Los fríjoles son un alimento de mucha proteína y una opción de menú que siempre está presente en todos los restaurantes.

Para ahorrar tiempo, en la actualidad existen tres diferentes formas para preparar fríjoles secos sin remojarlos toda la noche anterior.

Fríjoles | Foto: Getty Images

Opción 1

Coloca los frijoles secos en el colador. Lávalos con agua fría y saca cualquier frijol descolorido o dividido. Coloca los frijoles en una olla y agrega agua, hay que tener en cuenta que el nivel del agua debe llegar sobre los 5 cm por encima de los frijoles.

Coloca la olla en la estufa y espera a que hierba durante dos minutos. Apaga la estufa, tapa la olla y deja los frijoles en remojo. Después de dos horas, escurre los frijoles. Añade más agua y vuelve a hervir. Baja el fuego a fin de que los frijoles estén a fuego lento y comprueba los frijoles después de 10 minutos.

Cuando empiecen a estar suaves, añade una pizca de sal. Dependiendo del tipo de frijol, puede tomar de 10 a 30 minutos para que se terminen de cocinar.

Opción 2

Lava y saca los frijoles secos, posteriormente colócalos en una olla y agrega agua suficiente para cubrir los frijoles por lo menos 5 cm. Lleva el agua a hervir en la estufa y ponlos a fuego lento, asegúrate de revolverlos cada 10 minutos.

Una vez que se vuelvan un poco blandos, añade una pizca de sal. Los tiempos de cocción varían dependiendo del tipo de frijol. Las lentejas toman aproximadamente 20 minutos, mientras que los garbanzos tardan de tres a cuatro horas.

Opción 3

Precalienta el horno a 250 grados. Lava y saca los frijoles secos, luego colócalos en una olla para horno y agrega agua suficiente para cubrir los frijoles por lo menos 5 cm. Lleva el agua a ebullición, coloca una tapa en la olla y ponla en el horno.

Después de 45 minutos, revuelve los frijoles y degústalos. Si están un poco suaves, añade sal. Si todavía están duros, comprueba cada cinco minutos y añade la sal cuando estén suaves. La mayoría de los frijoles se cocinan completamente después de 75 minutos.

Preparación de fríjoles.

El alimento que se debe consumir en la cena para acelerar el metabolismo en las noches

Hay personas que, preocupadas por su peso y apariencia, evitan la comida de la noche o cena. Esta es una costumbre malsana que podría desequilibrar el organismo, afectando el metabolismo natural del cuerpo, principalmente el funcionamiento de la grelina y la leptina, dos hormonas que controlan el apetito. En particular, la grelina es estimulante del apetito, mientras que la leptina lo detiene, generando saciedad.

En las noches, de acuerdo al metabolismo corporal, la grelina aumenta y la leptina disminuye, de modo que si cena poco, puede provocar más apetito pasadas unas horas, incitando a comer en deshoras, cuando ya se está descansando o en la madrugada. Esto afectará el peso corporal y el metabolismo. Por esta razón, hay recomendaciones nutricionales para regular la grelina y la leptina por la noche, evitando las dietas extremas y restrictivas, logrando dormir bien y recuperar energía.

El descubrimiento de la leptina ha sido el desencadenante de múltiples análisis, como uno llevado a cabo por la Universidad de Granada y otro adelantado por la Universidad de Río de Janeiro, que han asociado la leptina y la obesidad para su prevención, dado su efecto anorexígeno y su influencia sobre el apetito y el metabolismo.

Contrario a lo que suele creerse, no es recomendable dejar de cenar con fines de adelgazamiento, puesto que tendría efectos negativos en el metabolismo, los niveles de glucosa y el peso. Por otro lado, hay que comer, pero no demasiado, para evitar que las calorías no utilizadas formen grasa.

Lo ideal es cenar ligero y equilibrado, y pensando en contribuir al aumento de la leptina por la noche, entonces lo recomendable es optar por alimentos ricos en fibra, proteínas y grasas saludables.

También se deben evitar los hidratos de carbono simples, refinados y azúcares ocultos, que pueden aumentar los niveles de insulina y por tanto, interferir en la producción de leptina.

Los alimentos que se deben preparar en la cena. | Foto: Klaus Vedfelt

El aspecto mental también es importante, puesto que el estrés, el alcohol y no dormir bien, pueden afectar el equilibrio hormonal y el apetito.