Éxodo instantáneo
Luego de que WhatsApp anunciara el cambio en sus políticas de privacidad a fin de compartir más datos de sus usuarios con su casa matriz Facebook, más de 25 millones de personas en todo el mundo, temerosas de que se diera a conocer su información, se volcaron a las plataformas de mensajería instantánea Telegram y Signal.
El éxodo, que benefició a Telegram y otras aplicaciones, se convirtió rápidamente en tendencia orbital, por lo que en Twitter numerosos usuarios se mostraban alarmados por haber dado su consentimiento sin haber leído en detalle los cambios con los que el grupo empresarial de Mark Zuckerberg pretende monetizar la plataforma, permitiendo a los anunciantes ponerse en contacto con sus clientes a través de Whatsapp o incluso vender directamente en la aplicación sus productos, como ya ocurre en India. En este país, con alrededor de 400 millones de usuarios, fue donde recientemente el gigante de la mensajería puso a disposición los carritos de compra, una herramienta para comunicarse con empresas que suelen vender varios artículos a la vez, como restaurantes o tiendas de ropa locales.
Sin embargo, los anuncios de sus cambios de política provocaron tanto pánico en tantos países que, durante la primera semana de enero, en 72 horas Telegram superó los 500 millones de usuarios mensuales activos.
Tras esto, el número de descargas continuó creciendo: 25 millones de nuevos usuarios llegaron a Telegram en las siguientes horas según Pável Dúrov, el fundador, para quien este episodio ha representado un aumento significativo en descargas con respecto al año pasado, aunque la app ya ha tenido oleadas repentinas de inscripciones durante siete años de experiencia.
“La gente ya no intercambia su privacidad por servicios gratuitos. Ya no quiere ser tomada como rehén de los monopolios tecnológicos”, resaltó el multimillonario de 36 años, sin mencionar a su competencia WhatsApp, que todavía se encuentra bajo el fuego de las críticas tras haber solicitado a sus dos mil millones de suscriptores aceptar nuevas condiciones de uso.
Cabe destacar que la compañía había anunciado inicialmente que aquellos usuarios que no aceptaran los cambios no podrían acceder a sus cuentas a partir del 8 de febrero, pero ante la inminente presión a la que en la última semana ha estado expuesta la empresa, la aplicación moverá la fecha de actualización.
“Estamos moviendo la fecha en la que se les pedirá a las personas que revisen y acepten los términos. A nadie se le suspenderá o eliminará su cuenta el 8 de febrero. También vamos a hacer mucho más para aclarar la información errónea sobre cómo funciona la privacidad y la seguridad en WhatsApp. Luego, acudiremos a las personas gradualmente para que revisen la política a su propio ritmo, antes de que las nuevas opciones comerciales estén disponibles el 15 de mayo”, manifestó la compañía.
Lea también: WhatsApp postergará el cambio de sus normas tras pérdida de usuarios
Entre tanto, resulta importante saber qué información será suministrada al momento de decidir continuar en el aplicativo, pues al aceptar las nuevas políticas los datos del usuario podrán ser compartidos entre Whatsapp y el ecosistema de aplicaciones de Facebook (incluyendo Instagram y Messenger). Estos datos incluyen los contactos y la información básica del perfil (número de teléfono, nombre), excepto el contenido de los mensajes, información sobre transacciones en la app, información sobre el dispositivo, conexión y ubicación.
Aunque estas nuevas condiciones difieren entre la Unión Europea, UE, y el resto del mundo. En el caso de la UE y del Reino Unido solo se utilizarán para desarrollar las funcionalidades ofrecidas a las cuentas profesionales WhatsApp Business, explicó la empresa.
