Los cambios climáticos extremos pueden alterar el funcionamiento de los vehículos. Se recomienda tener en cuenta las condiciones del tiempo al momento de recorrer trayectos largos.

Se debe verificar la presión de las llantas cuando el intenso calor comienza a golpear o se está de viaje en tierra caliente.

Esto es muy importante, ya que la presión baja y las altas temperaturas aumentan la probabilidad de que una llanta se reviente hasta en un 60%. Además, el asfalto caliente acorta la vida útil de la llanta y aumenta el consumo de combustible.

Mantener la presión de las llantas evita accidentes. | Foto: Getty Images

Asimismo, se debe aumentar la presión indicada por el fabricante de uno a tres bares si se viaja con cargas pesadas. Si siente que algo no va bien con sus neumáticos acuda a un taller para evitar accidentes.

Por otro lado, las patillas de freno generan calor al rozarse contra el disco cuando funcionan normalmente. Si la temperatura exterior es más alta, será más difícil refrigerarlos y se pueden recalentar.

Las pastillas generan fricción y el frenado de la llanta. | Foto: slobo

Con el calor, el sistema de refrigeración necesita más calor para mantener el motor en su temperatura de funcionamiento.

Especialmente cuando se conduce a baja velocidad, el electroventilador debe actuar con mayor frecuencia para reducir el rendimiento del motor.

Asimismo, el aire acondicionado también puede reducir el rendimiento del carro, debido a que su compresor está accionado directamente por el motor.

El calor extremo también afecta a la tapicería y la carrocería, ya que el sol directo durante varias horas puede dañar los componentes plásticos.

Otra recomendación para evitar el recalentamiento del motor es hacerle un mantenimiento constante al líquido de refrigeración del radiador. Esto teniendo en cuenta la cantidad recomendada por el fabricante para evitar que daños a largo plazo.

Antes de tomar velocidad, siempre compruebe el estado de los frenos. | Foto: Getty Images