Asesinato de Álvaro Gómez Hurtado: crecen dudas por versión de la Farc sobre el crimen

A pesar de la sorpresiva confesión por parte de exjefes de las extintas Farc sobre la autoría del crimen de Álvaro Gómez Hurtado, quedan aún muchas dudas sobre la veracidad de su testimonio. Incluso, algunos los acusan de posible encubrimiento a los verdaderos responsables.

Y es que, paradójicamente, de todas las líneas de investigación que se habían manejado sobre el magnicidio, cometido el 2 de noviembre de 1995, una de las menos probable era la de señalar a la desmovilizada guerrilla como responsable.

Precisamente, exfiscales que llegaron a tomar el caso en su momento expresaron sorpresa por estas declaraciones, pues nunca tuvieron pistas de la participación de esa organización en el crimen catalogado como de lesa humanidad.

Alfonso Valdivieso, por ejemplo, quien estuvo al frente del ente investigador entre 1994 y 1997, aseguró que durante su administración no se recibió información que llevara a pensar en las Farc como responsables.

“Veremos qué tan sólida es la argumentación de Farc, de qué manera se explica y, sobre todo, es un gran desafío de la JEP para que se establezca realmente lo que sucedió”, indicó.

En ese momento, la hipótesis que manejaba la Fiscalía era que militares habrían querido vincular a Gómez Hurtado en un golpe de Estado contra el entonces presidente Ernesto Samper, quien enfrentaba una situación política crítica como consecuencia del escándalo del Proceso 8000.

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El asesinato habría sido ordenado porque el líder conservador se negó a tomar parte en el golpe.

Esa misma teoría se trabajó en el periodo de Alfonso Gómez Méndez (1997 -2001) “Nunca en estos 25 años había aparecido el menor indicio de la autoría de las Farc en estos hechos”, indicó, mientras que en la Fiscalía de Mario Iguarán (2005 - 2009) se manejó la hipótesis de que los responsables podrían haber sido miembros del cartel del Norte del Valle.

“Parece que en principio hay que creerle a las Farc, pero ellos deben ser conscientes de que, de no ser cierto, de no poder probar esa autoacusación, estarían incurriendo en el delito no solo de fraude procesal, sino en el delito de falsa autoacusación”, le dijo a Caracol Radio el exfuncionario.

Al declararlo como un delito de lesa humanidad, la Fiscalía evitó que la investigación por el homicidio de Álvaro Gómez Hurtado prescriba.

La familia de Álvaro Gómez, por su parte, sigue creyendo firmemente que se trató de un crimen de Estado, ideado por el Gobierno de Ernesto Samper, y que esta versión de la desaparecida guerrilla lo que busca es que la Fiscalía cierre la investigación que lleva hace 25 años y que el proceso pase a la JEP.

Enrique Gómez Martínez, sobrino del político inmolado y abogado de la familia, señaló que él mismo ha estudiado todas las hipótesis del caso y que hay 322 pruebas, entre testimonios y documentos, que confirman que se trató de un crimen de Estado. Agregó que la JEP “es una jurisdicción amañada, que no sirve para nada”.

En tanto, Mauricio Gómez Escobar, hijo del líder conservador, calificó la revelación como un montaje para desviar y exonerar las responsabilidades de los involucrados. Incluso, dijo desconfiar de la excongresista Piedad Córdoba, quien aseguró tener pruebas que demuestran quién ordenó la muerte del excandidato presidencial.

Añadió que la versión dada por los exjefes guerrilleros hace parte de la misma estrategia para que el caso quede en manos de la JEP y que los verdaderos responsables no respondan.

Por su parte, el padre Francisco De Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, afirmó que Carlos Antonio Lozada, Pablo Catatumbo y Pastor Alape, entre otros, deben aportar la verdad completa, “que muestre con pruebas todos los elementos con que los magistrados puedan dictar una sentencia”.

“Es muy normal que un acto de reconocimiento como estos, que moviliza en las familias mucho dolor, inmediatamente reactive la victimización que sufrieron con un golpe tan profundo, y saca otra vez la indignación y el clamor de Justicia”, sostuvo este lunes.

De Roux cree que los exjefes guerrilleros se la están “jugando todo” con esta revelación “y sé que lo hicieron sin hacer compromisos con nadie, es una decisión, que aunque muchos se queden desconcertados, es la verdad”.

Pero agrega que “todo ese dolor y el clamor de Justicia” hay que recogerlos con “extremo respeto”: “Se trata de la reconciliación de los colombianos y de la comprensión de los puntos de vista de todos para poder avanzar”.

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El procurador general, Fernando Carrillo, aseguró que la JEP tiene el deber de investigar a los altos mandos de las Farc, luego de que estos se adjudicaron la muerte de Álvaro Gómez Hurtado.

“La JEP tiene la obligación de investigar e ir más allá del dicho de los jefes de las Farc. El caso del magnicidio de Álvaro Gómez Hurtado es una gran oportunidad para la articulación entre la Justicia Ordinaria y la Jurisdicción Especial”, dice el trino de Carrillo.

Por otra parte, el exministro Álvaro Leiva Durán propuso este lunes crear un movimiento para que sea “el instrumento ideal” para esclarecer lo sucedido en el país.

“El esclarecimiento de la verdad de los hechos del conflicto, por difíciles e incómodos que sean, son un elemento necesario para la construcción de la paz y la reconciliación. Es por esto que nuestra obligación ahora es construir un gran Movimiento Nacional por la Verdad. El camino de la verdad puede ser tortuoso y triste, pero hay que transitarlo. Además abre la trocha que nos habrá de conducir a la paz integral, definitiva, con la que tantos hemos soñado”. indicó Leyva.

Y recordó que, en actividades personales, en los últimos días ha buscado contacto con exjefes de la guerrilla y del paramilitarismo con ese mismo fin: avanzar en que se conozca la verdad de los hechos de la violencia.

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Luego de las revelaciones de los antiguos jefes de las Farc, la Comisión de la Verdad anunció que se reunirá con los familiares de Álvaro Gómez para escuchar su versión.

Precisó que contrastará las versiones de los exjefes de las extintas Farc con las de otras personas y entidades que quieran contribuir con la verdad.