Para el especialista en seguridad informática del Laboratorio de ESET Latinoamérica Miguel Ángel Mendoza, la principal inquietud está relacionada con la privacidad, debido al tipo y cantidad de información del dispositivo y del usuario a la que podrá acceder la aplicación, “una vez que sean aceptados los nuevos términos y condiciones de uso, la app podrá tener acceso a los contactos que ya utilicen WhatsApp e incluso a aquellos que no lo hagan. Además, se recopilará más información de forma automática, como la actividad realizada en la aplicación, configuraciones, interacciones o registros; así como la información del dispositivo, hardware, sistema operativo, direcciones IP o ubicaciones. Estos datos podrán ser compartidos con otras empresas, de ahí la importancia de aceptar o no la manera en la que se maneja la información recopilada. Aunado a lo anterior, la seguridad de los datos también resulta relevante, ya que se trata de información que podría resultar sensible en caso de una brecha de datos”.
Según el experto, si bien el contenido de las conversaciones no es accedido por la aplicación, ya que estas se almacenan en el dispositivo y no en los servidores, de acuerdo con las disposiciones de WhatsApp, además de que se emplean mecanismos de protección como el cifrado de extremo a extremo, se podrá conocer más acerca de la forma en la que los usuarios emplean la aplicación.
“En otras palabras, se trata del acceso a más información sobre las actividades y hábitos de uso de la aplicación, información que será compartida con otras empresas y aplicaciones para la entrega de anuncios personalizados en sus plataformas. Los propósitos siguen siendo comerciales, pero a través de publicidad focalizada”, explica Mendoza.
Entre tanto, el CEO de WhatsApp, Will Catchcart, que hizo presencia a través de Twitter, ratificó el compromiso de la compañía con el manejo de datos: “Quiero compartir lo comprometidos que están todos en @WhatsApp para proporcionar comunicación privada a dos mil millones de personas en todo el mundo. En esencia, esa es la capacidad de enviar mensajes o llamar a sus seres queridos libremente protegidos por cifrado de extremo a extremo y eso no va a cambiar. Con el cifrado no podemos ver sus conversaciones o llamadas privadas ni tampoco Facebook. Estamos comprometidos con esta tecnología y estamos comprometidos a defenderla a nivel mundial”.
El representante mencionó además que la actualización de las políticas fueron diseñadas buscando la transparencia con sus usuarios y describiendo mejor las funciones opcionales de personas a empresas. “Escribimos sobre ello en octubre; esto incluye el comercio en WhatsApp y la capacidad de las personas para enviar mensajes a una empresa”.
Pero aunque la compañía se ha dedicado a informar por todos los canales posibles sobre este malentendido, lo cierto es que los usuarios de WhatsApp, propiedad de Facebook desde el 2014, han compartido, sin saberlo, más información de la que piensan.
Según el portal de The New York Times, “Facebook conoce los números de teléfono que se utilizan, la frecuencia con la que se abre la aplicación, la resolución de la pantalla del dispositivo, la ubicación estimada a partir de la conexión a internet y mucho más... WhatsApp tiene muchos aspectos positivos. Es fácil de usar y las comunicaciones en la aplicación son seguras. Pero sí WhatsApp es Facebook, es una empresa en la que muchos no confían”.
Sin embargo, la compañía no es la única en trabajar con los datos de sus usuarios, plataformas como Google, Tinder, Uber, Spotify e incluso Netflix, recogen también información privada de sus usuarios tales como salario, edad, número de identificación, datos laborales, sexo, inclinación sexual, intereses, entre otros.
Sobre Telegram
La aplicación fue fundada en 2013 por los hermanos Pável y Nikolái Dúrov, creadores antes de la popular red social rusa VKontakte.
Sus creadores afirman que la seguridad es su prioridad y generalmente rechaza colaborar con las autoridades, lo que le ha supuesto intentos de bloqueos en algunos países como Rusia.
Dictadura digital
Uno de los grandes de la industria digital en mencionar a los poderosos de Facebook y su conglomerado fue el fundador de Wikipedia, Jimmy Wales, quien en una entrevista dijo que, llevados por su modelo comercial, Twitter y Facebook gestionaron “mal” la desinformación durante la Presidencia de Donald Trump.
