Falta de concentración, irritabilidad y somnolencia son los principales efectos negativos que trae para el cuerpo humano no dormir suficiente. Los especialistas médicos coinciden en que el sueño es importante para que el organismo pueda funcionar de manera adecuada durante el día.
¿Cuánto es lo máximo que alguien puede estar sin dormir? Desde los años 60, los científicos empezaban a formularse esta pregunta y, a su vez, muchas personas buscaban batir un récord Guinness.
En enero de 1964, dos jóvenes estadounidenses, Randy Gardner y Bruce McAllister protagonizaron un famoso experimento científico. Randy, de 17 años, logró estar despierto durante 11 días y 25 minutos.
Al experimento se unió William Dement, profesor de la Universidad de Stanford en California y uno de los científicos que en esa época empezaba a investigar la ciencia del sueño. “Estaban preocupados de que fuera algo que les pudiera causar daño. La pregunta aún irresuelta es si alguien puede morir por pasar mucho tiempo privado del sueño”, explicó hace cinco años en entrevista con la BBC.
Durante los días en vela, notaron cambios en las habilidades cognitivas y sensoriales de Randy, que después de lograr el récord durmió 14 horas seguidas. Aunque con el paso del tiempo, sus patrones del sueño se normalizaron, luego empezó a sufrir insomnio.
A pesar de que el récord es de más de 11 días, los expertos apuntan a que a partir de las tres noches sin dormir, una persona puede experimentar síntomas que ponen en riesgo su salud. En la primera noche, curiosamente, el sistema nervioso se aceleraría, por lo que el cuerpo estaría más estimulado.
24 horas después reseña el portal especializado Velfont, la falta de sueño tendría incidencia directa en el aspecto físico, con señales como malestar, irritabilidad y dificultad para concentrarse.
Luego de dos días sin sueño, el sistema neurológico empieza a fallar, con la pérdida de reflejos y la aparición de signos como el nistagmus (movimiento de los ojos incontrolable). Y pasadas las 72 horas sin dormir, es fácil que la persona empiecen a tener alucinaciones y delirios.