El pollo sigue una de las carnes preferidas en la mesa de muchas personas en todo el mundo, pero a veces no siempre se sabe cuál es la mejor manera de prepararlo o de aprovechar sus nutrientes.
Por eso, alguno no notan, al comprar pechugas, un hilo blanco que atraviesa esta carne y que, en a veces, no se ve tan agradable a la vista.
No obstante, desde el punto de vista de la cocina, este hilo blanco podría llegar a afectar la textura y la experiencia al comer.
De ahí que muchos cocineros prefieren retirarlo antes de cocinar la pechuga, no solo por cómo se ve sino también para que el plato final tenga una mejor textura y sabor.
¿De qué se trata el hilo blanco del pollo?
El hilo está hecho especialmente de colágeno, una proteína que les da fuerza y soporte a los músculos y a los tejidos.
Hace parte del pollo y, por lo tanto, no representa no es perjudicial para la salud si se consume.
¿Cómo hacerlo?
Si quiere retirar el hilo blanco de manera fácil y rápida, utilice un cuchillo bien afilado y limpio para cortarlo antes de cocinar.
De esta manera, no solo mejorará la presentación del plato y sino que también asegura una experiencia culinaria más rica.
Como se sabe, la pechuga de pollo tiene múltiples beneficios, pues es una opción sana y nutritiva, además de que es muy asequible.
Asimismo, es preciso aclarar que el hilo de pollo es más notorio en las pechugas grandes y maduras. Lo anterior porque a medida que los pollos crecen, los tendones fibrosos pueden volverse más visibles, pero esto no afecta su calidad ni la seguridad alimentaria, que es lo fundamental y la pechuga siempre seguirá siendo una de las mejores partes del pollo.