“No podemos pretender que en dos días se solucione todo”: José Gregorio Hernández

¿Cómo analiza la ceremonia de posesión presidencial que, se dice, estuvo cargada de simbolismo? Los símbolos en la democracia son muy importantes, y lo que se vio fue un acto simbólico, con unas características especiales, debido no solo al origen ideológico y político del nuevo Presidente, sino por razón de la presencia del pueblo en la Plaza de Bolívar. Ese fue un símbolo muy importante. El otro fue la espada de Bolívar, pero no solo la espada, sino el hecho de que el Presidente saliente hubiera querido impedir que la espada llegara a la Plaza de Bolívar.

¿Y cómo le pareció ese gesto de parte del ya expresidente Duque? Me pareció un acto caprichoso e indebido, y me pareció muy bien que el presidente Petro, una vez posesionado, hubiera impartido la orden de traer la espada, porque en ese acto también encontramos un símbolo: cómo pasa el poder de un presidente al otro, y este adopta su decisión y hace uso de las facultades que le confiere la Constitución y la ley.

¿Hasta cuándo cree que va a durar esa euforia en los colombianos? La euforia, la confianza, la fe, que ha puesto el pueblo en el nuevo Gobierno lo comprometen en alto grado para no defraudar. El Presidente y todo su equipo tienen que esforzarse en cumplir, porque si incumplen, sería una desilusión muy grande para muchas personas en el país. Hay que darle todo el apoyo al Presidente y a quienes lo acompañan para lograr, ojalá en beneficio del país, que se alcancen los objetivos que él persigue. Primordialmente, se tiene que esforzar en cumplir la Constitución y en presentar unas reformas coherentes, bien pensadas, que sirvan a las finalidades que todos los colombianos perseguimos. Creo que, desde luego, el Presidente y su equipo han entendido cabalmente el compromiso grande que asumen ante el país.

¿Cuál fue la impresión que le dejó ese primer discurso del Presidente? Me pareció un discurso claro, directo, que toca los fundamentos de su programa y señala una carta de navegación para quienes lo acompañan. Especialmente con el decálogo de compromisos, el Presidente nos mostró sus intenciones. Claro, una cosa son las intenciones y otra los hechos, pero tiene cuatro años para desarrollarlo.

¿Y cómo analiza el arranque que está teniendo este nuevo Gobierno? El presidente Petro ha comenzado con muchas esperanzas, ilusión y deseos de solucionar muchísimos problemas del pueblo colombiano y de propender hacia el cumplimiento de la Constitución y la realización del Estado social y democrático del derecho y la prevalencia de los Derechos Humanos, complementado con otros aspectos de tanta importancia como la paz, que la necesitamos, y el propósito esencial de proteger el ambiente sano, como lo manda la Constitución. El Gobierno del presidente Petro tiene muchos desafíos y se esforzará seguramente en cumplirlos. El gabinete es excelente, ya comenzaron a trabajar y seguro obtendrán buenos resultados, pero hay que tener paciencia. Tampoco podemos pretender que en dos días tengan todo solucionado. El Presidente goza en este momento de gran apoyo, pero tenemos que seguirlo apoyando para que sus políticas surtan un efecto benéfico en el país.

Sobre la reforma tributaria, ¿cuál es su primera impresión? En el campo concreto de la reforma tributaria, debo decir que se tiene que estudiar muy bien. Sabemos que es indispensable, porque hay un gran déficit fiscal y ahí la necesidad de cumplir con todas esas promesas y proyectos que hizo el Gobierno, pero debe estudiarse a fondo por parte del Congreso.

“Seguimos en el mundo de las utopías no realizables”: Enrique Gómez

¿Cómo analiza la ceremonia de posesión presidencial, que estuvo cargada de simbolismo? La retórica de la izquierda radical es muy emotiva. La semiótica como forma de hacer política, de engañar a la gente, es una práctica antigua. La presentación de las fotos tuvo elementos oprobiosos, porque puso de presente imágenes muy parcializadas del conflicto armado que ha sufrido el país. La exaltación de guerrilleros, terribles asesinos, fue inapropiada. Pero lo más curioso es el ‘nosotros’ cuando llega la espada: mi impresión fue que era ‘nosotros, los del M-19’, y sorprende porque es la ruta que siguió Chávez para establecer la dictadura Bolivariana en Venezuela y Petro parece comprometido con dos cosas: el culto a su personalidad y la emulación del Libertador Bolívar que, no lo olvidemos, en 1828 terminó siendo dictador en la Gran Colombia, razón de su ocaso y del rechazo de la ciudadanía de ambos países al Libertador.

¿Y cómo le pareció el gesto de parte de Iván Duque de impedir el préstamo de la espada de Bolívar? Va muy acorde a la manera de pensar y actuar de Duque, él sufre de un ego demasiado grande, que a veces le nubla el juicio político, y le permitió a Petro la apropiación, dándole a su deseo algo mucho más significativo: ‘tráiganme la espada’, el mando, todo lo que se hubiera podido evitar. Como todo lo de Duque, es fruto de una mezcla de pocas competencias políticas y de un ego desbordado.

¿Hasta cuándo cree que va a durar esa euforia por el gobierno Petro? No hay duda de que hay mucha ilusión, no solo por la asistencia masiva a la posesión. Las encuestas, las redes sociales, muestran al país ilusionado, lo cual es normal...es la promesa de un régimen que posa de benefactor de la mujer, ancianos, niños; que va a haber seguridad y empleo, que vamos a salvar el planeta y a acabar la guerra contra las drogas. El decálogo ambiciosísimo que le surte a todo el mundo: vamos a negociar con el crimen organizado, pero también vamos a perseguir al crimen organizado; vamos a trabajar contra la corrupción y va a haber una nueva industrialización. Pero a su vez anuncia una reforma laboral, una pensional y una tributaria, donde solo pagan una mínima porción. Es un mensaje para el entusiasmo, pero seguimos en el mundo maravilloso de las utopías no realizables. Falta ver ese aterrizaje cómo es, la recesión en EE.UU., el impacto que la reforma tenga en nuestra recuperación y lo que sigue definiendo el curso de la economía: si el precio del petróleo está alto, Petro podrá cumplir parcialmente esos millones de propuestas, pero si baja la cotización, su capacidad fiscal va a quedar disminuida y la gente en Colombia, por esa manera de hacer la política de la izquierda, no tiene paciencia con nadie.

¿Cuál fue la impresión que le dejó ese primer discurso del Presidente? Una cosa es el Petro improvisador y otra este Petro sometido a un guion más concreto. Fue menos agresivo. Me molesta que se sigue construyendo la mitología del Estado criminal. El Presidente tiene una ambigüedad muy terrible, porque ese Estado criminal le transmite el poder, le da la sujeción de la Fuerza Pública, lo pudo ver el país, en un proceso visibilizado...acabar con la prohibición de la siembra de la coca sin resolver el problema de la prohibición del narcotráfico lo único que trae es más violencia y expansión de la frontera de los cultivos en el país.

Sobre la reforma tributaria, ¿cuál es su primera impresión? El Presidente se equivoca. La gente no va a pagar el doble o el triple de impuestos, lo que va a hacer es dejar de consumir, afectando la economía, y terminará cogiendo sus corotos y largándose a otro país.