En el despacho de la gobernadora del Valle, Clara Luz Roldán, hay una veladora encendida. Junto a la veladora figuras de la Virgen, del Señor de Los Milagros, y en la pared, un cuadro de Jesús que dice: “confío en ti”.
Al lado hay una Biblia, abierta sobre un atril en el libro de Eclesiásticos. Del atril cuelga un rosario.
— Soy muy espiritual. Estudié con monjas, por lo que no es algo que se deba al proceso que pasé por mi enfermedad, el cáncer, del que estoy recuperada, limpia. Siempre he sentido la presencia de Dios, sus milagros. La enfermedad lo que me permitió fue aprender a disfrutar más, a compartir más con mis hijos, pasar un domingo viendo televisión, bajarle a la agenda de trabajo, porque antes todo giraba en torno al trabajo – dice Clara Luz, antes de sentarse a la mesa donde, con el almuerzo, le sirvieron jugo de tomate de árbol. Es el único jugo que la gobernadora no toma.
Hay una solicitud de revocatoria de mandato en su contra, promovida por el empresario Claudio Botina. ¿Qué opinión tiene de este proceso?
Estamos en un país democrático y la solicitud de revocatoria es un derecho que se debe respetar. En este caso, es un ciudadano quien solicitó mi revocatoria. Ya se nombró una gobernadora ad hoc, Ana María Palau, Consejera Presidencial para las Regiones, a quien le corresponde garantizar que se cumplan las medidas de bioseguridad en la recolección de las firmas. Pero en lo personal no he sentido que se trate de una inconformidad generalizada de los vallecaucanos. De hecho, mucha gente tampoco se ha enterado de este proceso. Yo no me doy cuenta si están recogiendo firmas o no. Sigo gobernando al Valle con normalidad. La gobernadora ad hoc solo se encarga de verificar el cumplimiento de los requisitos del proceso de revocatoria.
Uno de los argumentos de la solicitud de revocatoria fue su gestión durante el paro nacional, el Valle fue uno de los departamentos más golpeados. Pensando en cabeza fría, ¿hubiera hecho algo distinto?
No. Fue una situación para la que nadie hubiera estado preparado. Nunca imaginamos que la convocatoria de paro terminara como terminó en el Valle, con 40 bloqueos. Pero además, ningún departamento de Colombia vivió lo que vivió el Valle. Le cuento una anécdota: cuando el Presidente Duque nos cita a los gobernadores a una reunión a la Casa de Nariño, debí salir de Cali en helicóptero porque las calles estaban bloqueadas. Me sorprendió que los gobernadores me abrazaban y me decían “Clarita, estamos contigo”. ¿Cómo así?, pregunté. Si el paro es en toda Colombia. Cuando cada gobernador contó la situación de su departamento, entendí. Mientras nosotros teníamos 40 bloqueos, había departamentos con uno o dos, o que habían quebrado unos cuantos vidrios.
Y los grupos al margen de la ley que estuvieron detrás de mucho de lo que pasó lo sabían: bloquear al Valle, a Buenaventura, era bloquear a Colombia. Eso explica lo que respondí a un medio internacional cuando me preguntó: ¿por qué el Valle? Porque somos una región estratégica. En ese sentido hice todo lo que estuvo a mi alcance, trabajando tanto en las Mesas de Diálogo, como con las Fuerzas Militares y de Policía, para levantar unos bloqueos que no volveremos a permitir.
¿Cómo es su relación con las Fuerzas Militares? Se decía que no se tenía el control de la situación del orden público durante el paro.
No solo tengo una muy buena relación con las fuerzas militares, sino que tengo la obligación de apoyarlas con la dotación que necesitan para hacer su trabajo. Es una relación estrecha y durante el paro estuve a diario hablando con los comandantes, informando de lo que pasaba en cada municipio. Sin embargo se debe hacer claridad en dos aspectos: en el paro estábamos cobijados por un decreto del gobierno que ordenaba abrir las mesas de diálogo. Si las mesas no daban efecto, se debía proceder a desbloquear con la Fuerza Pública. Y muchos de los bloqueos, donde había voluntad de diálogo porque no siempre la había, los levantamos así, dialogando. También se debe entender que el orden jerárquico de las Fuerzas Militares comienza por el Ministerio de Defensa. Como gobernadora tengo unas muy buenas relaciones con nuestras fuerzas, pero quienes hacen las estrategias de seguridad y responden por el orden público son el Ministerio de Defensa y los comandantes.
