En Colombia persisten al menos cinco conflictos armados no internacionales, que sumados al efecto de la pandemia de Covid-19 agravaron en el último año las condiciones de vida de la población más vulnerable, advirtió el Comité Internacional de la Cruz Roja (Cicr).
En efecto, de acuerdo con el reporte del organismo humanitario, durante 2020 se registraron 21 eventos de confinamiento en los que se vieron afectadas más de 28123 personas en las zonas más vulnerables del país, informó Lorenzo Caraffi, delegado de esa entidad en el país, en medio de la presentación del balance anual de la misma.
Según la entidad, Chocó fue el departamento que más sufrió esta situación teniendo a un 78.3% de la población bajo ese riesgo, seguido de Antioquia (16%), Nariño (4.5%) y Cauca (1.2%).
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“Nos hubiera gustado iniciar el 2021 diciendo que las consecuencias humanitarias del conflicto y la violencia armada disminuyeron en Colombia, pero sucedió lo contrario”, dijo Caraffi, quien añadió que esos cinco conflictos armados internos, en vez de alejarse de la población civil, se enquistan cada vez más en los territorios y aumentan las vulneraciones de derechos humanos.
Si bien en su discurso Caraffi se rehusó a señalar a actores del conflicto por casos específicos, el informe revela que están en el mapa el Ejército de Liberación Nacional (ELN), Ejército Popular de Liberación (EPL), las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), el 'Clan del Golfo' y las disidencias de las Farc, exactamente los frentes 1, 7, 40 y el comando Coordinador de Occidente.
“El año pasado tuvimos el mayor reto al cual nos hayamos enfrentado como institución: mantener una proximidad con las comunidades que habitan en zonas de conflicto”, sostuvo el dignatario.
Desplazamiento masivo
Caraffi indicó que el desplazamiento masivo y el confinamiento en el marco del conflicto armado fueron una triste realidad para casi 50 mil colombianos, “muchos de ellos con economías afectadas por la pandemia, que tuvieron que debatirse entre resguardarse dentro de sus hogares o huir dejándolo todo para salvar sus vidas. Nada más en Nariño, en promedio, hubo un desplazamiento masivo cada 11 días”, dijo.
Y es que en el ranking que tiene el órgano internacional sobre el desplazamiento masivo, Nariño registra el número más alto con una afectación del 45%, seguido de Chocó (24%), Antioquia (14%), Norte de Santander (6.5%), Cauca (6%), Córdoba (3%), Bolívar (0.6%), Caquetá (0.4%), Huila (0.3%) y Valle del Cauca (0.2%).
“El desplazamiento masivo y el confinamiento de comunidades tampoco cesó en medio de la pandemia. Por el contrario, esta problemática se exacerbó en algunas zonas del país", aseguró Caraffi.
La pandemia
No obstante, este no es el único flagelo que preocupa al Cicr pues la crisis por cuenta de la pandemia y el conflicto armado se agudizó en gran parte del país dado que más de la mitad de los departamentos sufrieron el impacto de las consecuencias humanitarias.
Antioquia, Cauca, Chocó, Nariño, Norte de Santander y Valle del Cauca fueron, a juicio del organismo, los lugares con el porcentaje más alto de población afectada. No obstante, en lugares con menos densidad de comunidad como Caquetá, Guaviare y Putumayo padecieron el mismo flagelo.
“El riesgo de la presión a la población aumentó considerablemente en las regiones vulnerables, pero paradójicamente esta realidad se invisibilizó. La pandemia por Covid-19 planteó nuevos desafíos para la asistencia de las personas afectadas por el conflicto y la violencia armada ya que aisló más a las comunidades e imposibilitó que estas hicieran visibles su realidad”, dijo Caraffi.
Para el órgano internacional, las víctimas no solo no pudieron exponer sus necesidades como vulnerados por el conflicto, sino que además, se enfrentaron a la precariedad del sistema de salud, que en muchas ocasiones, no les permitió tener acceso a asistencia médica por cuenta de las afectaciones a las mismas por parte de grupos al margen de la ley.
“Durante ese año (2020), en Colombia, se reportaron 325 ataques contra personal de salud, instalaciones y vehículos sanitarios, la cifra más alta que se ha registrado en los últimos 24 años. En la mitad de los casos, los responsables de las agresiones fueron pacientes, familiares o miembros de la comunidad”, aseguró el Delegado.
Según Caraffi, otras violaciones de las normas humanitarias en 2020 fueron las amenazas, los homicidios, los tratos crueles e inhumanos, la violencia sexual, el reclutamiento y uso de menores y las desapariciones.
Los artefactos explosivos
Las cifras de afectación por artefactos explosivos son alarmantes, resaltó Caraffi. “El año pasado registramos un aumento del número de víctimas. En gran parte de los casos, estos accidentes ocurrieron en zonas alejadas de las cabeceras municipales y la atención sanitaria oportuna fue compleja”, señaló.
Los departamentos con mayor afectación por ataques explosivos fueron Norte de Santander (80), Nariño (78), Antioquia (64), Cauca (50), Valle del Cauca (27). Cariffi resaltó que 2020 fue el año que más afectación con artefacto explosivo tuvo, dado que en 2019 se registraron 352, en 2018, 221; y en 2017, 57.
“Es muy importante decir que en el 2020 el conflicto tuvo un recrudecimiento y es la población civil la más afectada. Pedimos que se respete el DIH”:
Lorenzo Caraffi.