La lana es un material apreciado por su calidez, suavidad y durabilidad, pero para mantener la ropa de lana en óptimas condiciones, es necesario tomar ciertas precauciones. Con el cuidado adecuado, las prendas de lana pueden conservar su apariencia y funcionalidad durante muchos años. A continuación, se presentan algunas estrategias clave para evitar que la ropa de lana se deteriore con facilidad.

Primero, es esencial prestar atención a las instrucciones de cuidado en las etiquetas de las prendas. La lana a menudo requiere un tratamiento especial, y seguir las recomendaciones específicas del fabricante puede prevenir daños.

En general, se aconseja lavar la ropa de lana a mano o en un ciclo delicado de la lavadora con agua fría. El agua caliente y el ciclo de centrifugado intenso pueden causar que la lana se encoja y pierda su forma.

Cuando se lave a mano, es recomendable utilizar un detergente especial para lana o un detergente suave. Evitar el uso de blanqueadores o productos con enzimas agresivas, ya que estos pueden dañar las fibras. Sumergir la prenda en agua con detergente y masajear suavemente sin frotar o torcer es la mejor manera de limpiar sin causar abrasión.

Ropa de lana. | Foto: 2024 Getty Images

El secado es otro aspecto crítico en el cuidado de la lana. Nunca se debe colgar la ropa de lana para secarla, ya que esto puede estirar y deformar la prenda. En lugar de eso, es preferible secar la ropa de lana en una superficie plana, sobre una toalla, y dejarla secar al aire en una zona ventilada. Evitar la exposición directa al sol o al calor, ya que estos factores pueden dañar las fibras.

Además, almacenar adecuadamente las prendas de lana puede evitar su deterioro. Es recomendable guardarlas en un lugar seco y ventilado, preferiblemente en fundas de algodón que protejan contra el polvo y la humedad. Para prevenir el ataque de polillas, se pueden utilizar bolsitas repelentes de insectos en los armarios.

*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.