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Cambiando de tema, preocupa la minería de oro en los Farallones, que ha contaminado con mercurio los sedimentos del río Cali.
Ya hemos hechos dos consejos de seguridad para tratar las problemáticas de Los Farallones. La Policía se comprometió a cuidar el parque con policía montada. Tenemos que cerrar esos socavones. En el último consejo de seguridad la alcaldía de Cali tenía un contrato para cerrar 15. El contrato no ha salido, entonces lo vamos a hacer nosotros. Son alrededor de 40 socavones. Lo que determiné es arrancar con un contrato para cerrar 20 por parte de la Gobernación, y cuando salga el contrato de la Alcaldía completamos. Porque no puedo hacer un operativo si no tengo quién me cierre los socavones. Y aclaro: no es solo quitarle la oportunidad de trabajo a los mineros tradicionales. Vamos a abrir alternativas para que estas familias se encaucen en emprendimientos. Los Farallones serán prioridad durante estos dos años y tres meses que me quedan de gobierno.
Detrás del oro también hay grupos armados…
Frente a esos grupos hay una estrategia clara con policía y Ejército. Al Ejército vamos a entregarles una implementación que requiere para hacer vigilancia, como carpas, porque van a mantener un batallón para cuidar los Farallones. No vamos a permitir que el Valle vuelva al pasado de violencia perpetrada por guerrilla, narcotráfico, paramilitares.
¿Cómo bajar los índices de homicidios en el departamento?
Se puso en marcha una estrategia muy interesante: a cada uno de los municipios con más problemas de seguridad por robos, asesinatos, le han nombrado un oficial que esté en curso de ascenso. El curso ya no es en la academia, sino que se les entrega el municipio y si durante el año bajan los indicadores de hurtos y homicidios, se obtiene el ascenso. Los principales municipios del Valle ya tienen un oficial coordinando y cuyo ascenso depende que durante ese año las estadísticas en materia de seguridad mejoren.
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¿Qué se hace con la plata de la tasa de la seguridad? Cali reclama más recursos...
Frente a la tasa de seguridad hay que entender que los recursos no se distribuyen según el tamaño de los municipios. Con la tasa se busca una seguridad integral en el departamento. La tasa es una bolsa de recursos en la que, además, no se gasta un peso sin un comité donde está la Policía, el Ejército, la Fiscalía, la Procuraduría. Estas entidades aprueban los recursos según las necesidades de las autoridades.
Por ejemplo, hemos pagado más de $2000 millones en recompensas. Ese ha sido el éxito para capturar a los cabecillas y bandas que hemos logrado desarticular, porque las recompensas son efectivas. De la tasa de seguridad le pasamos los recursos a la Policía o a la Fiscalía para que ellos paguen las recompensas.
¿Qué pasó con el Centro de Gestión de Emergencias de Buga que se estaba construyendo con recursos de la tasa?
Lo entregaremos este 21 de septiembre de 2021, a las 10:00 a.m. Se invirtieron $45 mil millones. En este centro se integrarán en tiempo real las cámaras de seguridad de los municipios, del 123. Será un centro de reacción inmediata que fortalecerá la seguridad del Valle.
¿Cómo va la reactivación económica?
Hemos invertido $57 mil millones en procesos de emprendimiento. Lo que estamos tratando de hacer es apoyar al emprendedor o al empresario que venía con su negocio y debió cerrarlo por la pandemia. Un ejemplo es el restaurante Primos. Ese empresario es más fácil de reactivarlo que iniciar un negocio nuevo. A ese tipo de empresas pretendamos apoyar para que se reactiven. La otra convocatoria es para los emprendedores que fueron afectados por el vandalismo en el paro.
Hemos destinado $2000 millones para ellos.
Y tenemos un gran evento que va a permitir consolidar la reactivación: los Panamericanos Junior, del 25 de noviembre al 5 de diciembre, y 50 años después de los Juegos Panamericanos que le trajeron el principal desarrollo a Cali. Vienen más de 6000 personas entre deportistas, entrenadores, personal médico, sus familias. Ya tenemos copados los hoteles y fuera de eso le vendemos al mundo la imagen de un departamento próspero, pujante, lleno de oportunidades e invencible: ante la adversidad, la pandemia, el paro, nos crecemos. Históricamente ha sido así.
