En los rincones más remotos de la región andina de América Latina, una antigua práctica agrícola resurge con el potencial de revolucionar la agricultura sostenible. El “agua de frijol”, un líquido resultante de la cocción de frijoles comunes, ha sido redescubierto como un poderoso abono natural. Esta técnica, utilizada por generaciones en comunidades indígenas, ha capturado la atención de agricultores y científicos por igual debido a sus beneficios para el suelo y las plantas.

El secreto de la fertilidad natural

El agua de frijol es un ejemplo perfecto de cómo las prácticas agrícolas tradicionales pueden ofrecer soluciones innovadoras a los desafíos modernos. Su proceso de elaboración es simple: después de cocinar los frijoles en agua, el líquido resultante se utiliza como fertilizante orgánico. Este “caldo” de frijol está lleno de nutrientes esenciales para el crecimiento de las plantas, como nitrógeno, fósforo y potasio, junto con una variedad de micronutrientes que son beneficiosos para el suelo.

La sabiduría ancestral se encuentra con la modernidad: el agua de frijol emerge como una opción innovadora para mejorar la productividad agrícola. | Foto: Getty Images

Lo que hace que el agua de frijol sea aún más valiosa es su capacidad para mejorar la estructura del suelo y aumentar su capacidad para retener agua. Esto es especialmente importante en regiones donde la agricultura se ve amenazada por la sequía y la erosión del suelo. Al incorporar el agua de frijol en sus prácticas agrícolas, los agricultores pueden mejorar la salud del suelo y aumentar la productividad de sus cultivos de manera sostenible.

Un renacimiento en la agricultura sostenible

En la región andina, donde la agricultura es una parte fundamental de la vida y la cultura, el resurgimiento del agua de frijol está siendo recibido con entusiasmo. Comunidades enteras están redescubriendo esta antigua práctica y adaptándola a sus necesidades agrícolas actuales. Además, los científicos están llevando a cabo investigaciones para comprender mejor los beneficios de este abono natural y cómo puede integrarse de manera efectiva en sistemas agrícolas modernos.

En áreas rurales de América Latina, un abono natural poco convencional está ganando terreno como una solución rentable y ecológica para mejorar la calidad del suelo. | Foto: ©2021 Wayne E Wilson

El impacto potencial del agua de frijol va más allá de las comunidades locales. En un momento en que la agricultura sostenible es una prioridad global, esta técnica ofrece una solución prometedora para mejorar la resiliencia de los sistemas alimentarios y mitigar los efectos del cambio climático. Al utilizar recursos locales y prácticas ancestrales, los agricultores pueden reducir su dependencia de fertilizantes químicos y contribuir a la conservación del medio ambiente.

*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.