En cinco años de servicio el MÍO Cable ha movilizado aproximadamente 9 millones de usuarios, algo así como cuatro veces la población total caleña (2.227.642).
A diario, 3500 pasajeros se mueven por las 60 cabinas del sistema, cifra que dista mucho de las proyecciones que se tenían al inicio de la operación y cuando desde el ente gestor del MÍO se pensaba que desde la Comuna 20 subirían y bajarían por aire 7500 personas por jornada.
Y aunque un lustro parece ser tiempo suficiente para que este medio de transporte se posicionara entre los caleños como una opción no solo para movilizarse sino para hacer turismo a una zona que para muchos es inexplorada, entre los usuarios del sistema y residentes de la ladera aún hay opiniones divididas en torno al impacto del MÍO Cable.
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Para Ceneida Mosquera, habitante del barrio Brisas de Mayo, tener la estación del sistema cerca de su negocio ha dado un vuelco positivo a sus ventas. “Antes de la pandemia venían muchos turistas, sobre todo los fines de semana. El MÍO Cable ha sido una gran ventaja para toda la ciudad y para nosotros, porque ya tenemos transporte cerca de la casa”, dice.
En otra esquina de pensamiento se sienta Eider Alexánder Vélez, presidente de la JAC del barrio Lleras Camargo, quien señala que el sistema, por su composición, es excluyente. “Eso en movilidad solo beneficia a los de Tierra Blanca, Lleras Camargo y Brisas de Mayo, que es en dónde están las estaciones. Los de abajo se movilizan en el alimentador porque llegar a las estaciones del MÍO Cable les queda muy lejos y los de la parte de Belén aún utilizan las gualas para bajar porque la estación más cercana también les queda lejos”, comenta Vélez.
Para Mauricio Venté, vocero de MÍO Usuarios, una de las deudas del sistema después de todo este tiempo de operación continúa siendo la integración con otros medios de transporte y lograr un incremento de pasajeros.
El MÍO Cable ha sido protagonista de presenta- ciones artísticas y culturales los fines de semana. En cada estación del sistema se encuentran exposiciones artísticas.
“Durante la construcción se le prometió a la comunidad que contarían con servicios de alimentación hacia y desde las estaciones del MÍO Cable integrando los camperos, situación que hasta la fecha no ha ocurrido. Los usuarios del servicio son pocos para la capacidad que tiene el sistema, en parte porque la Comuna 20 es grande y no todos acceden a llegar a las estaciones”, dice.
Más que un sistema de transporte
Durante este lustro de operación, las cabinas del MÍO Cable se han tornado en algo más que una forma diferente de movilizarse en la ladera.
Desde Metrocali se advierte que el sistema ha tenido un impacto económico entre parte de la comunidad de barrios pertenecientes a la Comuna 20 y ha sido generador de turismo para explorar más la ciudad.
“El 75% de las personas que trabajan en el MÍO Cable son de ese sector. Ayudamos a madres cabezas de hogar y en nuestras instalaciones las madres lactantes y mujeres en gestación se capacitan. Hemos generado actividad económica en esta zona de Cali”, asegura el presidente de Metrocali, Óscar Ortiz, quien remarca que la operación cuesta $13.000 millones anuales.
Los retos del MÍO Cable
Lograr una articulación con las ‘gualas’, mejorar la operatividad y sus horarios, al igual que captar más usuarios son algunos de los desafíos que se deberán resolver en el sistema en años venideros.
Por ejemplo, un habitante del barrio Belén se demora 20 minutos en bajar a pie hasta la estación de Tierra Blanca, por lo que usuarios y residentes claman facilidades para integrarse.
Por su parte, Venté hizo hincapié en que se refuerce la seguridad en torno a las estaciones. “Se deben expandir las opciones para que las personas no solo se queden dentro de las estaciones, sino que puedan salir y conocer el entorno y la gente que rodea estos espacios”, comenta.
Por su parte, el Presidente de Metrocali asegura que su objetivo es darle un mejor desarrollo al sistema en movilidad, turismo y comercial.
“Convertirlo en la ruta turística más visitada, ya que vamos a desarrollar el corredor turístico que conectará con nuestras estaciones”, dice Ortiz, quien recuerda que un objetivo a futuro será consolidar la segunda fase del cable, con vocación más turística y que apunte a uno de los iconos de Cali: Cristo Rey.