Luego de que la semana pasada se presentó un atraco masivo y un hurto a dos futbolistas al interior de un restaurante en el barrio Ciudad Capri, al sur de Cali, los ciudadanos han manifestado que aunque se están realizando estrategias de seguridad entre los miembros de la comunidad, aún se sienten intranquilos por la ola de violencia que afecta a toda la ciudad.
El hecho más reciente se presentó el pasado sábado 10 de septiembre y quedó registrado en un video de cámaras de seguridad, donde se observa cuando dos delincuentes, en menos de cinco segundos, llegaron al restaurante Sabor de Hogar e intimidaron con armas de fuego y obligaron a los dos futbolistas a entregar sus pertenencias. Los futbolistas que fueron víctimas del atraco fueron José Caldera, defensa del Deportivo Cali, y Luis Daniel Ferreira, jugador del Orsomarso, equipo que participa en la categoría B.
“Estos últimos meses la seguridad ha estado complicada. En las noches esta zona es sola y cerca al restaurante hay una cuadra con muy mala iluminación en donde roban seguido. No sabemos a qué se deba esta problemática, pero lo que sí es cierto es que es algo que se está viviendo en toda la ciudad”, afirmó Andrés Parra, propietario del Restaurante Sabor de Hogar, lugar donde fueron hurtados a mano armada los dos futbolistas.
Esta situación no solo se estaría presentando al interior de los establecimientos de comercio, pues la semana pasada también se registró un atraco masivo en la parte exterior de un local de la carrera 73 con Autopista Sur. En un video quedó registrado cuando delincuentes que se movilizaban en motos intimidaron a varias personas que se encontraban departiendo en la parte exterior del negocio.
En las imágenes captadas por cámaras de seguridad se puede ver cuando ocho sujetos llegan en motos, amenazan a los ciudadanos y les roban sus pertenencias, entre ellas varios celulares.
De acuerdo con Luz Dary Pantoja, coordinadora de uno de los frentes de seguridad del barrio Capri, “la situación es que los delincuentes piensan que en la zona los ciudadanos tienen mucho poder adquisitivo. Aquí no hay medidas de autoprotección frente a los robos y además el barrio cuenta con muchas salidas a diferentes partes de la ciudad, lo que a los delincuentes les permite movilizarse sin ser atrapados”.
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La salida a la Autopista Suroriental, a la Avenida Pasoancho y al corredor de la calle 72, son algunas de las vías de escape que utilizan los delincuentes para cometer hurtos en esta zona de la ciudad y huir de las autoridades.
“Yo llevo cuatro años como vigilante comunitario en esta zona y me he dado cuenta de que hay muchos problemas que se deben resolver. Por ejemplo, la poca iluminación, situación que es aprovechada en las noches por los delincuentes para robar. Además de esto hay un déficit de personal de la Policía en la zona, pues la Comuna 17 es un lugar muy grande para la poca cantidad de uniformados con los que se cuentan”, dijo Edwin Pasos, vigilante comunitario del barrio Ciudad Capri.
Además, puntualizó que ya se tienen establecidos unos horarios en los que hay mayores riesgos de hurtos. “Algunas de las horas más críticas son de 6:00 de la mañana hasta las 8:00 a.m., franja de tiempo en la que los delincuentes han robado a algunas mujeres. Otros momentos propensos a actos de inseguridad son desde las 2:00 p.m. hasta las 4:00 de la tarde y en la noche, de 7:00 p.m. a 9:00 p.m.”.
Situación que ha afectado las ventas de los ciudadanos de la zona, pues afirman que la gente no se siente segura para detenerse y realizar compras, por lo que se abstienen de visitar el sector.
“Antes se veían muchos visitantes por las zonas comerciales y por el parque principal, pero esto ya no es así, la gente se baja de sus carros con miedo, compran y se van rápido. Algunos ni se bajan por miedo”, comentó Liliana Arias, propietaria de un puesto de bebidas ambulantes en el barrio Capri, quien además afirmó que en los 11 años que lleva trabajando en este punto de la ciudad nunca había visto tantos hurtos. “Yo siento temor desde que salgo de casa, trabajar en la calle es mucho más peligroso que en un empleo convencional. La inseguridad en esta zona es el pan de cada día”, contó.
Con esto coincide el vigilante comunitario Edwin Pasos, quien además manifestó que “en el barrio se ha visto mucha inseguridad. Dentro de lo más popular en el sur de Cali están los hurtos a mano armada, con armas traumáticas o con pistolas”.
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Estrategias de la comunidad
De acuerdo con Luz Dary Pantoja, coordinadora de uno de los frentes de seguridad del barrio Capri, con el fin de realizar estrategias que ayuden a prevenir la inseguridad de la zona se han conformado cinco frentes de seguridad, con ayuda de propietarios de viviendas, ciudadanos del sector, dueños de locales comerciales y vendedores ambulantes que están constantemente en el sector. Además, cuentan con 25 vigilantes comunitarios que tienen constante comunicación con las autoridades.
“Nosotros nos preocupamos mucho por la tranquilidad de todos los vecinos y comerciantes en el barrio, por eso nos hemos unido como comunidad para realizar estrategias que ayuden a las autoridades, pues en la ciudad los uniformados no dan abasto. Por eso hemos realizado actividades como la venta de lechona y sancocho para dotar los frentes de seguridad, porque con el presupuesto de la Alcaldía se han colocado varias alarmas hace años que ya no funcionan”, dijo Pantoja.
De acuerdo con los habitantes, además de los patrullajes policiales y los seis auxiliares de Policía que están todos los días en diferentes zonas del barrio, lo que se busca es que la comunidad esté alerta todo el tiempo a través de los grupos de seguridad que han dispuesto por WhatsApp.
“A pesar de que hay inseguridad en todos los barrios de Cali, la conformación de los frentes de seguridad ha sido de mucha ayuda porque de una u otra manera esto genera un poco de confianza a todos los ciudadanos y a los vendedores que tienen sus puestos en la calle. A través del frente de seguridad cuando alguien genera alguna alerta por el grupo de WhatsApp se llama de inmediato a la Policía y se encienden las alarmas comunitarias para que todos estén atentos”, expresó Eugenio Diaz, habitante y comerciante del barrio Capri.
Asimismo, hizo un llamado al Gobierno Nacional: “Nosotros como comunidad ya no podemos hacer más, toda la ciudad de Cali está con unos índices de inseguridad realmente alarmantes. Lo que necesitamos es que el Estado preste atención y que se preocupen más por la gente de los barrios. Hay un déficit de policías en todas las ciudades”.
“Hacemos un llamado también a los ciudadanos del barrio Capri para que estén activos en los grupos de WhatsApp del frente de seguridad, porque la indiferencia hace que los delincuentes tengan espacios más grandes. La invitación es a que se vinculen a través de sus celulares, para poder hacerlo pueden acercarse a los vigilantes comunitarios y ellos les brindarán el número de contacto de la persona encargada de incluirlos a este chat tan importante”, finalizó Pantoja.