el Viche ha dejado las sombras para darse a conocer por toda Colombia y el mundo, y junto con la Ley del Viche, el Ministerio de Cultura está creando un Paisaje Cultural Vichero para impulsar esta bebida, así como la música y la gastronomía del Pacífico. Ahora es invitado a experiencias sensoriales, protagonista de la alta cocina y de la coctelería y se preveen rutas vicheras para darlo a conocer más a los colombianos y al mundo.
Vicheros y vicheras anticiparon el Petronio, para celebrar el pasado 9 de noviembre que la Ley del Viche fue sancionada por el Gobierno Nacional, reconociendo a esta bebida y sus derivados como el tumbacatre, pipilongo, arrechón, tomaseca, curado, parapicha, entre otros, como patrimonio colectivo de las comunidades negras del Pacífico colombiano. El autor de la ley, el Representante a la Cámara Juan Fernando Reyes Kuri, la califica como “histórica”, ya que es libertad lo que brindará a los que productores. “Invima creará un nuevo registro para el viche, el cual le permitirá certificarse sin sacrificar la manera artesanal en que se produce”.
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Para la chef Catalina Vélez, “hacer posible que esta actividad que acompaña la vida, la muerte, la ancestralidad, desde la medicina y la partería, sea un propósito económico legal, social y comunitario, fortalece y dignifica los oficios, el productor, el transformador, las parteras, los yerbateros y es una oportunidad gigante para Colombia. La ruta del viche nos permite diferenciar las propiedades de cada uno de estos espacios y sabores y empezar a identificar y potencializarlo, como sucedió en México con el mezcal y en Brasil con la cachaza”.
Juan Fernando Reyes Kuri anuncia que “viene un proceso de reglamentación por parte de Presidencia, importante para poner a punto esta ley a punto y seguir promoviendo el viche pa’l mundo, un movimiento, liderado con comunidades afro”.
Mujeres lideran la producción
“Con la Ley del Viche esto es apenas el comienzo de lo que se viene para el Pacífico y los vicheros y vicheras, que tienen que estar preparados porque el viche se va para toda Colombia y para el mundo”, dice el Representante a la Cámara, Juan Fernando Reyes Kury. “No solo protegimos la bebida, patrimonio de las comunidades negras, sino que vamos a permitir esa comercialización a nivel nacional e internacional”, asegura. Dice que no hay un censo oficial de la población vichera en los cuatro departamentos del Pacífico colombiano, pero que el Ministerio de Cultura está trabajando en este. Según un estudio de la Universidad del Pacífico, más del 80 % de personas que participan en el proceso del viche son mujeres.
En la alta cocina
Para la chef Catalina Vélez, “el viche es una de esas bebidas que se amalgaman muy fácil con muchos alimentos, salsas ligadas con coco, salsas herbáceas e incluso al pensar en una gastronomía amplia con tanta diversidad, el viche no solamente puede acompañar sino hacer parte de muchos platos, la idea de generar postres y coctelería hace que el viche pueda ser protagonista de restaurantes y casas”.
Ella misma lo ha incorporado en cocteles y sopas que tienen mantequillas y reducciones que terminan después en el pescado, en pastelería en creme brulee, algunos mousses y en helados mezclado con lulo, en la lulada, champús, zumos de maracuyá y extracto de piña.
“Siento que cada uno de nosotros debería tener una botella curada debajo de la cama para mantener una buena salud. El viche puede hacer parte de salsas, como unos langostinos en un mojo de viche y hierbas de azotea, puede potenciar muchas sopas esta bebida tan reconfortante y abrazadora. Ese maridaje es tan extenso como el mismo producto”.
Bebida oficial del Petronio
El Ministerio de Cultura está trabajando actualmente en la aprobación de un Paisaje Cultural Vichero que se está uniendo con la Ley del Viche para impulsar la música, la gastronomía, el viche del Pacífico colombiano.
“La Ley del Viche ha servido para que mucha gente se pregunte cuál es la tradición que hay detrás de esta bebida ancestral, que es afrodisíaca, medicinal o espiritual; que tiene 400 años y que cuando los niños nacen o la gente muere, es protagonista”, dice Reyes Kuri. Y aunque no existe un dato oficial sobre los tipos de viche que se producen, según la chef Catalina Vélez hay tantos viches como ríos y como comunidades productoras, ella cree “de manera consciente y casi radical que el viche debería ser la bebida oficial del Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez”.
Cura el cuerpo y el alma
El viche es una bebida fermentada, producto de la destilación de manera artesanal, sin químicos, de la caña nativa o endémica, que las comunidades del Pacífico colombiano la diferencian de la caña de azúcar utilizada para el aguardiente. Se produce en comunidades negras de Nariño, Cauca, Valle del Cauca y el Chocó y hay comunidades indígenas que tienen su propia versión. Hace más de 400 años, las mujeres afrocolombianas lo han utilizado como un remedio para distintos dolores. Según Maura Caldas, maestra de cocina, se toma viche al momento del parto para que el bebé saliera más fácil, para calmar los dolores, en masajes para los cólicos o como antídoto para la mordedura de culebra. Laura Ligia Caicedo Ocoró, diseñadora de modas, ropa y accesorios quien participó en una experiencia sensorial sobre el viche, llamada Sensorium, del grupo creativo Cacumen, cuenta que conoce el viche desde que nació; en Guapi, Cauca, su pueblo, se toma la botella curada de viche y es medicinal. “Hay varias versiones, la tomaseca, la curada (con hierbas), el arrechón, el parapicha. Cuando las mujeres dan a luz se les hace tomaseca y un bebedizo, para eliminar lo malo”.