Pese a que $2100 no parece un precio por el cual arriesgar la vida, hay temerarios en Cali que desafían su suerte cada tanto. Y es que atravesarse una avenida corriendo para meterse por las puertas siempre abiertas de las estaciones del MÍO es una práctica común entre algunos caleños, una malsana costumbre que le reporta al sistema pérdidas que oscilan entre $11 millones y $12 millones, mensualmente.

Esta ‘viveza’ es evidente en las siete troncales del sistema, especialmente en estaciones como La Ermita, Centro, Petecuy, San Bosco, Capri, Estadio, Las Américas y Nuevo Latir. Es una imagen que a diario se repite y que genera inconformidad en usuarios frecuentes del sistema.

Al menos eso deja entrever Carlos Pineda, usuario de la ruta T31, quien señala que “es injusto que la mayoría estemos pagando el pasaje y esperando los buses en las estaciones y que entren dos o cinco personas saltándose los torniquetes o subiéndose por las puertas de abordaje. Una vez, en Santa Librada, se subieron quince muchachos sin pagar y aunque los que estábamos en la estación hicimos el reclamo, a ellos no les importó. Esto pasa todos los días, es el colmo”.


Por su parte, Daniel Londoño, usuario de la estación Tequendama, asegura que el que las puertas de las estaciones permanezcan abiertas es “una invitación” a entrar sin pagar al sistema.

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“Las puertas están dañadas en todas las estaciones desde hace más de dos años. Eso todos los días, a la hora que sea, lo aprovecha mucha gente para entrar como si no pasara nada. Si ya se sabe que la gente se sube como sea por las puertas, ¿por qué no frenan eso? Ese ya es un caso de negligencia”, asegura Londoño.

Entre tanto, la usuaria Silvia González señala que “muchas veces uno ve a los policías hablando con el vigilante de la estación o chateando, en vez de estar pendientes de lo que pasa a su alrededor y ahí es cuando más gente aprovecha para meterse sin pagar”.

Una lucha diaria

Diariamente en las estaciones y buses se ‘cuelan’ entre 180 y 200 personas, según reportes de la Unión Temporal de Recaudo y Tecnología, Utr&t.

El gerente de la empresa encargada del recaudo en el sistema, Arturo Villarreal, señaló que actualmente hay personal monitoreando la evasión en quince estaciones de la ciudad.

“Las mediciones que tenemos es que por cada 2500 pasajeros que sí pagan el pasaje, dos personas intentan colarse y solo una lo logra. Realmente en Cali hay una cultura de pago muy fuerte que, incluso, es mayor a la que hay en otras ciudades del país”, asegura Villarreal.

De acuerdo con Andrés Pla, director Comercial y Servicio al Cliente en Metrocali, los puntos donde más se presenta la evasión del pago de los pasajes son Caldas, Santa Librada y algunas estaciones de la Carrera 1.

“Metrocali en los últimos tres años ha hecho una inversión de $1500 millones para evitar que se siga presentando la evasión. Desde la parte de infraestructura hemos hecho bastante porque ampliamos las rejas en las estaciones, ampliamos los accesos por los lados que se parquean los buses en la plataforma alta de las estaciones, también pusimos vidrios”, aseguró el Director Comercial y Servicio al Cliente del ente gestor del masivo.

No obstante estas adecuaciones que se han hecho, el funcionario advierte que este fenómeno es una de las principales causas por las cuales la Policía está imponiendo comparendos en las estaciones. De hecho, según los registros aportados por la Policía Metropolitana de Cali durante el 2018 fueron sancionadas 309 personas que ingresaron al sistema evadiendo el pago del pasaje.

En lo que va corrido del presente año la cifra de multados por ingresar al sistema es menos contundente, pues los oficiales han impuesto apenas 19 comparendos por esta afrenta al sistema de transporte masivo.

Al respecto, el capitán Albeiro Sierra, comandante a cargo de la seguridad en el MÍO, señala que cada que se registran casos de evasión se eleva la percepción de inseguridad que tienen los usuarios cuando están dentro del sistema.

“Hace dos años, cuando había convenio con la Administración Municipal para reforzar la seguridad en el MÍO, teníamos 281 policías (200 bachilleres y 81 profesionales) prestando seguridad. ¿Cuántas estaciones cubríamos con 200 auxiliares? Doblábamos la cifra con la que controlábamos vendedores y evasores. Hoy, más que nunca, es importante tener un refuerzo para que la cifra de este problema no se aumente”, dice el Comandante a cargo de la seguridad en el masivo.

Sierra señala que con los evasores se produce un ‘efecto dominó’, porque actualmente hay, en promedio, dos auxiliares por estación (hay 100 auxiliares bachilleres) pero hay algunos puntos de parada desatendidos.

“Cuando tenemos un reporte de evasores en Universidades y en otras estaciones de la Calle 5 corremos auxiliares para atender esos casos. Ese momento lo aprovechan otros evasores para entrar a las estaciones que quedan sin vigilancia”, asegura Sierra, quien señala que durante los operativos que se realizan para controlar a los evasores, en ocasiones, surgen enfrentamientos.

Cabe recordar que esta infracción está consignada en el artículo 146 del Código de Policía y es sancionado con ocho salarios mínimos diarios legales vigentes, es decir $220.824.