La Navidad, más allá del amor, la solidaridad y todos los valores que afloran en las personas, está llena de símbolos y figuras que están cargados de mucho significado y que, en ocasiones, las personas pasan por alto.
Uno de los elementos más característicos y que se vuelve infaltable en gran parte del mundo es el árbol de Navidad, es por ello que un gran éxito comercial es vender en cada época decembrina pinos o árboles artificiales, además de mucha decoración, ya que está dado por sentado que muchas familias querrán adquirir estos objetos.
Sin embargo, no muchos se preguntan en qué momento empezó la humanidad a poner un árbol dentro de sus casas y decorarlo, tampoco cuál es el motivo por el cuál se hace.
Su historia es tan antigua como los imperios egipcios y romanos, pero se ha ido transformando con el paso del tiempo. En un inicio, esto ni siquiera tenía una motivación religiosa. Por ejemplo, anteriormente se creía que las plantas que permanecían verdes durante un gran periodo del año ayudaban a espantar malos espíritus, enfermedades, fantasmas y hasta brujas, razón por la cual esta flora era llevaba hasta las viviendas.
En cuanto a la civilización egipcia, las personas tenían la tradición durante el solsticio de invierno de poner en sus hogares muchas plantas verdes de palma, lo cual simbolizaba el triunfo de la vida sobre la muerte.
En el Imperio Romano compartían la idea de realizar una festividad durante el tiempo del solsticio de invierno. Esta fecha está en diciembre, por lo que, desde que existe el calendario gregoriano, siempre fue asociada esta festividad al mes en cuestión. Este año, el solsticio será el 21 de diciembre.
Pero, aún con calendarios antiguos, el solsticio se mantenía en su misma época, por lo que coincidían estas celebraciones. Los romanos, entonces, honraban al dios de la agricultura en esas fechas, en una festividad llamada ‘Saturnalia’.
Decoraban sus casas con diferentes arbustos de color verde para simbolizar la época en la que sus plantas y cultivos florecerían de nuevo.
Todos estos significados son antiguos, pero el actual recién empezó a ser asumido en el siglo XXVII cuando, en Alemania, los cristianos empezaron a decorar árboles dentro de sus casas.
La costumbre ha ido evolucionando, pero su esencia se mantiene. En la actualidad, las esferas de colores y brillos que se le ponen al árbol son asociadas a los diferentes dones que Dios le da a las personas. Por ejemplo, las esferas de color rojo, las más comunes, se refieren a las peticiones que hacen las familias.
Las doradas representan las alabanzas, las azules el arrepentimiento de los malos actos durante el año y las plateadas significan agradecimiento por todas las bendiciones recibidas.
Las figuras pequeñas que se cuelgan en el árbol y que están relacionadas con la Navidad, como un Santa Claus, tienen que ver con las ofrendas o ‘regalos’ que Dios envía a sus feligreses. Las luces tienen el trabajo de iluminar la fe de las familias, mientras que los moños y cintas representan la unión en el hogar.
Tal vez el elemento cuyo significado está más extendido, por lo menos en Colombia, es la estrella en la punta del árbol. Cada año, la novena da pistas sobre su representación, ya que hace alusión a la Estrella de Belén que siguieron los Reyes Magos después de que Jesús naciera, para poder llegar a él y entregar sus ofrendas.