Da la alerta de las ya conocidas invasiones en el Jarillón del Río Cauca, en donde en los últimos días se han desmontado aproximadamente 1500 cambuches, se ha decidido no permitir más asentamientos en este punto, debido a que ponen en riesgo de colapso al dique. Situación que, según el gerente del Plan Jarillón, Eli Shnaider, podría ocasionar una catástrofe en la ciudad, incluso con la posibilidad de que 900.000 habitantes queden sumergidos, acciones de las que tomaría más de 25 años recuperarse y costaría alrededor de 30 billones de pesos.

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Eli Shnaider, gerente del Plan Jarillón, habló con El País sobre lo importante de este proyecto de infraestructura para la ciudad, de la situación actual de las obras y el lapso en el que se espera que este se culmine. Además, dejó en claro la penosa situación en la que estaría Cali de no terminarse estas obras.

Teniendo en cuenta los intentos de invasión que se han visto en las últimas semanas, cuéntenos, ¿por qué no se pueden asentar viviendas en el dique, por qué no puede vivir gente ahí?

Primero porque tenemos una obligación judicial que nos dice que ahí no puede vivir nadie. Segundo, tenemos una inviabilidad técnica y es que nos puede volver a hacer daño sobre esta estructura y, donde se rompa, 900.000 afectados en esta ciudad podemos quedar bajo el agua. Y adicional a eso por un tema moral, es una zona en donde no puede haber vivienda digna, ahí no va a haber alcantarillado, no va a haber energía, agua potable, y es una zona diseñada para que se inunde.

¿Qué le ocurriría a Cali si llega a colapsar el Jarillón?

En el peor escenario podemos tener 900.000 damnificados. 900.000 caleños pueden quedar bajo el agua, adicional a eso puede colapsar Puerto Mallarino -que es la planta de potabilización de aguas de donde tomamos el 80% de caleños-, nos puede colapsar la PTAR, también nos puede colapsar la estación de bomberos de Paso del Comercio; o sea, nos quedamos sin agua potable, nos quedamos con todas las aguas negras y nos quedamos con el agua al cuello. Es un escenario apocalíptico, la verdad es que tal vez la pandemia ha hecho que perdamos el foco y nos distraemos un poco, pero si hay un escenario que puede ser muy peligroso para la ciudad es este. Y por eso es la obligación, no es un capricho de la institucionalidad, ni de la Alcaldía, ni de la Presidencia, sino que es una necesidad para la ciudad. Es que sin el Jarillón, Cali no es viable.

Donde eso llegase a pasar, se estima que la reconstrucción de la ciudad podría tardarse 25 años y nos puede costar más de 30 billones de pesos, o sea que, el escenario del (huracán) Katrina en Nueva Orleans sería un escenario de niños comparado con lo que nos puede pasar a nosotros.

¿Qué tan cerca estamos de eso y cómo van los trabajos de reforzamiento del dique?

Sobre el tema de que tan probable, solo basta con que sea probable; mucho o poco, pero existe la probabilidad. El estudio científico que aquí se contrató nos plantea los escenarios, y puede que sea la probabilidad de 1 en 1 millón o 1 en 8 millones, pero, existe la posibilidad. Pero como administración tenemos la obligación de ser precavidos, este año y medio nos ha demostrado que todo es posible y no podemos ser irresponsables.

Esta iniciativa tal vez es el mejor ejemplo de cómo debería funcionar el Estado; son ya tres períodos presidenciales, cuatro períodos de alcaldes. No importa el color político, no importa la ideología o el partido, lo que tenemos es una sola misión de ciudad, Cali no es viable si no tenemos esta estructura.

¿En qué etapa están los trabajos de recuperación de este Jarillón y cuánto hay que invertir?

