Después de tres años de haber iniciado, la ampliación de la vía Cali-Jamundí parece llegar a su recta final, ya con un 98 % de avance. Si bien estaba estipulado que la obra sería entregada el pasado 30 de septiembre, los habitantes del sur de la ciudad tendrán que esperar más de dos semanas para ver el proyecto finalizado, o sea a mediados de octubre.
El contrato fue adjudicado en marzo del 2018 durante la alcaldía de Maurice Armitage, con el fin de crear un tercer carril, desde la Carrera 127 hasta el puente sobre el río Lili, lo que también incluye la construcción de un puente elevado en la intersección con la vía hacia Puerto Tejada, entregado a inicios del año pasado (ver mapa). Es decir, el objetivo del contrato era reducir los embotellamientos que eran habituales en la vía que conecta a ambos municipios vecinos.
Pero durante este año ha surgido una inquietud en la comunidad: si la obra tenía un avance del 90 % desde el primer trimestre, ¿por qué aún no ha concluido? Según Néstor Martínez, secretario de Infraestructura de Cali, “las labores debían terminar en abril o marzo, pero no ha sido posible por las externalidades que nos ha causado la temporada invernal de ese entonces, luego el paro nacional y el bajo rendimiento del contratista, que no ha tenido capacidad financiera suficiente. Esa falta de capacidad no es imputable a nosotros, la Administración, sino al mismo contratista”.
De los seis tramos de intervención de la obra, las labores actuales se concentran en el tramo 4 y 5, en donde hoy se adelanta una rehabilitación vial, que consiste en retirar el asfalto viejo de la vía que ya existía hace muchos años para reemplazarlo por uno nuevo y posteriormente, nivelarlo con el tercer carril.
Sin embargo, estas mismas intervenciones han causado una fuerte discusión entre la Alcaldía y el consorcio ALC (Amézquita, Latco y Calderón Ingenieros). El vocero del contratista, Jorge Amézquita, aseguró: “Al momento de rehabilitar la vía, encontramos que el asfalto del carril viejo tenía un espesor muy pequeño y debajo de ese capa, había una base asfáltica y una loza de concreto. Nada de esto estaba contemplado en los diseños iniciales, por lo que tuvimos que actuar de manera diferente”.
De acuerdo con el ingeniero, el encontrarse con secciones de diferentes grosores de asfalto y huecos en la vía antigua “hace que el trabajo sea manual y extremadamente lento”. Por otro lado, Amézquita reconoció que “el incumplimiento es de parte y parte. También hay que recordar que esta obra nos cogió con un año sin gestión predial ni permisos como los de aprovechamiento forestal, intervención de cauces y el arqueológico”.
La obra contará con 1,5 metros de andenes y 1,5 metros de ciclorruta demarcada. Por ahora, esta última no contará con separadores viales, un proceso que ya se haría a futuro.
Frente a esto, el secretario Martínez indicó que si bien a inicios de la semana se expidió una circular sancionatoria contra el contratista por cerca de $400 millones, dado que no se cumplió con el último plazo de entrega de la obra para el jueves pasado, el ejecutor presentó una defensa que podría dejar sin sustento la sanción.
“Los abogados me dicen que no podría aplicarse la multa, porque hay que hacerle unos ajustes a los volúmenes y diseños de rehabilitación de esos dos tramos, dadas las condiciones de una vía que tiene más de 40 o 50 años de antigüedad y era algo que no estaba contemplado originalmente, según el contratista”, explicó el Secretario de Infraestructura.
Agregó que tras comunicarse con el alcalde Jorge Iván Ospina, el Municipio optó de momento por dar una prórroga de 20 días para dejar la ampliación de la vía Cali-Jamundí al 100 %, lo que también incluye obras menores de alcantarillado a la altura de la Carrera 116 y señalización y demarcación en casi toda la carretera.
“Esa prórroga no quiere decir que la obra se vaya a suspender. Esto no va a ocurrir bajo ningún sentido, ni siquiera temporal. Y en cuanto a la sanción, el lunes tomaremos una decisión al respecto. Es una decisión de naturaleza más jurídica que técnica”, expresó.
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Esta no es la única dificultad reciente que ha enfrentado el proyecto, que además terminó por costar casi dos tercios más de lo que se había estimado hace tres años: pasó de $51.980 millones a $88.700 millones, debido a procedimientos que no estaban contemplados desde un inicio o que surgieron por necesidad durante su desarrollo.
