El proceso de elegir un nombre para un bebé es una decisión cargada de significado, que suele ir acompañada de expectativas, tradiciones familiares y, a veces, hasta supersticiones. Pero, ¿puede realmente un nombre influir en la personalidad de una persona?
Pese a que no hay evidencia científica que respalde si el nombre influye en el comportamiento de la persona, un estudio realizado en Estados Unidos por el portal School Stickers en 2019 encuestó a más de 63.000 padres y madres para analizar posibles relaciones entre nombres y comportamientos escolares.
Los nombres más asociados al mal comportamiento son los siguientes:
De acuerdo con la encuesta, ciertos nombres parecían estar vinculados a actitudes más traviesas o de mal comportamiento en el entorno escolar. Entre ellos destacan: José, Jake, Jaime, Benjamín, Lucas, Leonor, Ambar, Catherine y Ella.
Sin embargo, los resultados del análisis no van más allá de ser una curiosa estadística y no deberían tomarse como una regla general.
Los nombres más asociados al buen comportamiento son los siguientes:
Por otro lado, el estudio también reveló los nombres asociados a niños y niñas con buen comportamiento y actitudes positivas en la escuela. Entre ellos están Jessica, Olivia, Emily, Grace, Chloe, Emma, Jack, Oliver, Charlie, Thomas, James, Daniel, Joshua y Harry. El nombre “Jack”, en particular, fue destacado por su asociación con la bondad.
Pese a que esta encuesta llega a unas curiosas deducciones sobre la clasificación de los nombres y su comportamiento e invita a reflexionar sobre las conjeturas que puede llegar a proyectar un nombre y las percepciones que tiene, este no tiene evidencia científica sólida para afirmar que influir en una persona.
Las características individuales, la educación y el entorno social tienen un peso mayor en el desarrollo de cada individuo. Por lo que, la elección del nombre para un bebé no se debe ver influida por entes externos, pero sí se pueden seguir algunos consejos en temas de escrituras, significado, etc.