La muerte de Fernando Botero le dio un giro nostálgico a este viernes, 15 de septiembre de 2023. A los 91 años, este artista se destacaba en el mundo entero.
Fernando Botero Angulo era un pintor, escultor y dibujante colombiano, el más grande de la historia. De hecho, casi veinte años atrás, él ocupó el quinto lugar en una lista de los diez artistas vivos más cotizados del mundo, la cual la hizo la revista ‘Art Review’.
Este antioqueño se convirtió en uno de los pocos pintores que en vida tocaron la fama mundial, pues, resulta importante comentar que ni Van Gogh ni Rembrandt tuvieron ese privilegio de gozarse la gloria, solo hasta que les llegó su momento. Su éxito se vio envuelto infinidad de veces entre talento, entrega y terquedad, tal y como lo comentan quienes siguieron de cerca al pintor.
Al hablar de la niñez de Botero salen a relucir detalles en los que se comenta que creció entre dificultades. En su hogar escaseaban la comida y las comodidades. Incluso, en un diálogo reciente con la revista ‘Diners’ le preguntaron por esa etapa de su vida, a lo que solo respondió que “cuando falta plata no se puede hablar de una infancia feliz”.
Su vida cambió de rumbo en el que se cruzó con el arte casi por accidente. Y es que cuando apenas tenía 15 años, mientras estudiaba para ser torero, hizo realidad la idea de vender dibujos a la salida de la Plaza de La Macarena, en Medellín. Vivía encantado del cartelista Carlos Ruano Llopis, razón suficiente que lo motivó a imitarlo. Así fue como, poco a poco, Botero dejó a un lado el toreo y quiso ser artista.
Al salir del colegio lo empezó a perseguir la idea de que “en Colombia ser artista era como ser el bobo del pueblo”. Tomó entonces la decisión de enfocarse al 100 % en sus lienzos y en sus esculturas, sin importarle nada ni nadie y sin prestarle atención a las advertencias de que se iba a morir de hambre. Años más tarde, exactamente, cuando tenía 19 años, la vida lo llevó a la galería Leo Matiz, en Bogotá.
Y es que todo parece indicar que la historia de Fernando Botero estaba destinada a desarrollarse en medio de colores, pues sus cuadros se vendían todos. También, este artista se ganó un premio nacional de pintura, el que le cambió la vida y siempre se mantuvo firme al estar dispuesto a darlo todo por vivir de la pintura.
Su estilo propio, el que –según él– no estaba relacionado con “pintar gordos”, sino con trabajar con volumen, lo transformó en el pintor más grande de Colombia. A esa versión se sumó lo que dijo, en su momento, su hijo Juan Carlos, que se trataba de la clave para darles “magnificencia, plasticidad y sensualidad” a sus trazos.
Aunque la vida de Fernando Botero no siempre estuvo llena de colores, en relación con que también tuvo que afrontar duros momentos, lo que es cierto es que dejó una huella imborrable en el mundo entero. Es por eso que este viernes, 15 de septiembre, millones de personas han reaccionado a la noticia del fallecimiento del pintor colombiano, el más grande de la historia del país, quien entregó y regaló su obra.
Entre las personas que se han despedido del reconocido pintor se encuentra el presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien dijo lo siguiente: “Ha muerto Fernando Botero, el pintor de nuestras tradiciones y defectos, el pintor de nuestras virtudes. El pintor de nuestra violencia y de la paz. De la paloma mil veces desechada y mil veces puesta en su trono”.