El anuncio realizado por el ministro de Defensa, Iván Velásquez, cancelando los bombardeos de las Fuerzas Armadas en todo el territorio contra campamentos de organizaciones ilegales en los que haya menores de edad o población civil ha generado todo tipo de reacciones. “Los bombardeos deben ser suspendidos, vamos a evaluar él momento específico en que con esa directriz absoluta se pueda disponer, pero hacia allá es hacia donde tenemos que ir”, dijo el ministro, explicando que las operaciones militares que afecten tanto a la población civil como a los menores reclutados no se pueden llevar a cabo. “Los menores reclutados forzosamente son víctimas de la violencia (…) por lo tanto, toda acción militar que se desarrolle respecto de miembros de organizaciones armadas ilegales, no puede poner en peligro la vida de estas víctimas también de la violencia. Hay que privilegiar la vida sobre la muerte”, explicó el ministro. Pero mientras senadores y representantes a la Cámara cercanos al gobierno del presidente Gustavo Petro celebran la medida por considerarla un mecanismo de protección a niños, que de por sí ya son víctimas de delitos como reclutamiento forzado, sectores de oposición rechazaron el anuncio con el argumento de que esta y otras decisiones del nuevo Gobierno apuntan claramente a darles ventaja a los grupos criminales y del narcotráfico.
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Al respecto, el partido de oposición Centro Democrático anunció que promoverá un debate de control político en el Congreso de la República para discutir algunas de las decisiones de esta administración que consideran que obedecen a intereses que no son necesariamente los de los colombianos. “Desde el Centro Democrático vamos a presentar una proposición para un debate de control político por las últimas decisiones que viene tomando el Gobierno y que nos preocupan tanto: la no erradicación forzosa, la suspensión de bombardeos y la renegociación de la extradición”, manifestó la senadora Paola Holguín. También frente a la suspensión de los bombardeos, el senador vallecaucano por el partido Cambio Radical, Carlos Fernando Motoa, aseguró que la responsabilidad de las Fuerzas Militares es proteger a los colombianos y perseguir a todas las organizaciones armadas ilegales que representen una amenaza para el país. “La obligación del comandante y jefe, el Presidente de la República, es perseguir a los delincuentes y a los terroristas; capturarlos o darlos de baja. Eso es lo que el país reclama, acciones concretas para establecer unos procedimientos donde, protegiendo a los menores, también podamos perseguir y acabar con los terroristas en el país”, consideró el senador Motoa.
Al considerar también que no es una medida adecuada, el senador Miguel Uribe que lo que ha hecho el Ministro de Defensa, Iván Velásquez, es “renunciar a la capacidad estratégica del Estado para combatir el terrorismo” e indicó que esta decisión “aumentará el reclutamiento forzoso de menores, el narcotráfico y la violencia”.
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Los que aplauden la medida
Mediante ataques aéreos, las Fuerzas Militares lograron neutralizar a importantes jefes guerrilleros como ‘Raúl Reyes’, el ‘Mono Jojoy’ y ‘Román Ruiz’ de las Farc. Igualmente, a cabecillas destacados del ELN como alias Fabián, dado de baja durante un bombardeo en el departamento del Chocó. Uno de los primeros congresistas en salir a defender la decisión de suspender los bombardeos a campamentos de organizaciones armadas ilegales fue el senador Iván Cepeda, quien rechazó la opinión de quienes aseguran que la medida va a incrementar el reclutamiento forzado de menores para convertirlo en mecanismo de defensa y mantener alejadas a las Fuerzas Armadas de sus actividades ilegales. “Con motivo de la orden del ministro Iván Velásquez de prohibir bombardeos contra menores de edad, algunos han tenido el atrevimiento de sostener que eso podría incentivar el reclutamiento forzado. Es decir, en forma implícita plantean que es preferible seguirlos asesinando”. Por su parte el analista León Valencia aseguró que los bombardeos no tienen ninguna eficacia porque ya las organizaciones guerrilleras no anda en grandes masas como en el pasado y eso solo contribuye a afectar a la población civil y a la destrucción de la flora y fauna en los territorios. “Hay que perseguir a estas organizaciones por tierra y hay que descubrir con inteligencia dónde se encuentran y atacarlos, pero los bombardeos son inútiles”, insiste Valencia. Analistas consideran que el tiempo será el juez en estas decisiones y que en unos meses se sabrá si la medida fue el remedio o más de la enfermedad.