Una madrugada tranquila y habitual para Elkin Fredy Arias Herrera el pasado 2 de julio pasó a ser una pesadilla cuando sujetos armados lo habrían abordado y en hechos aún por establecer, lo asesinaron en plena vía pública del noroccidente de Medellín.
El hombre de 40 años había salido de su vivienda minutos antes de las 5 de la mañana, y quedó tendido sobre la ciclorruta del Parque Lineal del barrio López de Mesa, en Robledo, mientras se dirigía a su trabajo aquel martes. Laboraba como albañil.
“Según labores de campo, se logró establecer que la víctima se trasladaba a su trabajo en transporte público y al poco tiempo de salir de su residencia, sus familiares fueron avisados de que había sido asesinado en vía pública”, sostiene el reporte del Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (SISC).
Elkin Fredy Arias era oriundo del municipio de Yolombó, en el nordeste del departamento de Antioquia, y según sus familiares, no era un hombre violento ni problemático, por lo que no tenía amenazas de ningún tipo ni antecedentes por algún crimen.
Al parecer, solo llevaba dos años viviendo en Medellín. Agentes del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía llegaron al lugar para realizar el levantamiento del cuerpo, hallando que tenía varios impactos de bala en su cuerpo.
Con este hecho, que es el primero que se registra en julio, la cifra de asesinatos en la Comuna 7 o Robledo en la capital antioqueña llegó a 11 en lo corrido del año. A nivel general, Medellín ya acumula 150 casos en 2024.
Así como en el caso de Elkin, las autoridades también adelantan las investigaciones para encontrar los motivos que llevaron al crimen de un comerciante mexicano de 54 años, que fue abordado por sicarios en la tarde del pasado 30 de junio en un restaurante ubicado en el sector de Provenza, en El Poblado.
Horacio Pérez Ledesma, como fue identificado, vivía en Ciudad de México y se encontraba en Medellín para asistir a la despedida de soltero de un amigo suyo. Según se ha establecido, se encontraba junto a otras siete personas en el momento del asesinato.
Las cámaras de vigilancia de la zona han mostrado que los sicarios llegaron con anticipación al sector, por lo que esperaron varios minutos hasta que la víctima llegara para realizar el ataque. Pérez Ledesma recibió ocho impactos de bala, dos en un brazo, otros dos en la espalda, tres en la columna y el último en el abdomen.
“Se descarta que sea un hurto. De acuerdo a las indagaciones, nunca vieron que hubiera sido amenazado para intentar hurtarlo. Al parecer se trataría de un ajuste de cuentas, pero desconocemos los motivos puntuales”, manifestó al respecto el general Óscar Andrés Lamprea, comandante de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá.