"El sueño de él era tener su moto nueva para andar y seguir cuidando la ‘pachamama’, adentrarse más en la guardia, en el tema ecológico y ambiental para seguir defendiendo, no solo allí en el territorio sino en los páramos de donde provienen las aguas más puras’", cuenta Samuel Cucuñame, padre del niño ambientalista quien se preparaba para ser guardia indígena.
Hoy, 14 de febrero de 2022 se cumple un mes del asesinato de Breiner David, el niño de la guardia indígena quien perdió la vida a manos de las disidencias de las Farc en el territorio que comprende el resguardo Las Delicias. Después de este largo tiempo la situación para la familia Cucuñame no mejoró. Incluso, según Samuel se ha puesto peor. El proceso judicial para este crimen no ha avanzado, aún no han podido regresar a su hogar y por ahora no piensan hacerlo. ‘‘Es complicado en territorio ajeno. No sabe uno qué pensar a ratos. Ir a que lo acaben de joder o esconderse más bien’’.
De acuerdo con el primer informe del Consejo Regional Indígena del Cauca, el día 14 de enero de 2022 la guardia indígena respondía al llamado de la comunidad frente a la presencia de grupos armados que, presuntamente, buscaban acabar con la vida de varios líderes campesinos que se oponen a los cultivos ilícitos y el cobro de vacunas.
Entre tanto, el maestro de construcción, Samuel Cucuñame junto a su hijo, pasaban por el lugar. Regresaban a casa después de una jornada de trabajo. En el trayecto presenciaron los tiros por parte de los armados y decidieron resguardarse. Producto de los disparos resultaron heridas varias personas, entre ellos Breiner.
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El disparo que recibió el niño fue fulminante y acabó con su vida en cuestión de segundos, su padre lo levantó en brazos con impotencia y tristeza viendo como la luz de su pequeño se apagaba. Ahora, después de su muerte sigue sin tener palabras para explicar ese dolor y describir el gran vacío que Breiner ha dejado en su corazón.
Aunque los disparos silenciaron su voz para siempre, su significativa trayectoria, a tan corta edad, como defensor del territorio y la vida es un legado que motiva a sus tres hermanos y los demás jóvenes de la comunidad. Para el padre, su muerte no puede ser como ‘‘tantas muertes que se quedan impunes, como si la vida del humano no valiera’’. Por eso, aunque la familia abandonó el territorio por amenazas en su contra, él desea hablar y visibilizar las preocupaciones, anhelos y esperanzas de su hijo.
Samuel fomentó siempre la educación en sus hijos, Breiner, el mayor, cuando terminó la escuela ingresó a la Institución Educativa para el Desarrollo Intercultural de las Comunidades del resguardo indígena de Las Delicias. En este plantel incentivan el conocimiento agropecuario y agroindustrial en los jóvenes. Breiner, en sus clases de bachillerato, en 2019, se caracterizaba por ser una persona callada y tímida, sin embargo, según la docente María Elena Casamachin, quien está a cargo del área de sociales (Unidad Territorial) y Lengua Materna (Nasa Yuwe), al cabo de un mes el niño ya tenía amigos y participaba de los partidos de fútbol y las demás actividades que se le asignaban.
Comenzó a soñar con ser un defensor de la vida en el acompañamiento a su padre quien años atrás hizo parte de la autoridad ancestral del territorio. ‘‘Ese es un cargo complejo por las amenazas. A él empezó a gustarle lo de la guardia, cuando se hacían controles territoriales él estaba conmigo y desde ahí empezó a enterarse y a gustarle el tema’’, narra el padre de familia, y añade que ‘‘uno arriesga mucho al vivir en medio de zozobras, de estar corriendo, pero la alegría es que uno lidera el territorio y eso es más.
Cuando uno defiende el territorio lo hace por la vereda y por la comunidad, con orientación política, y las políticas fuertes son defender el territorio y la comunidad, eso fue lo que él empezó a llevar en su mente y en su ideología. Eso es lo principal: trabajar por la comunidad aunque sin ánimos y sin pagos’’.
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Por la posición de su padre, su conciencia y pensamiento crítico a pesar de la corta edad que tenía, los lineamientos de su colegio, su personalidad y demás… Breiner se perfilaba para ser un gran defensor del medio ambiente. Según su papá, ‘‘a él le gustó mucho conservar los bosques, conservar la fauna, a él le preocupaba eso y decía: “Si no tenemos árboles no tenemos oxígeno, deforestamos y no tenemos agua-’’. Lo de él era cuidar el medio ambiente y la naturaleza, cuenta Samuel Cucuñame. Por eso, apenas tuvo la oportunidad, según su profesora, ingresó al grupo de guardia escolar.
