En el apacible mundo de la jardinería, saber cuánta agua necesita una planta es una habilidad fundamental que puede marcar la diferencia entre un jardín exuberante y uno marchito. Con el objetivo de arrojar luz sobre este enigma verde, los expertos han desvelado un método sencillo pero eficaz para determinar si una planta necesita más agua o si está siendo regada en exceso.
El primer indicador clave es observar el sustrato en el que se encuentra la planta. Un sustrato seco hasta cierta profundidad es una señal de que la planta necesita ser regada, mientras que un sustrato húmedo o incluso encharcado indica que la planta puede estar recibiendo demasiada agua.
Además, la apariencia de las hojas de la planta también puede proporcionar pistas importantes. Las hojas marchitas y caídas pueden ser un signo de falta de agua, mientras que las hojas amarillentas o marrones pueden indicar un exceso de riego.
Es importante prestar atención tanto a la cantidad como a la calidad del agua que se está administrando, ya que el exceso de minerales en el agua puede provocar daños en las raíces y afectar negativamente la salud de la planta.
Otro método confiable es el de la sonda de humedad, una herramienta que permite medir la humedad del sustrato en diferentes niveles. Insertando la sonda en la tierra, se puede determinar si el sustrato está seco en las capas más profundas, lo que indica la necesidad de regar, o si está húmedo en exceso, lo que sugiere reducir la cantidad de agua que se está proporcionando.
Los jardineros novatos pueden encontrar útil la técnica del peso de la maceta. Al levantar la maceta, si se siente liviana, es probable que la planta necesite ser regada, mientras que una maceta pesada puede ser un indicador de que la planta aún tiene suficiente humedad.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.