El microondas es uno de los electrodomésticos más prácticos en la cocina, pero no todo lo que se coloca en él es completamente seguro de calentar. Existen recomendaciones que pueden ser beneficiosas a futuro, brindando mejores condiciones a los alimentos o las personas.
Entre los líquidos más comunes que las personas suelen introducir están el agua y la leche, sin embargo, hay razones importantes por las cuales esto no se recomienda, tanto por cuestiones de seguridad como de calidad del producto.
Uno de los principales riesgos al calentar agua en el microondas es el fenómeno conocido como supercalentamiento . Este ocurre cuando el agua alcanza una temperatura superior a su punto de ebullición sin generar burbujas visibles, debido a la falta de movimiento o irregularidades en el recipiente.
Si se introduce una cuchara, una bolsita de té o incluso si el líquido se agita, puede liberar de manera explosiva el vapor acumulado, provocando quemaduras graves. Este peligro no es visible a simple vista, lo que lo hace aún más preocupante.
Por otro lado, calentar leche en el microondas puede afectar su composición y calidad. La distribución desigual del calor, característica del microondas, puede causar que partes de la leche se quemen o formen una capa superficial mientras otras zonas permanecen frías. Esto no solo altera su sabor, sino que también puede destruir algunos nutrientes sensibles al calor, como ciertas proteínas y vitaminas.
Además, el uso de recipientes inadecuados para calentar líquidos en el microondas puede agravar los problemas. Algunos plásticos pueden liberar sustancias químicas tóxicas cuando son expuestos a altas temperaturas, contaminando el agua o la leche. Esto representa un riesgo para la salud a largo plazo, especialmente si se realiza con frecuencia.
Otra consideración importante es la dificultad de controlar la temperatura exacta. En el caso de la leche, esto es particularmente relevante cuando se calienta para preparar biberones. Un calentamiento desigual podría resultar en puntos calientes que podrían quemar la boca del bebé si no se verifica adecuadamente antes de usarla.
Por estas razones, se recomienda calentar agua o leche utilizando métodos más tradicionales, como una olla en la estufa o un hervidor eléctrico. Estos métodos permiten un calentamiento más uniforme, seguro y fácil de controlar, evitando los riesgos asociados al microondas y preservando la calidad de los líquidos.