Como cualquier otro niño disfrutaba mucho jugar, tenía ilusiones y sueños inmensos. Y en casa, era una pieza fundamental. ‘‘Para un mandado de una estaba. Él era buen compañero, buen hijo, colaborador en las labores domésticas, en la cocina; le gustaba cocinar y atendía todas sus labores’’, cuenta su papá. En proyectos del colegio como el tul familiar o huerta, donde siembran productos orgánicos para el consumo propio, estuvo muy activo, según recuerda su docente.
El colegio fue un espacio en el que se destacó como un líder. Ahí se ‘‘educan para que ellos aprendan para la vida. No para prestar servicio en las grandes empresas sino para que generen su propio empleo’’, según la docente. El trabajo ambiental, que consistía en descontaminar la tierra de la basura que entra de las ciudades, realizar reforestación, escoger un ojo de agua (donde nace el agua) y reforestar plantas acuáticas, entre otras labores que le gustaban mucho.
Sin embargo, a pesar de la gran motivación que tenía y aunque el gran sueño de su padre era que él fuera un bachiller y culminara sus estudios, en agosto del 2021 no pudo seguir asistiendo a la institución. Su medio de transporte, la moto, se dañó y la distancia entre el hogar y la institución era de casi 2 horas caminando. Además el invierno y las fuertes lluvias hacían que cada vez fuera más difícil asistir y finalmente dejó la escuela. ‘‘Hicimos un acuerdo con el padre que era ponerlo a trabajar en la casa y que él próximo año siguiera, el niño aprendió gracias a su padre de construcción’’, sostiene la profesora.
Breiner David se destacaba por tener un carácter fuerte, y templado, sin embargo, nunca discutió con sus docentes, por el contrario, era muy colaborador y participativo en las diferentes actividades que se realizaban.
En ese tiempo, Breiner, sin abandonar sus labores en la guardia ni sus pasatiempos, se convirtió en el ayudante y compañía de Samuel. Y fue así, siendo el fiel compañero de su padre, como partió de este mundo.
Aunque Cucuñame no recibió amenazas en su contra antes de la muerte de su hijo, sostiene que siempre han sido blanco de los grupos armados.
‘‘En ese grupo armado hay 3 o 4 personas que me distinguen a mí, y cuando yo fui autoridad nosotros ya habíamos hecho acciones contra ellos, yo fui muy opositor a su ideología. Él (Breiner David) andaba siempre conmigo y yo al ser autoridad pasé a ser blanco de ellos’’, asegura el maestro de construcción quien agrega que ‘‘cuando fui autoridad se hizo decomiso de armas, objetos robados, entonces eso hace que uno pase a ser objetivo de ellos’’.
Además, explica que la presencia de estos actores se ha convertido en una amenaza y riesgo latente para la comunidad y los defensores. ‘‘Desde hace 6 o 7 años los grupos armados vienen posicionándose en el territorio, lo hacen por el narcotráfico para patrocinar más la siembra del cultivo de coca, nosotros como guardias y como autoridades no permitimos que ellos lo hagan y tampoco que cobren sus extorsiones, algo que para ellos es colaborar al proceso, pero no es así”.
Breiner David, será recordado por su destacable labor en espacios como talleres en el Movimiento Juvenil Álvaro Ulcúe Chocué, junto al Consejo Regional Indigena del Cauca, su formación política y organizativa como Kiwe Thegnas Luucks (guardia indígena de menores); el acompañamiento en los procesos de prevención de reclutamiento de la Cxhahb Wala Kiwe (Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca) que según Manuel Camayo, coordinador del Tejido de Defensa de la Vida y los Derechos Humanos hicieron parte de su formación.
‘‘En la dinámica con los Kiwe Thegnas (guardias indígenas) Breiner encontró vocación de la defensa de la vida, en lo territorial y ambiental, por ello su recorrido y encuentro con la naturaleza forjaron un camino de protección colectiva corta pero con gran trayecto para nuestros niños, niñas y jóvenes dentro de las comunidades del territorio y la zona Norte de Cauca. Sin duda, Breiner contaba con un gran don de liderazgo que se estaba cultivando’’ asegura Camayo.
Su muerte ha dejado un gran vacío en la comunidad, era un niño que se formaba con pensamiento crítico en la defensa y cuidado de su territorio y la naturaleza. Pero el vacío más grande lo deja en el corazón de sus padres quienes no encuentran palabras para describir lo que sienten y lo que representa la ausencia de su hijo. Entre sus compañeros deja un legado de perseverancia para seguir fortaleciendo su grupo de trabajo sin desanimarse.
A pesar de su corta edad era un líder con carácter y determinación, según cuenta su papá. A los padres, “nos deja una enseñanza de que uno no tiene que esperar a tener estudio o dinero para ejercer lo que uno quiere”, pero también nos deja un dolor inexplicable.