En el mundo de la cocina, los frijoles han sido tanto un deleite culinario como un dilema digestivo. Sin embargo, existe un truco ingenioso que podría cambiar el juego para los amantes de los frijoles en todas partes: la remojo y cocción adecuados.
Expertos han estado abordando durante mucho tiempo el problema de los gases que a menudo acompañan al consumo de frijoles. Se ha descubierto un método que podría poner fin a este problema de una vez por todas.
El truco radica en dos pasos simples pero cruciales: remojar y cocinar los frijoles correctamente. Durante el remojo, los frijoles liberan oligosacáridos, los culpables detrás de la flatulencia, en el agua. Al desechar este agua y enjuagar los frijoles antes de cocinarlos, se eliminan gran parte de estos azúcares fermentables.
Además, la clave está en la cocción lenta y a fuego lento. Cocinar los frijoles a fuego lento permite que se descompongan más fácilmente, lo que los hace más digeribles y menos propensos a causar gases. Se recomienda agregar hierbas como el comino, el laurel o el tomillo durante la cocción, no solo para mejorar el sabor, sino también para ayudar en la digestión.
Este descubrimiento promete revolucionar la forma en que se preparan los frijoles en cocinas de todo el mundo. No solo ofrece una solución práctica para un problema persistente, sino que también resalta la importancia de comprender la ciencia detrás de la cocina.
Los frijoles son una fuente invaluable de proteínas y nutrientes. Es una lástima que muchas personas eviten comerlos debido a los gases. Con este método, se espera hacer que los frijoles sean más accesibles y disfrutables para todos.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.