El espacio que no copó el Estado tras el desarme de las Farc en la zona alta de Jamundí, es hoy el escenario de una lucha sangrienta entre grupos armados por los cultivos de uso ilícito y las rutas del narcotráfico.
En medio de la confrontación de estas organizaciones que buscan controlar todo el corredor que va desde el Alto Naya hasta la costa Pacífica a través de López de Micay (Cauca), han quedado más de 1500 familias que llevan un año y medio padeciendo el terror de una nueva guerra.
Una guerra que, al menos en la confrontación armada ilegal, ya la ganó el Frente Jaime Martínez. Un grupo disidente de las Farc que está al mando de alias ‘Majín Boo’, herido recientemente en un atentado en el que fue asesinado uno de sus escoltas, y secundado por alias ‘Mamá Juana’ y alias ‘Julián’, todos exintegrantes de las desmovilizadas Farc.
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Fuentes de las comunidades de Timba y Alto Naya aseguraron que el Frente Jaime Martínez está conformado por más de 300 hombres con uniformes y fusiles nuevos, que salen a patrullar de noche por el corredor del Naya y que están financiados con recursos de carteles mexicanos interesados en el negocio de la cocaína.
Ese financiamiento, dicen los residentes, permitió que el Frente Jaime Martínez derrotara entre Morales y Suárez (Cauca) a tres reductos de Los Pelusos, el ELN y disidencias del frente Oliver Sinisterra, enviados por ‘Guacho’, que combatían por el control del corredor Suárez-Timba-Jamundí.
“El 8 de diciembre del 2018 capturaron a los últimos quince guerrilleros disidentes que habían llegado desde Tumaco y los tuvieron durante horas boca abajo en la cancha de Aguaclara, ahí en Suárez. Al final se logró que no los mataran, pero terminó absorbiéndolos el grupo ilegal”, dijo una fuente bajo reserva.
Con la vista puesta en los sectores de La Liberia, San Antonio y Villa Colombia, en zona alta de Jamundí, donde un año atrás habían llegado alrededor de 40 hombres de ‘Los Pelusos’ desde Norte de Santander, el Frente Jaime Martínez inició una arremetida hasta finales de enero pasado, cuando ya no quedaban Pelusos.
“Hay gente y autoridades que todavía hablan de ‘Los Pelusos’ en Jamundí, cuando las Farc los sacaron a sangre y fuego desde comienzos de año. La guerrilla mató varios, el Ejército capturó unos cuantos y al final quedaron como seis y se tuvieron que volar porque los estaban buscando”, aseguró un habitante.
El control de 'Majín Boo'
Lo que transportaban los seis camiones que tres meses atrás pasaron por Timba, llegaron a Suárez y continuaron hacia la zona alta del municipio es un secreto a voces.
En su interior, asegura la comunidad, llevaban madera, materiales para construir un cristalizadero de cocaína, insumos químicos y una planta eléctrica de quince toneladas.
“Todo iba para Aguaclara. Allá los mexicanos hicieron un laboratorio, protegidos por las Farc, y toda la hoja de coca y la pasta base que sale de la cordillera, de Jamundí a Suárez, va para allá”, contó un habitante de Timba, de donde sería oriundo ‘Mamá Juana’, cabecilla del Frente Jaime Martínez.
El general Wilson Cháwez, comandante de la Tercera División del Ejército, indicó que desmantelados Los Pelusos, el objetivo son estos disidentes.
“La famosa Jaime Martínez, que tiene como cabecilla a ‘Majín Boo’, es gente del frente Sexto que no se acogió al proceso y algunos integrantes de la columna Jacobo Arenas y de la Miller Perdomo”, dijo el general Cháwez.
Uno de los propósitos de esta disidencia de las Farc, aseguró un funcionario local, es incentivar los cultivos de coca que ya se ven hasta por el borde de la represa Salvajina.
“La cantidad de cultivos es impresionante. Cada vereda tiene dos o tres ‘chongos’ o ranchos para extraer pasta base, que solo necesita gasolina y cemento. Además, tienen tres lanchas en la represa para moverse y tienen embarcadero en ‘Casa de Teja’, en Suárez, y otro en el lado de Morales, aprovechando que no hay control por el agua”, denunció el funcionario.
Al respecto, el general Cháwez aseguró que en dos meses entrará a operar en la Salvajina un pelotón de combate fluvial del Ejército que está siendo entrenado en estos momentos. “La represa ha sido un paso natural desde Morales y Cajibío hacia Suárez y vamos a fortalecer el control en ese sector”.
