Por instinto, los gatos son animales depredadores, por ello, no es raro ver a uno doméstico cazando insectos, roedores, o incluso lagartijas en el jardín o en la casa. Sin embargo, permitir que el gato se coma una lagartija puede ser más peligroso de lo que parece.

Aunque este comportamiento puede parecer inofensivo y parte de su naturaleza felina, es importante conocer los riesgos que esto conlleva para la salud de la mascota.

Uno de los principales peligros de que un gato coma lagartijas es el riesgo de intoxicación. Las lagartijas, como otros reptiles pequeños, pueden ser portadoras de parásitos y bacterias que son perjudiciales para los gatos. Por ejemplo, algunas especies de lagartijas pueden tener parásitos internos como helmintos o protozoos, que pueden causar infecciones intestinales en los gatos.

Por instinto, los gatos son animales depredadores. | Foto: Evgeny Dontsov

Del mismo modo, ciertas bacterias presentes en la piel de las lagartijas pueden provocar problemas gastrointestinales graves, como vómitos, diarrea, y, en casos extremos, deshidratación severa.

Otro riesgo es el daño físico que puede ocurrir en el sistema digestivo del gato. Las lagartijas tienen espinas dorsales y huesos que, al ser ingeridos, pueden causar obstrucciones o perforaciones en el tracto gastrointestinal del animal.

Dichas complicaciones pueden requerir intervención veterinaria de emergencia, incluyendo cirugía, para eliminar la obstrucción o reparar el daño.

Aunque no todas las lagartijas son venenosas, algunas especies pueden liberar toxinas a través de su piel cuando se sienten amenazadas. Si un gato muerde o ingiere una de estas, podría estar expuesto a toxinas que afectan su sistema nervioso o cardiovascular.

A los gatos les gusta cazar insectos. | Foto: Getty Images

Estos síntomas de envenenamiento pueden variar desde letargo y vómitos hasta convulsiones y dificultad para respirar, por lo tanto, si un gato muestra alguno de estos síntomas tras haber ingerido una lagartija, es crucial llevarlo inmediatamente al veterinario.

Ahora bien, para proteger al felino de los peligros asociados con la ingesta de lagartijas, es recomendable tomar algunas precauciones, como: mantenerlo en espacios controlados, optar por juguetes interactivos para canalizar su instinto de caza, estar atento a cualquier tipo de malestar que presente el gato y limitar su acceso a sitios en los que haya lagartijas.