En el 2012 se contrata el estudio y nos dice cuál es la obra que se debe de hacer; en el 2013 se entró a identificar cada una de las familias que estaban ahí presentes, dándonos como resultado 8.777 familias en las zonas de riesgo no mitigables, y tenemos dos fallos judiciales que nos ordenan como Alcaldía de Cali a sacar a toda la población que ahí está e incluirlas en un proceso de reasentamiento. En 2015 ya se firmó un convenio de adaptación entre Emcali, la CVC y la Alcaldía de Cali, el cual compromete recursos hasta este momento de $810.000 millones en todas las líneas de intervención, y es ahí en donde empezamos las labores de reforzamiento, llevándonos a hoy, en donde ya tenemos 20 km reforzados de los 26 km.

Esperamos entregar la estructura del dique a finales del próximo año. Ya se hizo la contratación del tramo 6, esperamos que, yéndonos bien, entre noviembre y enero estar iniciando las obras y, de ser así, vendría una fase constructiva que iría hasta finales del 2022.

Hay algunas fisuras en el Jarillón, ¿estas fueron responsabilidad de las familias que allí estaban asentadas o es por la finalización de la vida útil del dique?

Tal vez es una mezcla de todo, pero lo que sí es evidente es que hubo un debilitamiento de la estructura, pero también hubo otros daños. Por ejemplo, las hormigas arrieras construían sus caminos y esos factores también generaban filtraciones. Otro caso es que la gente sembraba árboles en la corona del dique y estos árboles suelen volcarse arrancando o desprendiendo una buena parte de la estructura, o cuando el mismo árbol se seca, la raíz se seca y también nos deja una cárcavas donde el agua puede filtrarse. Se contrata una firma holandesa para hacer unos estudios y en el año 2012 nos dice científica y técnicamente cuál es el trabajo que se tiene que hacer ahí y ahí cambia totalmente la estructura, entonces hacemos tres reforzamientos distintos:

Uno de los más importantes es el reforzamiento dinámico, que es en ciertas zonas donde en el suelo tenemos arena o pantallas de arena, se hace también unas columnas para darle una rigidez a toda la obra, porque las arenas en un evento sísmico no se comporta como sólido, sino que se comporta como fluido, entonces, el peor escenario que tenemos de un colapso del jarillón es un Cauca crecido y, adicional a esto, un evento sísmico que nos haga colapsar toda la estructura; entonces por eso es que se tiene que hacer los tres reforzamiento -según el estudio técnico que tenemos-, y por eso es que tenían que salir las familias que se encontraban en el punto.

Usted dice que había 8.777 familias, ¿cuántas se han reubicado ya?

Han salido del Jarillón, o por el programa de reasentamiento, ya vamos en 3034, o por otro tipo de compensación un total aproximado de 5.000 familias que ya no están en la zona. Es decir que, hoy todavía tenemos 3.500 familias en el proceso de reasentamiento, algunas ya las tenemos en el subsidio de arrendamiento y esperamos próximamente este año hagan parte de los 850 apartamentos que vamos a entregar, o hay otra parte que siguen viviendo ahí en zonas como Navarro Cabecera, Las Palmas, Los Samanes o la zona más consolidada que tenemos sobre el Jarillón que es la zona de Floralia y Comfenalco donde podemos tener más de 1.200 familias todavía asentadas en esta zona.

Siempre que hay reubicaciones hay gente que quiere aprovechar ese terreno que se desocupa para volvérselo a tomar, ¿ha pasado eso en el Jarillón?

Eso siempre ha pasado, el año pasado con el grupo de gobernanza evitamos 1.571 intentos de invasión de todo tipo. Existe un caso ocurrido hace tres semanas en el que, en cuestión de dos días, entre domingo a lunes festivo, en esta zona de Brisas de un Nuevo Amanecer, que es una zona que ya no existía porque ya habíamos recuperado completamente, se identificó entre 1.000 y 1.600 segmentaciones del dique, o loteo.

Entonces aquí es donde creemos presuntamente hay un accionar criminal, donde presuntamente se tiene identificadas a algunas personas promotoras de esto, porque esto no se da por generación espontánea. Entendemos que hay mucha necesidad, entendemos que ha sido un año y medio muy difícil para muchas personas, pero yo creo que estas personas son utilizadas por unas mafias que promueven estas invasiones.

Quiero ser claro, donde los logremos individualizar van a ser capturados y van a ser judicializados.