El estadounidense, que este viernes celebró el 20 aniversario de la enciclopedia gratuita en línea, criticó la actitud de estos dos gigantes de las redes sociales y dio su opinión sobre el manejo del caos que se vivió en el Capitolio de EE. UU. tras las recientes protestas: “La responsabilidad del ataque del 6 de enero al Capitolio recae al 100% en el controvertido Presidente de Estados Unidos, pero a Twitter y Facebook les costó lidiar con la desinformación”.
Cabe destacar que, luego del ataque en Washington, las dos redes suspendieron indefinidamente las cuentas del multimillonario republicano, que las utilizaba para transmitir a decenas de millones de personas acusaciones sin pruebas de fraude electoral.
“Ellos tienen un modelo comercial que dice: necesitamos tantas visitas a la página como sea posible”, afirmó, “y eso también perjudica a su marca, así que lo tienen que solucionar, pero creo que les va a costar”.
A diferencia de Facebook y Twitter, estrechamente asociados con los conflictos culturales en EE. UU. y la “propagación de desinformación en todo el mundo”, Wikipedia se considera uno de los últimos y mejores ejemplos de la utopía en los orígenes de internet.
Pero al inicio de la década del 2000 fueron las mentiras y la agresividad de sus usuarios las que provocaron debates sobre regulación digital.
“Siempre digo que nunca hemos sido tan malos como la gente dijo o tan buenos como se cree”, afirmó Wales.
Le puede interesar: Usuarios de Telegram crecen en tiempo récord tras nuevas reglas de privacidad en WhatsApp
Lo cierto es que el hecho le ha permitido a los habitantes del mundo cuestionarse sobre hasta dónde pueden llegar los límites de la virtualidad, pues hoy la digitalización de nuestras vidas avanza a tal ritmo y desde diversos escenarios que se ha hecho difícil verla en toda su complejidad.
Interacciones económicas, políticas sociales, culturales, de salud... todas tienen lugar en una inmensa infraestructura de conexión centralizada y controlada por los nuevos magnates nacidos de las redes.
Ya lo dice Yuval Noah Harari, el historiador, filósofo y autor, considerado uno de los intelectuales más influyentes de la actualidad: “Los dueños de los datos son los dueños del futuro”.
En su libro ‘21 lecciones para el Siglo XXI’, hace un detallado análisis de cómo la globalización y las nuevas tecnologías crearán una profunda brecha social en la que la jerarquía no solo será norma sino también ideal.
“En realidad, en el Siglo XXI podrían surgir las sociedades más desiguales de la historia. Aunque la globalización e internet salvan la distancia entre países, amenazan con agrandar la brecha entre clases, y cuando parece que la humanidad está a punto de conseguir la unificación global, la propia especie podría dividirse en diferentes castas biológicas”, agrega el autor.
De hecho, para él “la autoridad puede cambiar de nuevo pronto: de los humanos a los algoritmos. De la misma manera que la autoridad divina estaba legitimada por mitologías religiosas y la autoridad humana estaba justificada por el relato liberal, así la revolución tecnológica que se avecina podría establecer la autoridad de los algoritmos de macrodatos, al tiempo que socavaría la idea misma de la libertad individual”.
Ahora, desbordados por la nueva realidad tecnológica, Harari recomienda algo que ya se ha venido haciendo, pero con mucha timidez.
“Si queremos evitar la concentración de toda la riqueza y el poder en manos de una pequeña élite, la clave es regular la propiedad de los datos... Si los datos se concentran en unas pocas manos, la humanidad se dividirá”, asegura Harari.
“La carrera para poseer los datos ya ha empezado, encabezada por gigantes como Google, Facebook, Baidu y Tencent. Hasta ahora, muchos de estos gigantes parecen haber adoptado el modelo de negocio de los «mercaderes de la atención». Captan nuestra atención al proporcionarnos de forma gratuita información, servicios y diversión, y después revenden nuestra atención a los anunciantes. Pero las miras de los gigantes de los datos apuntan probablemente mucho más allá que cualquier mercader de la atención que haya existido. Su verdadero negocio no es en absoluto vender anuncios. Más bien, al captar nuestra atención, consiguen acumular cantidades inmensas de datos sobre nosotros, que valen más que cualquier ingreso publicitario. No somos sus clientes: somos su producto”, agrega el historiador.
