Europa es uno de los destinos favoritos por conocer, pero hacer el viaje en tren es una maravillosa experiencia que cada vez toma más fuerza. Hacer el recorrido en estos ferrocarriles permite vivir unos inolvidables días sobre rieles, donde el lujo y la comodidad brillan por todas partes. Podría decirse que son dos viajes: los lugares que si visitan compiten con lo que sucede en el interior.
Estos recorridos duran varios días y tienen incluidos todos los servicios a bordo, es decir, el alojamiento en pequeños pero cómodos camarotes, la comida (siempre servida por meseros de guantes blancos) y las excursiones que se realizan en los destinos que se visitan. Estos trenes generalmente están conformados por vagones que han sido reciclados del siglo XX y con todo el glamour de la época de oro de estos viajes, que transportan al pasado.
Uno de esos trenesy quizás el más conocido es el Orient-Express, que nació en 1883 para conectar París con Estambul. El primer viaje duró más de 80 horas y sus primeros 24 pasajeros pasaron por ciudades como Estrasburgo, Múnich, Viena, Budapest y Bucarest.
Ese primer tren contaba con dos coches cama, un vagón restaurante y dos furgones para equipaje. A ese viaje asistió Henri Blowitz, un corresponsal del diario londinense The Times, quien describió así la potente máquina: “Maravillaba la blancura de los manteles y de las servilletas; el centelleo de la cristalería, los rubíes del vino tinto, los topacios del vino blanco, la transparencia cristalina del agua en las jarras y los cascos plateados de las botellas de champagne”.
Otro detalle, según describió Blowits, que marcó el lujo de aquel Orient-Express, fue el hecho de que las sábanas se cambiaban todos los días, algo que no era común para la época. Asimismo, la gastronomía fue fantástica: el menú variaba a medida que iba cruzando las diferentes zonas y países. Se usaban los quesos más renombrados de Francia, los mejores caldos de Burdeos y Borgoña; y los fiambres de Alemania.
Esta formación, que unió Oriente y Occidente por varios años, también sufrió las consecuencias de las guerras. Modificó varias veces su recorrido hasta que, en 1977, suspendió sus servicios. Pero el norteamericano James Sherwood, se dedicó a recuperar los viejos vagones del original Orient-Express por toda Europa, los restauró y los puso en funcionamiento en 1982 con varias opciones de recorrido con el nombre Venice-Simplon Orient- Express.
Quienes lo deseen pueden hacer la ruta tradicional París-Estambul, que dura 5 noches y sale una vez al año; o viajes más cortos como París-Venecia (se pasa noche a bordo) cuyo valor va desde 7000 euros por persona o la ruta París a Praga, también dura una noche y los precios van desde los 7770 euros.
En 2024, el Orient-Express incorporará nuevos vagones que fueron hallados abandonados en una estación y que serán restaurados por un estudio de diseño parisino. Nácar, espejos enormes, madera y bronce son algunos de los elementos que recubrirán el interior de los nuevos espacios que harán el recorrido clásico, de París a Estambul.
Por España
El tren Al-Andalus, otro tren histórico, fue construido por la Monarquía Británica en 1929 para poder trasladarse desde Caláis (norte de Francia) hasta la Costa Azul, durante los veranos. En 1939 fue comprado por la empresa Ferrocarriles Españoles y, en 1941, por Renfe. En un primer momento sus vagones se usaban para la red española.
Sin embargo en 1982 se creó el recorrido Al-Andalus Expreso que hoy funciona en el sur de España. El recorrido entre Sevilla y Málaga (también viceversa) dura 7 días/6 noches, pasa por, Jerez, Ronda, Granada, Úbeda-Baeza y Córdoba y se realiza entre principios de abril y octubre.
Sus vagones tienen más de 100 años de historia y, si bien se remodelaron para mejorar su seguridad, conservan algunos detalles de los viajes que la monarquía disfrutaba en su recorrido por la Costa Azul. Los pisos son de mármol en los baños y la grifería se conservó original; a eso se suma una decoración en la que predomina la madera, los tapizados de época y cristalería de lujo. Los salones amparan desayunos a la carta y almuerzos y cenas de tres platos, diseñados por chefs a bordo. Las gastronomía es de talante castizo gourmet, con guiños a cada una de las ciudades visitadas.
Las tarifas para este viaje van desde 13.400 euros para dos personas. Incluye: todas las comidas, entradas a museos y excursiones. El Transcantábrico, que recorre el norte de España, comenzó a rodar en 1983. Ofrece dos recorridos: el Costa Express (antes, Clásico), que va desde León hasta Ferrol (pasando por Bilbao); y el Gran Lujo, que une Santiago de Compostela con San Sebastián durante 8 días y 7 noches.
Si bien este último circuito es relativamente nuevo (se hace desde 2009), se convirtió en uno de los más elegidos por los turistas que buscan experiencias en tren. Conserva cinco vagones Pullman originales, creados en 1923. Hasta 1929 estos coches eran solo usados por un selecto grupo de privilegiados ya que el servicio contaba con camarero individual para cada pasajero y vajilla de la empresa inglesa Elkington, la misma que hizo la del Titanic. El concepto original del tren fue crear “un crucero sobre ruedas”.