Miles de microempresas y famiempresas, lo mismo que pequeños comerciantes formales e informales en Cali enfrentan hoy serias dificultades por los efectos de la pandemia del Covid-19, y lo más probable es que muchos de esos negocios no puedan reabrir sus puertas, ni sobrevivir por falta de clientes y dinero.
Lo peor es que la mayoría de sus dueños no están bancarizados, no tienen suficientes ahorros, y para los bancos no son sujetos de crédito al no ofrecer garantías reales para respaldar una obligación financiera en la llamada postpandemia.
De acuerdo con el Observatorio de Políticas Públicas, Polis, de la Universidad Icesi, “si antes de la pandemia, el acceso a la banca era un privilegio de pocos, ahora esta exclusión se va a exacerbar y generar mayores inequidades sociales”.
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De hecho, el 32% de los caleños tenía dificultades pagando deudas antes del confinamiento. Solo el 21% contaba con algunos ahorros para enfrentar las circunstancias económicas actuales, mientras el 61% ha visto reducidos sus ingresos.
A ello, se agrega que “la informalidad es un sector robusto dentro de la economía caleña, dado que proporciona ingresos a alrededor del 50 % de la población ocupada en la ciudad”, destaca el Observatorio Polis.
Enfrentar este complejo panorama, que ya deja alrededor de 300.000 desempleados, no será nada fácil para lo que resta del 2020 y lo que vendrá en el 2021.
Ante esta nueva realidad, la Secretaría de Desarrollo Económico alista varias alternativas para la reactivación que buscarían evitar que la crisis empeore una vez baje la tasa de contagios y se reabra toda la economía.
Según estimativos del jefe de ese despacho, Argemiro Cortés, se “necesitarían al menos un billón de pesos (que es la tercera parte del presupuesto de Cali en 2020) para irrigar esos recursos entre las microempresas a través de una gerencia que maneje la reactivación económica”.
Con ello, se buscaría que más microempresas y hogares no caigan en manos de modalidades ilegales como el ‘gota a gota’ y sus tasas abusivas de interés hasta del 20% al día.
El funcionario resaltó que en ese sentido se han estudiado cuatro estrategias. La primera, es fomentar la Banca de las Oportunidades en el marco del Plan de Desarrollo, que contempla la creación de un fondo para respaldar iniciativas microempresariales con microcréditos.
Con ese fin se adelantan gestiones para un préstamo ante el Fondo Nacional de Garantías, FNG, por $53.000 millones. “Esos dineros serán para microempresas y personas no bancarizadas”, indicó el jefe de ese despacho.
La tasa de desempleo en la ciudad llegó al 23%, lo que significó un fuerte retroceso en la creación de puestos de trabajo por parte de los sectores industrial y comercial en los últimos cuatro años.
En segundo lugar, se proyecta un convenio con la Arquidiócesis de Cali y la cooperativa Fomentamos para replicar en la ciudad un modelo exitoso de Medellín denominado ‘Círculos Solidarios’, el cual favorecería a los comedores comunitarios dirigidos por mujeres cabeza de familia.
De igual manera, señaló Cortés, está previsto un convenio con la Universidad del Valle para respaldar micro y famiempresas en sectores populares que están actualmente en situación de vulnerabilidad. Allí se invertirán $617 millones.
“Lo que necesitamos después de la pandemia es contar con una gran gerencia para la recuperación económica de Cali, que incluya a las Secretarías de Vivienda, Infraestructura y a otras dependencias de la Alcaldía que le apuesten al fortalecimiento empresarial”.
Y dentro de ese proceso, el Secretario de Desarrollo Económico, como cuarto punto resaltó la recuperación, con apoyo financiero, de las industrias culturales –tarea que deberá desarrollar la Secretaría de Cultura— para rescatar, por ejemplo, las escuelas de salsa, entre otras actividades artísticas.
Informales y recursos
Cali es actualmente una urbe donde predomina el trabajo informal. Antes de la pandemia, el 68% de los trabajadores informales ganaban cómo máximo dos salarios mínimos y el 91% ha visto sus ingresos reducidos a causa de la cuarentena, según lo determinó la encuesta CaliBRANDO de Polis.
Asimismo, de acuerdo con ese sondeo el 42% de los informales en Cali vive en arriendo, mientras el 24% ha solicitado alguna vez un préstamo gota a gota. El 57% acudió alguna vez a una entidad financiera.
Precisamente como una forma de profundizar más acerca de la informalidad, el Secretario de Desarrollo Económico precisa que “ese deberá ser un trabajo de todas las Secretarías, para realizar una verdadera caracterización del sector informal, la cual hoy no existe en Cali”.
Esa caracterización del llamado ‘rebusque’ conformado por los vendedores ambulantes amerita, subrayó el funcionario, saber cuántos son, qué hacen, qué venden y dónde se ubican.
Según el funcionario ese estudio es fundamental, dado que en la postpandemia la informalidad callejera podría registrar tasas más altas, pues muchos ciudadanos han quedado sin empleo en la actual coyuntura.