Diversificación del mercado
El anuncio de WhatsApp también tuvo consecuencias para otras aplicaciones de mensajería instantánea que en cuestión de horas vieron un incremento importante de nuevos usuarios. Y es que el gran salto a otras plataformas se dio en medio de un agitado inicio de año, en el que incluso no solo el famoso aplicativo perdió suscriptores, pues también lo hizo ‘Parler’, el servicio de redes sociales favorecido por miembros de la extrema derecha en USA, con la que grandes compañías como Amazon, Apple y Google cortaron vínculos luego del asalto al Capitolio de ese país en la que la app se convirtió en un repositorio digital de contenido violento.
Ante este suceso y el de Whatsapp, aplicaciones como Signal tuvieron un repunte entre los más descargados en las plataformas Apple Store y Google Play de varios países. De hecho, su impulso fue dado también gracias a la recomendación que el magnate sudafricano Elon Musk hizo a través de su cuenta de Twitter.
‘Signal’ requiere menos información que la demandada por WhatsApp, pues tan solo se limita a pedir el número de teléfono y añadir el nombre es opcional. Además, al igual que su competencia, también estableció el cifrado de extremo a extremo como función predeterminada, ofrece llamadas de voz y video, y sus usuarios pueden hacer que sus mensajes desaparezcan en un tiempo determinado, función que comparte con Telegram.
Otra gran diferencia es que la aplicación, propiedad de Facebook, no posee la opción de bloqueo de capturas de pantalla para las conversaciones, mientras que sus competidoras (Telegram y Signal) sí la incluyen.
Por su parte, ‘Threema’ es otra de las apps de mensajería instantánea que comienzan a surgir del anonimato. En esta plataforma tanto la lista de contactos como la información de los grupos se guardan únicamente en el teléfono y no en la aplicación, incluso permite esconder conversaciones y protegerlas con una contraseña. Lo malo, es que es una app paga.
“Estas aplicaciones mencionadas son diferentes entre sí. Algunas recopilan más información y otras menos, lo que podría significar que son menos intrusivas en cuanto a la forma en la que las utilizan las personas. Sin embargo, también tienen características y funciones distintas, lo que podría determinar que el usuario se incline por una u otra aplicación, es decir, el uso queda a criterio y necesidades de la persona, así como a su percepción de privacidad”, resalta el especialista en seguridad informática, Miguel Ángel Mendoza.
Ahora bien, para Yira María Correa López, oficial de protección de datos de la Universidad Autónoma de Occidente, en Colombia las reglas del juego están mediadas por la Superintendencia de Industria y Comercio, que regula la captación de datos personales por parte de las organizaciones. Sin embargo, su actividad es muy reciente en comparación a otros países, por lo que hay que tener en cuenta algunas pautas para el cuidado de los datos.
“Hoy las personas son mucho más conscientes del cuidado que deben tener con su información y son también mucho más conscientes del tratamiento que se le puede dar a sus datos personales y cómo las empresas o terceros se lucran con estos, por eso es necesario hacerles saber de nuevo que pueden denunciar cualquier inconformidad cuando ha ocurrido un trato en la información de manera inadecuada. Referente al tema de las aplicaciones, los usuarios deberán tener en cuenta, cada vez más, los términos y condiciones de un servicio aplicativo, pues estos acuerdos y políticas cambian permanentemente”.
Por último, la experta recomienda estar informados sobre dónde van a estar alojados los datos, cuáles son los mecanismos de protección o de seguridad con los que cuenta la plataforma para evitar que la información sea vulnerada. “Desde el punto de protección y privacidad de los datos, lo ideal es validar muy bien qué nos ofrece el servicio y qué políticas tiene la compañía. Otro punto importante es que siempre que descarguemos una aplicación no dejemos las configuraciones por defecto, es decir todo habilitado, pues muchas características son personalizables, así que es recomendable solo dejar aquellas que como usuario considere necesarias”, concluye.