La comunidad denunció, además, que cuando se dio el paro indígena, el frente Jaime Martínez obligó a la gente a bajar a bloquear la vía, que en cada casa solo podía quedar una persona y que los utilizaron como escudo humano porque hostigaron al Ejército y hubo algunos indígenas heridos.
“Aquí hasta hace un año y medio había gente de los ‘Elenos’, ‘Los Pelusos’ y de las disidencias de las Farc jodiendo en Suárez y los indígenas del resguardo se les enfrentaba con armas y hubo muertos; fue una cosa grave, pero ahora este frente está muy bien armado y es demasiado grande”, señaló uno de los líderes.
En diversas reuniones, representantes de comunidades indígenas han expresado su preocupación por lo que viene ocurriendo en la cordillera en el corredor Jamundí-Timba-Suárez porque en principio se pueden beneficiar de alguna forma, pero saben que están también frente a una inminente situación de riesgo y confrontación.
El Comandante de la Tercera División del Ejército indicó, sin embargo, que vienen desde hace dos años adelantan do la Operación Atalanta de la mano de la Gobernación del Valle para garantizar seguridad en ese sector.
“La operación que va desde la cordillera central, los municipios del norte del Cauca; cubre toda la cordillera Occidental y va hasta el bajo Naya, donde hacemos operaciones conjuntas con la Armada”, explicó el general Cháwez.
Mexicanos en Aguaclara
La alianza en el alto Naya entre disidencias de las Farc y carteles mexicanos no es un fenómeno reciente. Hace más de diez años organismos de inteligencia y la DEA vienen denunciando sus nexos.
Recientemente, fuentes de la Policía Antinarcóticos le revelaron a este diario los vínculos de la disidencia Oliver Sinisterra con el cartel de Sinaloa y de la Guerrilla Unida del Pacífico con el cartel Jalisco Nueva Generación en la costa Pacífica, pugnando por las 62.956 hectáreas que evidenció el estudio de la ONU en Nariño, Cauca y Valle hasta finales de 2018.
Pero la comunidad en Timba asegura que la presencia de mexicanos en este sector de Cauca y Valle es reciente y que no solo tienen presencia constante en Aguaclara, sino que con ellos está alias ‘Julián’, otro cabecilla del frente Jaime Martínez, para su servicio y su seguridad.
“Los mexicanos llegan en tres camionetas blancas, se suben por Jamundí, Robles y Timba hacia esa zona y ya en Betulia la guerrilla no permite el paso de nadie. Incluso, esta semana retuvieron una gente que parece que es de Valledupar y allá los tienen porque dicen que son paracos.
Ellos están muy organizados”, aseguró uno de los residentes en el sector.
También aseguran los campesinos que estos supuestos mexicanos están realizando obras viales en la zona alta de la cordillera, que estaban ofreciendo dinero a la comunidad para transportar armas desde Cali y que le están pagando tres millones de pesos a los guerrilleros desmovilizados que se enrolen en los grupos disidentes que están a su servicio.
“Lo que dice quienes trabajan con ellos y que les buscan muchachos para llevarlos para la montaña es que lo único que piden los mexicanos es que les aseguren su mercancía “, señaló un líder social del Naya.
Para el general Cháwez la presencia de mexicanos no está confirmada. “No sé si es un mito o qué. Puede que haya algunos, pero no en las cantidades que han dicho algunos que los ven por todos lados porque capturados ni desmovilizados confirman su presencia”.
Residentes de San Antonio, Villa Colombia y La Liberia, en Jamundí, reiteraron que pueden dar fe de que Los Pelusos sí estuvieron en la zona y que las disidencias tienen hoy el control, “pero no hemos visto el primer mexicano y no sabemos de dónde salió la alarma de la Defensoría. Si están, no están muy cerca de acá”.
El Ejército indicó que la estructura Jaime Martínez, disidente de las Farc, viene promoviendo cultivos ilícitos en la Salvajina y que también hay mucha coca oculta entre los resguardos.
Cuando empezaron a subir hacia este sector los hombres de la Oliver Sinisterra, lo que se dijo en la comunidad era que ‘Guacho’ venía a ocultarse en el alto Naya, aseguran los campesinos.
Campesinos del Naya aseguran que las disidencias promueven el cultivo de una plaza y media de tierra y les aseguran que la coca les deja libres, mensuales,
dos millones y medio de pesos.