El testigo, que fue revelado por la revista Semana, y quien se mantendrá en confidencialidad, hizo este jueves fuertes señalamientos que salpican al presidente Gustavo Petro. La clave de este escándalo está en un dinero que se perdió en la casa de Laura Sarabia, exjefa del gabinete presidencial.

“A él (el coronel Dávila) lo contacta el coronel Feria porque, cuando se sabe lo del monto del dinero, Laura (Sarabia) llama a Feria, y Feria contacta a Óscar (Dávila) y él empieza a hacer todas las actividades. Lo primero que hacen es empezar a hacer las pruebas de poligrafía, pero no se lo hacen a la empleada, sino a la teniente”, dijo la fuente, en referencia a la teniente Laura Luna.

El testigo afirmó que trataron de culpar primeramente a la teniente, le hacen la prueba del polígrafo, donde la presionan y ella dice que no tiene nada que ver. En ese momento, empiezan a hablar de un monto de tres mil millones de pesos. Luego pasaron por la prueba del polígrafo a Marlebys Meza, la exniñera del hijo de Laura Sarabia.

El coronel era una de los elementos claves en el escándalo que salpica a Gustavo Petro. | Foto: No

“Ahí ya dicen que la empleada es la culpable, lo que él (Dávila) nos decía es que de eso se recuperaron 268 millones de pesos. Y los entrega el esposo o la pareja permanente o el compañero de la empleada del servicio. A él lo cogen en el ámbito de la Policía, dice que lo levantan, lo aprietan, todo eso, y él entrega ese dinero”, relató la fuente.

“El coronel Feria sabía todo y, por obvias razones, Laura Sarabia, porque los 268 millones de pesos se los entregó (Dávila) personalmente a ella”, agregó la fuente.

Todo el escándalo inicia por un dinero que se perdió de la casa de la entonces exjefe de gabinete, Laura Sarabia. | Foto: Semana

Una de las pruebas que el testigo entregó en su versión de los hechos es que todo quedó registrado en las cámaras de seguridad del edificio donde vive Laura Sarabia, pues el coronel Dávila le contó que el ingreso de las maletas quedó registrado.

Por otro lado, reveló que la angustia del coronel Dávila era cada vez mayor porque todo se empezaba a desencadenar sobre él. Pues el coronel fue el que hizo la mayor cantidad de diligencias en todo el caso y fue contactado por el coronel Feria.

Las chuzadas

Volvieron las chuzadas, y este es uno de los momentos más graves del caso, cuando interceptaron los teléfonos de Marelbys Meza y Fabiola Perea, a quienes hicieron pasar como si se tratara de integrantes de un grupo armado.

“Nunca se habló de plata recuperada, nunca se ha hablado de montos exactos, porque no se podía. No se justifica ese monto de dinero. Además, todo eso se estaba haciendo así, por debajo de cuerda, todo se estaba haciendo de manera ilegal. No desde un proceso judicial. Así mismo, Dávila decide hacer una copia espejo del celular (de Marelbys) y le pide un favor al mayor John Jairo López Tolosa, en la Dijín, para que intercepte esos números (el de Marelbys y el de Fabiola)”, relató la fuente.

Sostuvo que el mayor López Tolosa desconocía lo que estaba ocurriendo en ese momento. “Lo contactan para que intercepte los números, pero en ese sentido sí hay que ser muy claro que no le dicen por qué. Le dicen el para qué, es decir, para escuchar unas líneas y mirar un tema de dinero específicamente, y le dicen que es de crimen organizado, de gente del Clan del Golfo. A él no le dicen exactamente qué es lo que estaba pasando porque no querían que mucha gente supiera lo que estaba ocurriendo”, dijo la fuente.

“Cuando ya estalla el escándalo, el mayor López Tolosa le dice (a Dávila): ‘Oiga, ¿por qué me metieron en este problema?’”, agregó la fuente.

El coronel apareció muerto la noche del pasado 9 de junio en Bogotá. | Foto: Suministrado a Semana

Estalló el escándalo

Afirmó que cuando estalló el escándalo y la Fiscalía destapó las chuzadas, el coronel Dávila empezó a tener angustias. “A él ya lo empiezan a presionar en que hay que mantenerse. Él tenía la presión de todo lo que había hecho. El temor era a que las personas que sabían en algún momento lo nombraran, por ejemplo, un patrullero, un intendente o cualquiera de los que está declarando. Todo iba a llegar a él y, desde arriba, ya lo estaban dejando completamente solo”, agregó la fuente a Semana.

