.