En todo caso, el Secretario de Infraestructura destacó que el tercer carril mejorará la movilidad del sector “de manera ostensible”, pues la carretera no solo es vital para conectar Cali con Jamundí, sino que también le será útil a la comunidad universitaria del sur de la ciudad y a los habitantes de sectores como Bochalema o Ciudad Pacífica.
El jefe de comunicaciones de la Universidad Autónoma de Occidente (UAO), Francisco Escobar Correa, reconoció que “en definitiva ya se siente un cambio respecto a lo que era la vía hace cuatro años. Al ser más espaciosa, la movilidad es más rápida en algunos cruces”.
Escobar recordó que si bien el proyecto quedaría listo para mediados de octubre, todavía hará falta por hacer el paso peatonal semaforizado a nivel para quienes crucen de una acera a otra, a la altura de la institución universitaria.
Aunque dicha obra ya cuenta con un diseño de la Secretaría de Movilidad para construir unas bahías de ascenso y descenso de pasajeros, así como otra bahía en el centro para quienes no alcancen a cruzar la vía a tiempo, el proyecto tendrá que llevarse a cabo por un contratista totalmente diferente. El paso semaforizado costaría $1000 millones, recursos que pueden tardar dos meses en conseguirse. Mientras tanto se conservará el puente peatonal.
“Lo ideal es que sea una solución que permita la seguridad tanto para quienes habitan la zona como para los estudiantes de la universidad. La modalidad del cruce debe estar pensada para el peatón, independiente del modelo”, comentó el director de comunicaciones de la UAO.
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Por otro lado, señaló que los beneficios que ya tiene el proyecto en el sector deben complementarse con una mayor efectividad del MÍO, en especial si para futuro se prevé la llegada de más residentes por nuevos proyectos habitacionales en el sur de la capital vallecaucana.
“Es entendible que las frecuencias de las rutas del MÍO se ajusten a la cantidad de pasajeros movilizados, pero esto debería cambiar para inicios del 2022, cuando ya se espera que estemos operando a plenitud en el campus”, aseguró Escobar.
Una opinión similar tuvo Diana Fernández, líder del sector de Bochalema: “No solo debe haber más presencia del transporte público, sino habilitar otras rutas que faciliten la conexión de nosotros con el norte de Cali y no debamos hacer trasbordo en la estación Universidades”.
Fernández también se quejó porque la vía no ofrece alternativas para que los habitantes de la zona salgan de manera directa hacia Jamundí. “Se supone que tras salir de Bochalema y lleguemos a la Carrera 109 tengamos la posibilidad de un retorno en sentido norte-sur, o sea hacia Jamundí, pero no hay tal cosa en la obra, por lo que nos toca desplazarnos hasta Valle del Lili, salir por la Carrera 98 y tomar de nuevo la Cali-Jamundí”, enfatizó la líder social.
El Secretario de Infraestructura respondió a estos reclamos al decir que de esta manera fue diseñada la ampliación por parte de la Cartera de Movilidad, condiciones que quedaron pactadas en el mismo contrato. Pero esto no impide cambios en el futuro.
Martínez reconoció: “Luego de un trabajo de una magnitud tan grande es natural que surjan varias inquietudes al poco tiempo. Por ejemplo, la Universidad Libre también ha solicitado la posibilidad de conectarse a la vía, pero estas son obras que deberán hacerse posteriormente. Es algo que requiere un estudio de pre-planificación del sector”.
Avenida ciudad de Cali
Aunque a finales de febrero fue entregado el puente que conecta Valle del Lili con Bochalema, la prolongación de la Avenida Ciudad de Cali no concluirá ahí, pues a futuro se proyecta como una alternativa para el ingreso y salida de Cali en el sur.
”Esto se enmarca dentro de la nueva malla vial del Valle de generación 5G, con el fin de prolongar la Avenida desde Bochalema hasta el sector de Villarica. Esto es con dineros de la Agencia Nacional de Infraestructura y ya le pedimos al Ministerio de Transporte que priorice este proyecto para atender a la comunidad de Jamundí y facilitar su acceso a nuestra ciudad”, dijo el secretario de Infraestructura, Néstor Martínez.
Es importante señalar que luego de un año de preconstrucción para determinar la programación del contratista, se procederá a ejecutar la obra en un tiempo estimado de cuatro años, según cálculos de las autoridades.