Muchas personas sufren a diario porque tienen el cabello muy delgado y por eso tienden, desde temprana edad, a sufrir por la caída frecuente del mismo; sin embargo, hay un remedio casero hecho a base de jengibre, el cual se ha vuelto un aliado esencial para el cuidado de la melena.
En tan solo tres semanas podrá ver los poderosos efectos de usar el jengibre en el cabello para hacerlo más grueso y resistente.
Para preparar el tratamiento de jengibre, deberá empezar cortando finamente un trozo de jengibre fresco para después hervirlo en agua durante 10 minutos para que libere los nutrientes y compuestos que beneficiarán el cuero cabelludo y los folículos pilosos.
Su aplicación es muy sencilla, solo debe dejar enfriar la preparación y envasar en una botella con atomizador. Luego deberá aplicarlo directamente sobre el cuero cabelludo y masajear suavemente para asegurar una distribución uniforme y estimular la circulación sanguínea. De esa forma se ayudará a que el producto tenga un mayor efecto en el crecimiento del cabello.
Después de dejar actuar el tratamiento de jengibre por mínimo 30 minutos, si se quiere dejar más tiempo, también es válido. Se debe enjuagar con abundante agua tibia y un champú suave para eliminar todos los residuos del jengibre y dejar el cabello más manejable.
Es recomendable que se aplique ese tratamiento en el cuero cabelludo al menos una vez por semana para que en menos de un mes se empiece a notar un cambio en la textura y el grosor. Lo anterior se da gracias a que el jengibre contiene antioxidantes y nutrientes esenciales que fortalecen el folículo del cabello.
Así las cosas, puede aprovechar al máximo la utilidad de esa raíz que sirve para múltiples propósitos, entre ellos, disminuir los síntomas de la gripa, preparar numerosas recetas, hacer florecer las plantas y es muy positivo su consumo para beneficiar varios órganos.
¿Cómo almacenar el jengibre?
El proceso de almacenamiento del jengibre comienza incluso antes de adquirir la raíz. Por ello, es importante seleccionar el jengibre más fresco, con una piel firme y tersa. Una vez en casa, existen varias alternativas para prolongar su vida útil.
El refrigerador se convierte en el aliado principal para mantener el jengibre fresco. Una vez comprado, se puede envolver la raíz completa en papel de cocina ligeramente húmedo o en una bolsa de plástico perforada para conservar la humedad. Esta técnica puede extender la frescura del jengibre por varias semanas.
La congelación es otra opción efectiva para conservar el jengibre durante un período más prolongado, y se puede optar por rallar o picar la raíz y colocarla en cubitos de hielo o en una bolsa hermética antes de congelar. Esta técnica permite utilizar pequeñas porciones de jengibre según sea necesario, manteniendo el resto congelado y fresco por meses.