La echeveria es una suculenta de la familia Crassilaceae, una de las plantas más conocidas del mundo, tanto por su belleza como por lo fácil que resulta cultivarla.
Las suculentas o crasas son aquellas que acumulan agua en alguna de sus partes, ya sea las hojas, los tallos o las raíces.
La echeveria tiene la particularidad de ser muy fácil de cuidar, tanto en exteriores como dentro de la casa, aunque su lugar natural es el jardín, si el clima es adecuado.
Esta planta es muy especial, ya que representa un símbolo de protección en el hogar; además, ayuda a atraer la armonía en aquellos espacios donde se encuentre.
¿Dónde ponerla en casa?
Ya es de conocimiento que puede cultivar la echeveria en el jardín o como planta de interior, ya que se adapta sin problemas a diversos ambientes. En el exterior, puede buscarle un lugar luminoso, aunque si vive en una zona de veranos muy calurosos, procurae no ponerla a pleno sol.
Si la cultiva en maceta dentro de la casa, puede buscar un rincón cerca de una ventana, donde tenga mucha luz natural, pero no directa.
La echeveria necesita una buena cantidad de luz natural para crecer y desarrollarse plenamente. Aunque le gusta el sol, no le sienta muy bien que sus rayos le lleguen de forma directa.
Teniendo en cuenta esto, en climas cálidos no conviene plantarla en una zona muy soleada, ya que podrían quemarse sus hojas en verano.
También tolera el frío moderado, pero si es excesivo, detiene su crecimiento. Los fríos extremos no le afectan, siempre y cuando no sean muy frecuentes.
Finalmente, si usted logra cuidar muy bien de esta planta, la misma puede durar entre tres y cuatro años, puesto que no son muy longevas, al contrario de muchas otras especies.