“A él (a Dávila) le dicen que en algún momento lo tendrán que llamar y que su abogado tiene que ser Miguel Ángel del Río. Esa instrucción se la dio el coronel Feria. ¿Y quién manda a Feria? Pues, por obvias razones, el presidente Petro” dijo.

La fuente afirmó que horas antes de la muerte del coronel, Dávila le entregó a Del Río 50 millones de pesos, para que lo defendiera. “Fueron 100 millones de pesos que le dio el coronel Feria a él para que pagara el abogado y se los entregó personalmente y en efectivo. De ahí, le pagó 50 millones de pesos a Del Río y le dio 20 millones de pesos al mayor López Tolosa”.

Gustavo Petro le designó un abogado al coronel Dávila para su proceso investigativo. | Foto: Esteban Vega La-Rotta

La fuente fue enfática en que el coronel Dávila se alarmó demasiado el día en que recibió la llamada de la periodista Silvia Charry, de Cambio, especialmente porque desconfió del abogado Del Río y pensó que fue él quien le dio su número a la comunicadora.

El testigo dijo que Dávila estaba preocupado por todo lo que estaba pasando y que se le había pasado por la mente quitarse la vida, pues todo giraba en su entorno y sentía que no tenía escapatoria. Incluso afirmó que le dijeron que tener ese abogado que le había designado el presidente, lo iba a vincular más en el caso. Incluso, contactaron con otro abogado.

Así fue dicho contacto: “Se hizo una videollamada con un abogado y un bufete de investigación de expolicías. Le dijeron que no se preocupara, que lo iban a apoyar y a defender”.

Día de la muerte del coronel

El día de la muerte del coronel Dávila, la fuente aseguró: “En el transcurso en el que él iba para la casa tuvo que haber recibido alguna llamada, porque él estaba tranquilo, relativamente”.

El testigo arremetió contra Del Río. “Por tanta presión fue que tuvo que devolver el dinero. La verdad da rabia porque ese mismo día salió a decir que lo estaba ayudando, se vendió como si todo fuera gratis, ad honorem, mejor dicho, el adalid, y no, hijueputa, Dávila le había dado esa plata. Los demás policías estaban presionando a Dávila, diciéndole: ‘Mire, nos hizo meter en un problema’”.

La fuente aseguró que el primer pecado fue que Dávila participó en el polígrafo de la niñera Marelbys Meza sin ser una funcionaria. “A veces uno peca por hacer más, por querer extralimitarse en el buen sentido de la palabra. Ese fue el pecado de él, realmente, porque todo siempre ha sido en concordancia con el coronel Feria. Pero él (Feria) ya lo estaba desligando, al punto de que negó que él sabía de esas cosas, que era mentira, porque la primera persona que supo de la pérdida del dinero fue él (Feria) y llamó al coronel Dávila para que se pusieran al frente de todo”.

Sobre la diligencia en la misteriosa oficina del piso 13 de la Dian, desde donde se maneja la seguridad preventiva del presidente, el testigo aseguró: “Dávila estaba nervioso, pero eso de que lo amenazaron es mentira. Llegaron a la inspección, hicieron la inspección y era teso. Había mucha presión, pero no hubo ni insultos ni maltratos de ninguna parte. El que conoce o conoció a Dávila sabe que era supremamente respetuoso. O sea, nada, ni lo trataron mal, ni trató mal a nadie. Nada, eso es mentira”.

En este punto, la fuente volvió a hablar del abogado Del Río. “Si usted mira cronológicamente los mensajes de él, desde el comienzo, le echó la culpa a la Fiscalía. Ya después empezó a recular, a voltearla, y entonces era el adalid y todo era ad honorem. Como hubo presión lo llamaron a decirle: “Venga, ¿y la plata? Él ya la devolvió a la esposa (del coronel Dávila)”. Pero agregó que la mujer no estaba al tanto de todo lo que hizo su esposo.

Sobre la carta que el coronel Dávila le envió a la Fiscalía, el pasado 2 de junio, poniéndose a disposición del ente acusador, y que les llegó a los fiscales, el testigo en reserva dijo: “Era una estrategia jurídica para ponerse a disposición, diciéndole a la Fiscalía que ahí estaba listo para cuando lo requirieron”. Todos los testigos estaban muy asustados desde el momento que le hicieron la prueba del polígrafo a la niñera, lo que desencadenó aún más la preocupación del coronel Óscar Dávila.