El Año Nuevo Chino, también conocido como el Festival de Primavera, es una de las festividades más importantes y esperadas en la cultura china y entre las comunidades chinas en todo el mundo. Con la llegada del año 2024, se renuevan las tradiciones ancestrales que marcan el inicio de un nuevo ciclo lunar. Entre los rituales y prácticas que se llevan a cabo para atraer la buena fortuna y la prosperidad, destaca uno particularmente llamativo y curioso: el ritual de la lengua de suegra.
La significación de la lengua de suegra
En la cultura china, se le da gran importancia a los símbolos y a las prácticas que se consideran auspiciosas para atraer la prosperidad y la buena suerte en el año que comienza.
La lengua de suegra, una planta con hojas puntiagudas y afiladas, es considerada un símbolo de riqueza y prosperidad en la tradición china. Se cree que la forma puntiaguda de sus hojas actúa como espadas que cortan la mala energía y atraen la fortuna.
El ritual para atraer la prosperidad
Según la tradición, para atraer la prosperidad en el Año Nuevo Chino, se lleva a cabo un ritual que implica el uso de la lengua de suegra.
- Este ritual consiste en colocar una planta de lengua de suegra en el hogar, preferiblemente cerca de la entrada principal, y atar una cinta roja alrededor de sus hojas.
- La cinta roja simboliza la energía positiva y la vitalidad, mientras que la planta misma representa la fortuna y la prosperidad.
Además de colocar la planta en un lugar prominente del hogar, se cree que el ritual se completa cuando se realiza un gesto particular: se deben tocar suavemente las puntas afiladas de las hojas de la lengua de suegra con los dedos, mientras se recita una oración o un deseo de prosperidad y buena fortuna para el nuevo año. Este acto simbólico se considera una forma de activar las energías positivas de la planta y de alinearlas con los deseos de quienes realizan el ritual.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.