La cúrcuma, también conocida como tumeric, es una especia ampliamente reconocida por sus notables beneficios para la salud. Originaria de Asia y América Central, esta especia se ha distribuido por todo el mundo. Su alta capacidad antiinflamatoria la convierte en un recurso valioso para abordar problemas como la artritis y otras afecciones articulares. Además, actúa como un analgésico efectivo, incluso comparado con los beneficios del ibuprofeno, especialmente en personas que padecen artritis en las rodillas y otros problemas relacionados.

Sin embargo, los beneficios de la cúrcuma no se limitan a los humanos, ya que también se ha descubierto que puede ser beneficiosa para las plantas. En realidad, desde hace un tiempo se ha destacado que la cúrcuma puede ser una excelente opción para el cuidado de las plantas.

La cúrcuma es beneficiosa para las plantas. | Foto: Getty Images

Beneficios de la cúrcuma para las plantas

Pesticida natural

Uno de los desafíos más significativos en cualquier jardín son las plagas. La cúrcuma puede ser un aliado valioso en este aspecto, ya que actúa como un repelente natural que ahuyenta varias especies de insectos y plagas que pueden dañar las plantas. Este poderoso componente puede ayudar a mantener a raya insectos como hormigas, larvas del gusano del cole, larvas del gusano cortador, escarabajos, ácaros y otras especies dañinas, brindando así una defensa efectiva contra las plagas en el jardín.

Fungicida natural

Es esencial tener en cuenta que otro desafío importante para las plantas son las infecciones provocadas por diversos tipos de hongos patógenos. Para proteger los cultivos, la cúrcuma se destaca como una excelente opción como fungicida natural y antibacteriano. Lo notable es que no es agresiva para las plantas, y basta con una sola aplicación para que surta efecto, lo que la convierte en una solución efectiva y amigable para el jardín.

Heridas en las plantas

Con el tiempo, las plantas pueden sufrir diversas heridas debido a varias razones, como daños causados por animales, ramas rotas, ataques de insectos, podas, injertos, entre otros. Al igual que con los seres humanos, las heridas abiertas en las plantas pueden dejarlas vulnerables a enfermedades e infecciones. En este sentido, la cúrcuma actúa como un excelente remedio para las plantas, brindándoles cuidado y protección, de manera similar a cómo cuidamos nuestras heridas para evitar complicaciones.

Cúrcuma y los esquejes

De manera similar a cómo la cúrcuma ayuda a sanar las plantas con sus propiedades curativas, la curcumina se convierte en una opción beneficiosa cuando se trata de plantar mediante esquejes. Al espolvorear un poco de esta resina durante el proceso de plantación de nuevos brotes utilizando la técnica de esquejes, se promueve un enraizamiento más rápido en las nuevas incisiones, facilitando así el establecimiento saludable de las plantas.

La cúrcuma tiene muchos beneficios. | Foto: Neha Gupta

¿Cómo usar cúrcuma en las plantas?

Mezclar la cúrcuma en polvo con la molida

Uno de los enfoques más comunes entre los jardineros implica la incorporación de polvo de cúrcuma directamente en el suelo antes de plantar las semillas. Esta técnica ofrece beneficios dobles: actúa como un repelente natural contra insectos no deseados y protege las raíces de las plantas contra diversas enfermedades fúngicas.

Es crucial tener cuidado con la cantidad de cúrcuma utilizada en la mezcla. Un exceso de este polvo puede tener consecuencias negativas para la planta y también afectar la calidad del suelo. Se recomienda no superar los 15-20 gramos de cúrcuma en polvo por cada 10 litros de tierra para evitar posibles efectos adversos y garantizar un ambiente propicio para el crecimiento de las plantas.

La planta ayuda a atraer buena suerte y abundancia. | Foto: Getty Images

Preparar una solución en aerosol

Una alternativa para utilizar el polvo de cúrcuma en su jardín implica preparar una solución pulverizable que se rocía directamente sobre las hojas de las plantas afectadas. Para ello, mezcle aproximadamente 20 gramos de cúrcuma en polvo por litro de agua. Agite la solución durante unos minutos hasta que el polvo se disuelva completamente en el agua. Una vez hecho esto, el líquido resultante estará listo para ser aplicado.

Utilice un rociador de jardín para aplicar la solución directamente sobre las hojas de las plantas que presenten signos de enfermedades fúngicas o la presencia de insectos dañinos. Es aconsejable hacerlo temprano en la mañana o al caer la noche. Como medida preventiva, se recomienda repetir este tratamiento con cúrcuma cada dos semanas.

Es importante mencionar que un inconveniente de este método es el color de la cúrcuma, que puede dejar manchas amarillas temporales en la superficie de las hojas de la planta. A pesar de este efecto visual, que puede no ser demasiado problemático en el jardín, la aplicación de la solución puede ayudar a proteger las plantas de las enfermedades y los insectos dañinos.