Los temblores suelen presentarse a cualquier momento del día, por lo que, de por sí, desencadena el miedo, la angustia y la preocupación de miles de personas.
Lo primero que hay que hacer es concentrarse en el presente, evitar pensar en sucesos negativos y entender que el temblor dura apenas unos segundos o minutos. Practique la respiración diafragmática.
Cuando haya inhalado, deberá retener el aire durante unos segundos y exhalar por la boca. Este ejercicio puede repetirlo las veces que sea necesario mientras la mente se relaja y mientras se acaba el sismo.
La segunda técnica es que cambie de chip, es decir, que modifique los pensamientos negativos por positivos. De esta manera, podrá comprender la realidad de lo que está sucediendo y alejar cualquier sensación negativa. No es fácil, pero tampoco imposible.
Una tercera técnica es tratar de contactarse con un familiar, amigo o persona con quien tenga confianza. Si siente que puede hablar, hágalo, pues, será una manera de tranquilizarse y despejar la mente.
En una última recomendación para poder enfrentar los temblores de la mejor manera es la relajación muscular progresiva. Deberá concentrarse en el presente y tratar de liberar toda la tensión que se le acumuló en el cuerpo.
Hay que recordar que cuando suceda un temblor, sí o sí deberá buscar un lugar seguro para que se proteja. Trate de estar alejado de objetos que se le puedan caer encima y de vidrios, etc.