Doce personas, entre ellas siete hombres y cinco mujeres, fueron asesinadas en la zona rural de López de Micay, en Cauca, cerca de los límites con Buenaventura. Según las autoridades, la masacre fue el resultado de una violenta disputa interna entre miembros de la estructura criminal ‘Jaime Martínez’, disidencia de las FARC, por el control del narcotráfico en la región.
“Tenemos pruebas de que se trató de una lucha interna por el manejo del narcotráfico”, afirmó Velásquez, quien añadió que las víctimas formaban parte de esta estructura criminal.
El comandante de las Fuerzas Militares, almirante Francisco Cubides, explicó que alias Pablo Villa, uno de los cabecillas de la ‘Jaime Martínez’, habría ordenado la incursión armada contra alias Tatín, otro miembro de la misma organización, por desacuerdos en la venta de cocaína.
Este ataque fue lo que desencadenó la masacre. “Esta es una clara muestra de la brutalidad con la que actúan estas disidencias, dispuestas a matar a sus propios integrantes por el control del negocio”, comentó Cubides.
Las autoridades que llegaron al lugar encontraron a las víctimas sin armas y vestidas de civil, lo que sugiere que no estaban preparadas para combatir. “No se trató de un enfrentamiento armado entre dos grupos. Las evidencias indican que fueron ejecutados sin oportunidad de defenderse”, agregó el almirante Cubides.
En respuesta, la Defensoría del Pueblo y la Cruz Roja Internacional enviaron delegados a la zona para verificar lo sucedido y facilitar el traslado de los cuerpos al casco urbano, donde serán identificados por sus familiares y recibirán sepultura.
*Con información de Colprensa.