En los momentos de mayor estrés y ansiedad, el cuerpo humano a menudo responde de maneras sorprendentes e inesperadas. Uno de los síntomas más comunes durante un ataque de pánico es la sensación de adormecimiento en las manos y la cara.

Para comprender mejor este fenómeno, un equipo de investigadores se embarcó en un estudio para analizar las respuestas fisiológicas durante los ataques de pánico.

La conexión entre el sistema nervioso autónomo y la sensación de adormecimiento reside en la forma en que el cuerpo regula la distribución de sangre. En momentos de estrés agudo, el cuerpo prioriza la distribución de sangre hacia los órganos vitales, como el corazón y los pulmones, para facilitar una respuesta rápida ante la amenaza percibida.

Este proceso, conocido como vasoconstricción, puede reducir el flujo sanguíneo a las extremidades periféricas, lo que resulta en sensaciones de entumecimiento y hormigueo en las manos y la cara.

Este proceso, conocido como vasoconstricción, puede reducir el flujo sanguíneo a las extremidades periféricas. | Foto: Gettyimages

Además de la vasoconstricción, la respiración rápida y superficial durante un ataque de pánico puede provocar hiperventilación, lo que altera los niveles de dióxido de carbono en la sangre. Esta disrupción en los niveles de gases sanguíneos puede contribuir aún más a la sensación de adormecimiento al afectar la función nerviosa y la oxigenación de los tejidos.

Si bien estos mecanismos fisiológicos proporcionan una explicación científica del adormecimiento durante un ataque de pánico, la experiencia subjetiva de cada individuo puede variar. Algunas personas pueden experimentar entumecimiento más pronunciado que otras, y factores como la frecuencia y la intensidad de los ataques de pánico pueden influir en la gravedad de los síntomas físicos.

El estudio también destaca la importancia de abordar tanto los aspectos físicos como psicológicos de los ataques de pánico en el tratamiento y la gestión del trastorno de ansiedad.

En última instancia, el estudio no solo proporciona una mayor comprensión de por qué las manos y la cara se adormecen durante un ataque de pánico, sino que también destaca la importancia de abordar los síntomas físicos y emocionales de manera integral para mejorar la calidad de vida de quienes sufren de trastornos de ansiedad.

El estudio no solo proporciona una mayor comprensión de por qué las manos y la cara se adormecen durante un ataque de pánico. | Foto: El País

*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.