En Cali existen 263 Bienes de Interés Cultural (BIC). La mayoría de ellos llevan muchos años en el abandono, sin planes de mantenimiento o inversión. Solo unos pocos han sido intervenidos en el último tiempo, por eso se reclama un plan que pueda abordarlos a todos.

Para el caso de los bienes que son de propiedad pública, el Distrito puede habilitar recursos para su mantenimiento. Contrario a los bienes que son de privados, los cuales no pueden acceder al erario público para su adecuación. De los 263 bienes culturales en Cali, 181 son de particulares, mientras que 79 son propiedad del Distrito y tres corresponden a sectores urbanos.

Los BIC son bienes materiales que las autoridades, para categoría local o nacional, declaran como monumentos o áreas de conservación histórica, arqueológica o arquitectónica.

Con el edificio Coltabaco, ya son seis los bienes que serían intervenidos hasta este año. La estructura, que pronto cumplirá 86 años, será la nueva sede del Instituto Popular de Cultura, IPC. “Se trata de que esté bien cuidado, salvaguardado a través del IPC, pero a la vez que esta institución tenga el mejor escenario para promocionar la danza, la música, el teatro”, manifestó el alcalde Jorge Iván Ospina.

Con las obras de adecuación al edificio, que iniciarían en julio, se busca entregarlo en las mejores condiciones tras la identificación de zonas vulnerables por parte de la Unidad Administrativa Especial de Gestión de Bienes y Servicios, Uaegbs. Se planea reforzar la estructura y dotarla de nuevos y modernos espacios, asegurando que no se altere su categoría de patrimonio cultural.

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Esta intervención costará alrededor de $ 15.000 millones. Este año se invertirán casi $ 5 mil millones y la Uaegbs, junto con el IPC, ya solicitaron al Concejo la aprobación de las vigencias futuras por un valor de $ 10 mil millones para la realización de las obras, debido a que el proyecto tendrá una duración de 16 meses, terminando en el 2023.

Carolina Romero, directora del IPC, declaró: “Agradecemos al Concejo por iniciar los estudios de lo que va a ser la aprobación del proyecto de las vigencias futuras para la obra de restauración del edificio Coltabaco”.

Otro bien importante para la ciudad, que sería intervenido este año, es la iglesia La Ermita. Este centro religioso es propiedad de la Arquidiócesis de Cali, por lo que la Alcaldía no puede invertir en su mantenimiento. La semana pasada el Concejo inició una campaña e invitó a la Alcaldía y a privados a aportar recursos para su recuperación.

Existen otros cuatro bienes que ya fueron intervenidos, estos son la Plaza de Toros, el sector urbano del Centro Histórico de Cali y las haciendas Cañasgordas y Piedra Grande. Sin embargo, aún quedan otros 257 que no han sido abordados, entre los que resaltan el Molino de Roncallo, las Bodegas del Ferrocarril, la Casa Jorge Isaacs, el Puente Ortiz, algunos edificios de la Universidad del Valle, la Galería Santa Elena, el Colegio Santa Librada, el Hospital San Juan de Dios, el Cementerio Central, entre otros.

Juan Martín Bravo, concejal de Cali, mencionó que “la reparación de los Bienes de Interés Cultural es muy costosa dadas sus condiciones. Para el caso de los privados, estos prefieren que el inmueble se caiga para que puedan construir lo que quieran”.

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El cabildante enfatizó que no hay excusa que valga para dejar en el olvido un bien patrimonial e instó a la Alcaldía a realizar las acciones necesarias, dispuestas por la ley colombiana, para mantener el patrimonio de la ciudad en condiciones óptimas.

Por su parte, el subsecretario de Patrimonio de Cali, Leonardo Medina, indicó que “desde la Alcaldía y la Subsecretaría se tiene un plan de intervención permanente de los bienes que son propiedad del Distrito, por lo que hemos hecho las inversiones necesarias, pero no con los que no son de propiedad de la Alcaldía, porque podríamos incurrir en un delito”.

El Subsecretario señaló que, según la ley, los propietarios de estos inmuebles pueden pedir una reducción en el valor del impuesto predial, debido a que no pueden hacerle modificaciones al inmueble, por lo que tienen el beneficio de que no se les cobre el 100 % del tributo. El interés del Distrito va encaminado a que esos recursos ahorrados por el dueño se inviertan en la conservación del inmueble, pero en muchos casos, esto no sucede.