Precisamente en el fomento de la Banca de las Oportunidades podría estar en gran medida algunas de la soluciones a la problemática de los trabajadores informales, “aunque este fondo apenas se está conformando y el reto será cómo fortalecerlo”, agregó Cortés.
De allí que se necesiten recursos del Gobierno Nacional para atender a los negocios informales. “Hay muchas ideas de cómo ayudarles, pero no existen recursos”, recalcó .
Otro objetivo es la creación en primera instancia de un fondo de emergencia para los empresarios por $300.000 millones con recursos nacionales, el que asegura Cortés, “ayudaría a muchas personas y negocios”.
“La recuperación económica de Cali necesita plata. Calculo que cómo mínimo a corto plazo requerimos un billón de pesos para el próximo año, administrados por una gerencia que actuará como un ente articulador entre los sectores público y privado, pues la Alcaldía en solitario no puede”, añadió.
Puntualizó que “esa responsabilidad deberá recaer en una persona de alto nivel y de reconocida prestancia para dirigir los programas y recursos que se invertirán en la reactivación económica de la ciudad”. Así se ha hecho cuando se han registrado tragedias en el pasado como las del Eje Cafetero y el norte del Cauca bajo llamada Ley Páez.
Urge más bancarización
De acuerdo con la encuesta CaliBRANDO del Observatorio de Políticas Públicas, Polis, de la Universidad Icesi, el 46% de los trabajadores formales y el 28% de los trabajadores informales en la capital del Valle afirmaron tener ahorros suficientes para vivir solo tres meses en caso de quedarse sin empleo, respectivamente.
Este dato, en medio del confinamiento obligatorio, resulta aún más preocupante, porque los empleos informales, por lo regular, requieren salir a la calle para generar ingresos. Ante la ausencia de liquidez, el financiamiento se convierte en una alternativa para cumplir con las obligaciones del hogar, destaca la directora de Polis, Lina Martínez.
El panorama no es nada halagador ya que según CaliBRANDO, el nivel de bancarización en la ciudad es escaso, incluso entre la clase media, en especial caleños que viven en estratos 3 o 4.
La exclusión al sistema crediticio formal conlleva a que la población busque alternativas de financiamiento a través de los amigos, familiares y, en el peor de los casos, préstamos de usura como los ‘gota a gota’, actividad ilegal que seguramente se acentuará en la postpandemia.
El alcalde Ospina planteó durante su campaña una lucha contra el ‘gota a gota’, y hasta el momento “su plan de gobierno no muestra una dirección sobre cómo abordar esa problemática y hacerlo con el uso de fuerza policial no es la solución”, sostiene la experta.
De cara a lo que viene, la Directora de Polis propone vincular precisamente a más caleños a la bancarización para que tomen microcréditos a través de las entidades especializadas en este segmento como el Banco W, entre otras.
Otra opción es precisamente la Banca de las Oportunidades con voluntad política para destinar recursos a las personas, lo “cual es fundamental en este momento, replicando a su vez, experiencias exitosas como el programa Vancuadra de Medellín que otorga créditos de libre consumo de manera fácil, rápida y segura, sin necesidad de codeudor o trámites extensos”, resaltó.
Las paradojas de la crisis
A pesar del golpe económico en el bolsillo de muchos sectores de la población caleña el día sin IVA fue un claro ejemplo del poco autocontrol que tienen las personas para gastar.
Paradójicamente, en ese día, la principal categoría de gasto de las dos jornadas (la tercera la aplazó el Gobierno) fueron los electrodomésticos y la tecnología. Los productos que más se vendieron fueron: televisores, computadoras, neveras, tablets y celulares, destacó el Observatorio Polis de la Icesi.
Según Fenalco y el Gobierno Nacional, la medida fue un éxito en términos económicos, pero ¿qué tan prudente es la medida para la reactivación económica en el largo plazo? Los mayores favorecidos son las grandes plataformas de consumo, pero no los más vulnerables en esta crisis, se preguntó la institución académica.
Las secuelas de un consumo no medido en la economía de los hogares se traducirán, posiblemente, en sobrendeudamientos que solo agravarán la incapacidad de solvencia durante la crisis y la posterior recuperación, advierte Polis.
Esas secuelas se verán en próximos meses cuando las familias y personas tendrán que pagar los créditos. Muchas caerán en mora.
Nuevo orden digital
Marvin Mendoza, coordinador del programa “Cali Cómo Vamos”, afirma que la crisis sanitaria está reorganización empresarial en la ciudad, “pues muchas más compañías están hoy involucradas en el tema digital”.
Por eso, anotó, el teletrabajo es ahora la gran apuesta de las organizaciones, ya que se trata de algo seguro y con un buen nivel de eficiencia.
A propósito, dice, “en el sector educativo hay una serie de retos porque las ciudades (entre ellas Cali) no estaban preparadas para un cambio tan drástico como el de la virtualidad”. Sin embargo, “no podemos afirmar que la calidad académica se perdió”.
Dentro de poco la entidad adelantará una encuesta para medir cuánto se perdió en calidad de vida de los caleños por los efectos del Covid-19.