La limpieza de los muebles puede ser una tarea difícil en muchas ocasiones, aun teniendo en cuenta la cantidad de suciedad que acumulan por el constante uso; además, si son blancos, podrían llegar a tornarse amarillentos u opacos.
Normalmente hay empresas especializadas en la limpieza de estos elementos de hogar, pero la contratación de sus servicios puede llegar a ser muy costosos. Por eso, hay algunos métodos que pueden llegar a ser más fáciles y ayudar a ahorrar algunos pesos.
Inicialmente, como manera preventiva, se puede usar un paño antipolvo para poder sacudir el mueble cada que sea necesario, ya que afortunadamente este es fácil de quitar de este tipo de superficies.
Ahora, si se desea tener un lavado más profundo, se recomienda verter un poco de jabón para platos en un recipiente con agua tibia, para posteriormente humedecer un paño con esta mezcla y pasarla por los lugares del mueble que tengan mayor suciedad.
Una vez hecho el paso anterior, se recomienda coger otro trapo y humedecerlo para pasarlo por la superficie del mueble, para que así se puedan quitar los residuos de jabón que existan en este elemento.
Posteriormente, se recomienda no usar el mueble hasta que este se seque completamente, ya que podría empezar a tener un olor desagradable, o incluso podría llegar a mancharse con las prendas de la persona que los utilicen.
Incluso, se recomienda que luego de lavar el mueble se pueda ubicar en un lugar aireado o incluso ante el sol, para que así se pueda acelerar el proceso de secado y poder obtener un resultado mucho más satisfactorio.
Finalmente, si se tiene algún tipo de mancha, se podría aplicar alcohol isopropílico con un pedazo de algodón y dejar actuar por algunos segundos, y solo así verá como desaparece poco a poco la mancha.