¿Qué va a pasar con la vía Mulaló – Loboguerrero?
Es la única 4G que se adjudicó y no se ha construido en Colombia, pero sigue en pie. Durante 5 años el concesionario esperó la licencia ambiental, que ya fue otorgada. Sin embargo el concesionario no está de acuerdo en un par de puntos de esa licencia. Estamos esperando a que la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla), lo resuelva para seguir adelante. Es una vía muy importante para Colombia que reduciría el tiempo del trayecto hacia Buenaventura.
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¿Y la vía 5G, la nueva malla vial?
Ese era un tema que me tenía desesperada. Cada que iba de viaje por el Valle me bajaba del carro para mostrar hasta dónde daba el pasto, cómo estaban de sucias las vías, sin iluminación, con huecos, cuando uno de los orgullos de los vallecaucanos ha sido la vial. Esto sucedió mientras la concesión estuvo en manos del Invías, hay asuntos en los que el Estado no debe administrar, sino generar las condiciones para trabajar con los privados. Pero ya se adjudicó el concesionario, que es de Brasil, y me reuní con ellos. Con la adjudicación de la primer vía 5G mediante una concesión se van a intervenir 310 kilómetros entre el Cauca y Valle del Cauca. Entre otras obras se va a hacer el deprimido de Sameco, la puesta a punto del tramo Sameco – Glorieta – Sencar – el deprimido de la glorieta de Versalles en Palmira, entre otras, por de $1.2 billones.
Acaba de ser premiada por su gestión en la pandemia. ¿Qué le representa este galardón?
Un orgullo y lo recibí en nombre de los vallecaucanos. Todo el gabinete ha trabajado de la mano en esta pandemia. Nuestra secretaria de Salud, María Cristina Lesmes, ha trabajado día y noche. Es una mujer técnicamente muy respetada y que ha manejado la pandemia con una pulcritud y una exactitud increíbles. En ninguna estadística ha fallado. Ella fue la primera que me dijo: “hay que implementar el toque de queda”. Me lo dijo 20 días antes del primer pico. El sector privado también ha sido fundamental, pero a quienes más destaco es a los medios. Si no nos ayudan a decirle a la gente la importancia que se pusiera el tapabocas, ¿a qué horas podríamos llevar el mensaje?
La última: ¿Cómo es su relación con Jorge Iván Ospina, alcalde de Cali?
Yo tengo una buena relación con Jorge Iván. Simplemente hay temas en los que él tiene una visión distinta a la mía, sobre todo en cuanto a los asuntos de la seguridad, y las decisiones que teníamos que tomar frente al paro. Por eso hubo algo que sonó mucho y era yo explicándole a alguien que no podía cerrar Cali. Fue cuando dije ‘jefe’ en el mensaje. Todo el mundo piensa que hablaba con Dilian y no. Es un exalcalde. Tengo la costumbre de decirles a mis exjefes, jefes. Pero con Jorge Iván, en otros temas, como el Tren de Cercanías, trabajamos de la mano.
En el tintero
Preocupa la presencia de disidencias de las Farc en el Valle…
Se han identificado tres disidencias: la Adán Izquierdo, la Jaime Martínez, y la Dagoberto Ramos. Estamos ofreciendo altas recompensas para capturar a sus cabecillas.
Un funcionario de la gobernación, Harold Ordóñez, fue acusado de pertenecer a una de estas disidencias y pudo demostrar su inocencia. ¿Conoció el caso?
Sí. Harold es una persona desmovilizada de las Farc, que tiene su familia, está luchando por ella, lleva tres años en la gobernación. Muchos compañeros suyos fueron a declarar y manifestar que era una persona
de bien y reincorporado a la legalidad. Hace parte de la Consejería de Paz. Los desmovilizados son fundamentales para nosotros para orientarnos en la implementación de los Acuerdos de Paz y en los temas en los que debemos actuar. Le agradezco a Dios y a su defensa (el abogado Elmer Montaña) que le hayan dado la oportunidad de demostrar su inocencia.