El bicarbonato es uno de los métodos caseros de limpieza más reconocidos por su efectividad, de hecho, al ser mezclado con otros ingredientes puede potenciar su reacción en prendas, espacios del hogar, y otros elementos.
Principalmente, este compuesto es utilizado para blanquear prendas, ya sea ropa, toallas, zapatos de tela, entre otros, esto debido a la sencillez de su uso, pues en muchos casos solo se debe aplicar bicarbonato en la zona manchada o que se desea blanquear y la magia aparecerá rápidamente.
Sin embargo, se conoció algunos errores que pueden resultar fatales luego de que este sea agregado en la lavadora.
En principio, algunos expertos en el mundo de la lavandería señalan que es crucial seleccionar el momento adecuado para agregar el bicarbonato, el cual sería añadirlo directamente en el tambor antes de cargar la ropa. De esta manera, el bicarbonato se mezcla uniformemente con el agua desde el principio, maximizando su eficacia.
Hay algunas personas que optan por agregarlo junto con el detergente, sin embargo, esta práctica puede disminuir su impacto, ya que ambos productos pueden interferir entre sí.
Otra de las reglas al utilizar bicarbonato en la lavadora es aplicar una cucharada por carga, la cual suele ser suficiente para disfrutar de sus beneficios. Demasiado de este compuesto puede resultar desfavorable, dejando residuos en la ropa y la lavadora, además de ser menos efectivo.
Otro aspecto importante es la elección del detergente, pues para aprovechar al máximo el bicarbonato es recomendable utilizar un detergente sin fragancia ni suavizante, ya que estos productos pueden interferir con las propiedades del bicarbonato. La combinación de un detergente neutro y bicarbonato crea una sinergia que ayuda a eliminar olores persistentes y a mantener la ropa fresca.
Además de sus beneficios para la limpieza, el bicarbonato de sodio también puede tener un impacto positivo en la eficiencia energética de la lavadora. Al actuar como un regulador del pH, puede ayudar a mantener el equilibrio del agua, reduciendo la cantidad de energía necesaria para calentarla. Este pequeño truco no solo beneficia a la ropa y al medio ambiente, sino también al bolsillo a largo plazo.